Misión no Imposible

Gracias por regresar a este estudio con el fin de descubrir cómo ministrar a nuestros adolescentes el Nuevo Pacto.  Obviamente esta misión requiere intervención divina. Solamente el Dios que nos concibió en su pensamiento y nos formó en el vientre de nuestra madre sabe nuestras necesidades mas profundas, por lo que de no ser Él quien nos edifica, trabajaremos en vano (Salmo 127:1); por su Gracia, Él no nos ha dejado solos,  nos ha dado a nuestro Ayudador, El Espíritu Santo, quien nos enseñaría TODAS las cosas, y siempre es bueno recordarlo, pues sin su sabiduría, nuestra sabiduría e inteligencia vendrá ‘de la serpiente’,  basada en la Ley del Arbol del Bien y el Mal que trajo la muerte a la humanidad, y que continua matando lentamente a nuestras sociedades hoy.

¿Como ministraríamos a un adolescente  con vida y no con muerte?  Igual que a un adulto. De hecho,  los adolescentes son mas sencillos para ser ministrados que los adultos,   pues ellos aun son un poquito ‘como niños’,  aun no creen saberlo todo, como muchos adultos  y aun no  tienen la mente ‘religiosa’ e inflexible de los adultos que les impide creer.

Sería tan fácil como darles a conocer lo que les ha sucedido en Jesucristo,  su identidad como Hijos de Dios; hablarles de su valor intrínseco, no basado en sus méritos o en su carne, sino en el valor  que Jesús vio en ellos al dar su vida por ellos;  hablarles  de las promesas de Dios,  de Su Vida de Resurrección,  de su herencia bajo la Gracia y de lo mucho que la Ley puede robarles;  qué adolescente no sería impactado si se le hablara la verdad acerca de si mismo y se le hiciera saber que Jesús lo ama con vehemencia,  lo acepta completamente y que Él no vino a imponerle mas requerimientos o  mas reglas ni condiciones, sino por el contrario,  a hacerlo descansar de esos requerimientos contrarios a nosotros que fueron clavados en la Cruz (Col. 2:14).

Mas es aquí cuando encontramos la primera dificultad, y es precisamente donde la confusión del mundo radica, en que a pesar del milagro que le sucedió a la humanidad en Jesucristo y de que Él nos dejó escrito Su Evangelio para anunciarnos y revelarnos  todo lo arriba mencionado,  la religión se atrevió a enseñar ‘otros evangelios’ que son los que muchos de  nuestros maestros y autores ‘cristianos’  han creído y así enseñan:  “Jesucristo te ama y murió por ti, pero a menos que  limpies tu vida,   cumplas con todos sus requisitos, cambies tu comportamiento y  hagas como Jesús hizo… te vas al infierno”.  No necesitamos hablar  de lo que enseñan los no cristianos.

Por consiguiente, cual sería el primer ‘requisito’ para poder ministrar a un adolescente con el Nuevo Pacto?

Este sin duda sería entender el Nuevo Pacto.

Si los adultos (hablo de los cristianos)  no han entendido el Nuevo Pacto o no han aceptado el Evangelio de Gracia sin adulterar que lo anuncia,  sean maestros de escuela bíblica o sean los mismos padres del adolescente,  solo estarán ministrando mas Ley, mas requerimientos,  mas reglas, mas humanismo, mas esfuerzo humano, mas obligación, mas vida según la carne; solo estarán reforzando la identidad falsa  del “Arbol del Yo No Soy”  que les robará la vida de Cristo.

Bajo este árbol,  verán caer  a sus adolescentes en el mismo circulo vicioso en el que quizá ellos mismos se encuentren:  ‘esfuerzo/pecado/culpa/arrepentimiento/confesión/perdón/esfuerzo’, que es la misma vida de hipocresía que muchos cristianos caídos de la Gracia (Gal. 5:4) viven hoy;  solo los muy honestos y valientes huirán de tal ‘evangelio’, lo cual llega a ser en ocasiones por intervención del mismo Espíritu Santo; lamentablemente, la mayoría seguirán intentándolo,  algunos por voluntad propia, otros por coerción de sus padres  y vivirán luchando en contra,  u ocultando lo que la Ley  hace en ellos, mientras sucumben ante la misma.

Por lo anterior, ministrar junto con ellos a sus padres o figuras de autoridad cuando esto es posible, sería la manera mas fácil.  Después de todo, no buscaríamos modificar el comportamiento de los jóvenes, ni el de sus padres,  sino simplemente sembrar la semilla, orar por las vidas y dejar que El Espíritu dé el crecimiento y por qué no, proveer un ambiente donde estos adolescentes se sientan amados, aceptos y a salvo.

Ministrar a los chicos  sin que sus padres o figuras de autoridad estén de acuerdo con el Evangelio de Gracia,  aun si se llamaran ‘cristianos’ , sería ir contra la corriente;  aunque siendo El Espíritu el que hace la obra de ‘salmón’ seria fácil, cuando  el ministro de justicia/rectitud  aprende a fluir en la corriente del Espíritu de Dios, sea favorable o contraria, como lo descubrió  “Moana”, en una misión similar.

Te invito a ver este corto video clip, que en mi opinión ilustra lo que el Espíritu hace en nuestra vida cuando nos convence de toda verdad y de toda justicia, y nos abre los ojos para poder ver su Luz, la cual hace que toda mentira se caiga de nosotros y que nuestra vida por fin fructifique.  Esto te animará a no temer a tu(s) adolescente(s), si alguna  vez  se comportara así.

Shalom y Gracia en Abundancia.

 

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