La Sangre de Abel

Si leíste los links incluidos en mi blog anterior,  te habrás convencido de que  el sistema de ‘justicia’ nacido del “árbol del bien y el mal” nada tiene que ver con la Justicia Original de Dios que nos hace justos haciéndonos a su semejanza y uniéndonos de nuevo a Él.

Francois Du Toit explica  en un comentario de Juan 7:18 en El Espejo.

La palabra ³adikia se refiere al sistema de injusticia; el cual es un sistema basado sobre la justicia propia de acuerdo a las aspiraciones y el comportamiento personal, opuesto a la justicia de nuestro diseño redimido. Los dos componentes de esta palabra son, a, negativo y dike, dos partes encontrando semejanza en la otra; esta es la palabra raíz para justicia, dikaiosune.)

La justicia de la Ley demandaba la muerte del que ‘pecara’, es decir,  el que no le ‘atinara a la marca’, por ello cualquier cosa que hagamos que a alguien le parezca injusta,  puede ser razón para morir o por lo menos, para ser castigado.  Por algo se llama  “El camino de Cain” (Judas 1:10-12).

La injusticia de acuerdo a Cain, fue que la ofrenda de Abel fuera aceptada y la suya no; su canasta de frutas  representaba sus obras buenas, su esfuerzo, su habilidad,  su ingenio,  su identidad – el trabajo o las obras son el fundamento de la identidad del hombre de la Ley;  desde luego que no era ‘justo’ para él que alguien que no hizo nada o que ‘no era nada’ fuera aceptado.  Sería como ir a la universidad  hoy en día y graduarse con honores  y muchos post-grados y  no encontrar nunca trabajo, o ver alcanzar nuestra idea de éxito a un analfabeto.

Para el que trabaja arduamente, no es justo que alguien se enriquezca sin esfuerzo; mas en países como México los que se enriquecen no necesariamente son los que mas se esfuerzan y para muchas personas en los Estados Unidos,  no es justo que el hispano quiera venir a esforzarse a su país. Por ello  muchos mueren al querer cruzar la frontera. La misericordia y el amor llegan a convertirse en crímenes bajo este tipo de ‘justicia’, como es el caso de los que les llevan agua o alimento a los que cruzan indocumentados, como lo fue el de aquellos que protegieron judíos durante el Holocausto,  muchos de ellos pagando con su vida.

Asimismo, muchos llegan a morir por no ceder a las exigencias de otros,  sea por no detenerse ante un policía,  por no cederle el paso a alguien que iba de prisa;  o simplemente por sus creencias,  como fue el caso de Abel, cuya sangre grita “venganza”, igual que la de los nativos de las Américas, o de muchas islas de la Tierra,  o la de todos los muertos por persecución religiosa.

Como te das cuenta, bajo este sistema que produce ira (Rom. 4:15) que en un arrebato  resulta en la muerte del que no se conforme a la justicia del otro,  la justicia que prevalece no siempre será la mas justa y verdadera y  el hombre cada día necesitará  armas mas poderosas para  poder defenderse ‘de la justicia del pueblo’, que es el significado de “Laodicea”.

Por causa de esta justicia,  algunos maridos justifican haber matado a su mujer, porque no era justo que ella se enamorara de otro,  o que ella le impidiera enamorarse de otra.  Ciertas mujeres matan a sus maridos o a sus amantes porque no es justo que el las trate con violencia,  mas la novia de Cristo se fue en pos del que la maltrata y la mata – La Ley.

De todas las referencias anteriores   nos damos cuenta que el sistema de justicia del hombre  nos llevará  violencia venganza y castigo que lejos de reformar a la persona, provocará mas violencia, mas venganza y mas destrucción a través de  la ira y los efectos que produce en nosotros (ver Gal 5:19-210).

De aquí concluirás que no podremos corregir ni fortalecer a nuestros adolescentes con mas Ley,   por consiguiente,  si tu programa fuera de ‘premios o castigos’  o de ‘refuerzo positivo’,  o de elogios basado en su habilidad, su  comportamiento o desempeño,  solo vas a producir el efecto contrario al deseado.

Este sistema  es contrario a la Gracia de Dios,  que es nada menos que su Justicia, y que la Biblia usa como sinónimo de su Rectitud, la cual es únicamente constructiva,  sanadora, restauradora,  y que nos lleva a una paz ‘mas allá de todo entendimiento’,  es decir, ‘sobrenatural’, y a todos sus efectos descritos en Gal. 5:22-23,  los cuales realmente reforman el corazón y traen verdadera libertad.

Quizá estés de acuerdo conmigo que una de las primeras cosas que cambian en nosotros cuando hemos entendido la Gracia de Dios es que el enojo ya no nos controla,  y  que  las acciones de la gente dejan de afectarnos tanto, Ya no nos amenaza la identidad de otros,  ni su opinion, porque ya no es la nuestra.  Ya no necesitamos competir para probar nuestro valor ante nadie, ni aun ante nosotros mismos; ya no buscamos ‘culpables’,  ni juzgamos conforme a la carne, sino conforme a la verdad del Evangelio,   amados de Jesus, comprados por su sangre,  hechos a su semejanza,  independientemente si lo saben o no.

Este  será tu antídoto  para los jovenes de tu grupo,  de Gracia recibir para de Gracia poder dar, y poder amarlos,  aceptarlos y darles a conocer su valor, mas no según  la carne, sino de acuerdo con la verdad de Dios acerca de ellos,  su  valor intrínseco como amados de Jesús, hechos a su semejanza,  redimidos a precio de sangre,  tesoros en vasija de barro, (que no por ser de barro significa ‘sin  valor’).

El pecado no se apoderara de ti (ver Rom. 6:14)…¿porque obedeces la ley?   NO,  ¡porque ya no estas bajo la Ley! porque bajo la Gracia,  hay descanso de todo este esfuerzo y desempeño demandado por la Ley y del estrés que esto produce , cuando entendemos de donde proviene nuestra vida y nuestra identidad.

Pensarás: “entonces si Dios no mata, ni castiga,  ¿porque descargó su ira en Jesús?  De ello hablaré la próxima semana.

Shalom y Gracia en Abundancia

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