La Desgracia de la Falacia

 

Continuando con nuestro tema de la adolescencia,  en los ejemplos que presenté la semana pasada conocimos acerca de dos jóvenes adolescentes, hoy adultas, ambas dañadas por el ‘ministerio de muerte escrito en piedra’.

La primera de ellas respondió de la manera en que aprendió a vivir,  escondiendo sus emociones  por temor al juicio, al enojo y a la desaprobación de sus figuras de autoridad  y queriendo vivir la vida de Cristo para agradar a Dios como fue enseñada – por su propio esfuerzo,  sin saber que ese es el significado de ‘vivir bajo la Ley’,  o de ‘vivir caídos de la Gracia de Dios’ (Gal. 5:4); aunque ella en un tiempo se veía muy ‘ardiente’, estaba realmente muy fría, pues yacía como muerta,  sepultada bajo la piedra de la Ley.

La segunda de ellas nunca aceptó llevar este peso sobre si misma; ella se dio cuenta a tiempo de que por mucho que se esforzara,  tarde o temprano quedaría descalificada, por lo que simplemente fue honesta y valiente para resistir a la religión y a los religiosos que intentaban cambiarla, solo para  sucumbir ante el mundo que finalmente la cambiaría ‘a su imagen y semejanza’; ésto no necesariamente significa que ella aun viva una vida desordenada, por el contrario, ella simplemente adoptó la creencia del mundo de que podemos obtener una vida abundante, próspera, moral y ‘casi perfecta’ por mérito y habilidad propias, sin necesidad de Dios, creencia fundamental del verdadero espíritu ‘anti-Cristo’.

Aunque puedo estar equivocada, me temo que en  tu ministerio juvenil encontrarás mas adolescentes como la primera que como la segunda, y ello te dará la ilusión de que tu ministerio es exitoso.   Realmente adolescentes como la segunda no tardan mucho en dejar el grupo, si su pastor juvenil no se los ruega antes, como le sucedió a la segunda de estas chicas.

Unas de las principales necesidades del adolescente es la de Amor y aceptación,  y es en el grupo juvenil donde tienen la única oportunidad de escuchar que Dios los ama con vehemencia,  que son totalmente aceptos en el Amado y de conocer su verdadera identidad de acuerdo a lo que Dios dice que son “en Cristo”.

Tristemente, es aquí cuando los requerimientos y las doctrinas humanas  interceptan el trabajo consumado de Jesús en la Cruz en favor de la humanidad entera y es en las reuniones juveniles, o las conferencias, o los congresos y campamentos  donde nuestros jóvenes aprenden que Dios los ama y los acepta ‘pero solo si’ logran conformarse a la apariencia y a la larga lista de requerimientos de tal religión, de tal programa o de tal líder religioso.

Es aquí  donde comienza la lucha por no huir de ese dios; puesto que ‘sin fe es imposible agradar a Dios’,  nos esforzamos por agradarle, esforzándonos por  tener fe y esforzándonos  ‘por ser fieles’,  hasta que nos descubrimos siendo infieles (o nos descubren),  entonces nos ‘auto-limpiamos’ con arrepentimiento y confesión para no quedar descalificados del juego y  aceptamos todo lo que nos dicen ‘a ciegas’, aunque pudiera ser irracional o no lo entendiéramos, y aun lo aprendemos de memoria para  repetirlo como script cuando alguien trata de refutar nuestra ‘fe’.

Mas siendo honestos,  no muchos jóvenes se atreveran intencionalmente a hacer enojar a un dios ‘de ira y de juicio’, “quien castiga la maldad hasta la tercera y cuarta generación de los que le aborrecen”; un dios que solo aprueba ‘a unos cuantos’ que ‘cumplen los requisitos’;  y puesto que “suya es la venganza”, quien quiere enfrentar la venganza de ese dios,  si aun a los que lo aman,  ‘los hace pasar por el fuego’ para ‘disciplinarlos’, para que ‘aprendan la lección’,  para ‘mantenerlos humildes’,  o simplemente para saber si de verdad tienen ‘fe’ y lo aman….

Me temo que muy pocos podrán confiar en  un ‘dios’ así,  pues nunca tendremos la certeza de su amor, ni siquiera de que  le caemos bien, especialmente al ver  que “a quien ama Dios castiga y azota a todo aquel que toma por hijo”, y ya vimos como descargó sobre su propio Hijo ‘su justa indignación’.  En el fondo sabemos que aunque nos confesamos mucho, seguimos ‘pecando’,  y al final si morimos sin bautizarnos o sin confesarnos, ‘no entraremos al cielo’ y entonces ‘solo dios sabe’ si los demás rezarán por nosotros lo suficiente para sacarnos del ‘purgatorio’, si es que no terminamos en el infierno.

No te espantes amado(a),  si tu has leído mis blogs lo suficiente, sabes que en ocasiones uso las ‘comillas’ para enfatizar en los malentendidos o en las falacias que algunos llegamos a creer; mas quizá tu fueras uno de esos individuos bien intencionados  que quiera demostrarme  con versículos bíblicos que no son falacias; entonces yo te haría saber  lo que yo he aprendido de Bertie Brits y de Francois Du Toit, y ésto es: “ la única correcta interpretación de la Biblia es La Encarnación – Jesucristo”. Él es “La Palabra”  hecha carne.

Jesucristo nos ha dado a  conocer al Padre y Él fue quien nos dio el derecho  de llamarle “Abba Padre”  que significa “Papá”, “Papito”, “Pá”,  algo muy cercano a tu corazón;  (por este atrevimiento, algunos ministros  están desacreditando al autor del libro de la Cabaña, de lo cual no hablaré hoy, quizá mas adelante).

Jesús mismo nos dijo que Él está en el Padre y nosotros  en Él, por consiguiente nosotros estamos de nuevo en el Padre -éste concepto en matemáticas se llama “Unión”. (Ver Efesios 2)   Él no vino a hacer una “interjección’  con el mundo.  Él vino a formar una unión con nosotros  sacándonos del mundo, mas no del planeta tierra, sino de la representación de Adán,  para ponernos en Jesucristo.   (Rom. 5:18; 1 Cor. 15:20-22; 2 Cor. 5:14-17; ) y para que viviéramos de su fe o de su creencia,  y no de la creencia  de Adán y de Caín que es la creencia de que a base de religión o a base de esfuerzo o integridad propia obtendremos la vida eterna.  Tendré oportunidad de explicar todo a detalle ‘con versículos bíblicos’,  en mis futuros blogs.

Shalom y Gracia en Abundancia.

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