El Amor Verdadero

Hoy continuaré  este tema tan antiguo como la manzana de Adán, tan moderno como la manzana del iPhone  y tan desagradable que desde la antigüedad hasta nuestros días modernos, mucha gente prefiere no tocarlo, pretendiendo que ignorándolo, dejará de tocar a su puerta.

En esta ocasión, compartiré un caso que presencié aun como adolescente, el  de un joven homosexual (cómo el mismo se juzgaba), muy activo en su comunidad, que en los años 80s demandó  a un fotógrafo por haber destruido su rollo que llevó a ‘revelar’ (como se usaba en aquel tiempo),  sin saber que el fotógrafo se presentaría a su audiencia con dicho material fotográfico, exponiendo un contenido que por ley le estaba prohibido procesar: decenas de escenas sugestivas, atrevidas y sensuales de un grupo de  homosexuales a la orilla de una alberca jugando juegos seductores con una grupo de niñitos cercanos a la adolescencia,   en ocasiones desnudos,  con quienes se divertían besando en la boca e instigándolos al homosexualismo.  Una vez que este joven recuperó sus fotografías, después de sonreir divertidamente sin incomodarse al revisarlas una por una, se levantó  y se retiró sin despedirse,  sin que el fotógrafo, ni ninguno de los presentes pudiera o quisiera añadir algo.

La pasión y perseverancia de este joven por defender su causa  lo  convertiría años después en un actor y  líder activista famoso y de gran influencia en México hasta nuestros días.

En la actualidad,  tales fotografías palidecerían frente a algunos casos de los que  hoy escuchamos,  apoyados por muchos otros individuos quienes también perseveraron y alcanzaron sus metas de llegar a lugares de gran influencia en todas los círculos de la sociedad, como la educación, la política,  el gobierno y la administración de ‘justicia’ con ese mismo propósito; no te hablo de naciones ‘tercermundistas’, sino de  países ‘desarrollados’   cuya misión es la de facilitar su ‘reproducción’  mientras nos ‘educan’  y condicionan a todos a verlo como  algo natural y normal.

Aquellos  que se nieguen a participar tendrán que perseverar por mantener a  sus familias flotando contra la corriente, pues  ¿quién nos ayudará a defender  nuestros derechos cuando logren legalizar el sexo con menores como preferencia sexual? ¿la autoridad corrupta?  ¿el sistema legal corrupto?  ¿nuestros políticos corruptos?   A menos que el Pueblo entero se volviera al verdadero Dios, y a la Gracia de su evangelio,  tendremos que depender de lo que la sociedad determine como bueno o malo en su momento,  hasta que este viejo árbol nos elimine a todos, como prometió hacerlo desde su origen.

Curiosamente, la Biblia nos dice que nuestros días serían como los días “de Lot” y al igual que Lot,  nuestra generación está siendo afligida.  No necesito apoyar mi argumento con ningún  otro ejemplo, tu mismo los encontraras en YouTube,  o en los encabezados  de tu periódico  favorito, y aunque ahi podrás enterarte  de los miles que han  arrestado por esta causa, me temo que éstos son solo instrumentos ‘desechables’  de los gigantes del crimen organizado, por lo que tu sentido de “seguridad” será solo una realidad virtual, a menos que tu refugio y el de tu familia sea Jesucristo y el poder de Su Evangelio de Gracia, cuya Justicia te garantiza vivir ‘lejos de opresión'(Is. 54:14); ésta será tu única ancla para no ser arrastrado por los vientos y corrientes de este mundo.

Como lo expresé en mi blog anterior, reitero que no intento promover ningún tipo de odio, ni segregación, por el contrario,  yo estoy en contra de la manera en que ellos, al igual que otras minorías o grupos de seres humanos han sido discriminados, menospreciados y juzgados con tanta crueldad por el mismo sistema que les dio su identidad,  pues la homosexualidad, así como toda forma de inmoralidad sexual, al igual que el chisme y la envidia y muchas otras cosas que no consideramos tan escandalosas,  son solo  ‘frutos’  de este sistema, llamadas en Gal. 5:19-21 como  ‘obras de la carne’,  que en el contexto del libro de los Gálatas, son producto de la vida bajo  el sistema de ‘La Ley’, alias, el Arbol del conocimiento del bien y el mal.

Habiendo Jesús mismo puesto a la humanidad en si mismo en su muerte, para hacernos morir a este viejo sistema  (como lo podrás leer en Col. 2:14, o en todas las cartas de Pablo, o en mis series de los Gálatas), y habiéndonos levantado junto con Él en su resurrección como una Nueva Criatura,  que nada tiene que ver ya con Adán, ¿a que se debe que la religión haya ignorado lo que Jesús hizo y aun siga ministrando la muerte que este sistema imparte en los humanos, produciendo por consiguiente tantas víctimas?

Se debe a la incredulidad, o a la falta de conocimiento, o de entendimiento del ‘verdadero’ Evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo,  o a su rechazo;  se debe a la confusión de la religión, se debe al espíritu anti-cristo que se opone al Sistema de Dios, que es precisamente Su Gracia.

Por el contrario, yo estoy en favor de que ellos sean tratados con dignidad, como a cualquier otro humano,  pues lo son,  y que se les de el respeto que Cristo les da,  pues Él no los juzga según ‘la carne‘,  ni tampoco nosotros debemos hacerlo; Jesús no nos ve a traves de nuestra propia justicia, sino a traves de Su Justicia Divina, que conocemos como su Gracia,  su Amor,  su Poder restaurativo y restitutivo  y nunca destructor ni punitivo, como la religión nos ha hecho creer.

Cristo vino a revelarnos esta verdad: quienes somos por causa de lo que Él hizo, no por lo que nosotros hayamos hecho o logrado;  Él vino a recordarnos cual fue nuestro diseño original,  a imagen y semejanza de Dios.   Dios necesitó un hombre y una mujer para reflejar su total plenitud y completitud y ambos han sido incluidos en uno solo – Jesucristo;  Él no nos diseñó para repudiarnos, ni para competir por nuestra superioridad contra el sexo opuesto, sino para complementarnos y vivir  su plan en base a su diseño ‘divino’.   La mentira de que somos lo que hacemos (o lo que nos hicieron), nos impedirá conocer la verdad de lo que fuimos hechos ‘en Cristo’, por causa de lo que Él hizo.

Hemos aprendido de que aun si llegamos a contradecir su Palabra,  Él nos ‘contradirá’,  haciéndonos ver Su verdad acerca de nosotros, y será  esta verdad lo único que nos librará de toda mentira que nosotros creamos ser,  no solo referente a la preferencia sexual, sino toda identidad falsa que proviene del sistema de la Ley (los conceptos humanos que nos califican, como por ejemplo: el linaje, la etnicidad,  la sexualidad, la ocupación,  la habilidad, la jerarquía, las posesiones, la influencia, etc).

Lo anterior no significa que yo esté en favor de que el estilo de vida que los demás adopten  nos sea impuesto como la verdad,  contra nuestra voluntad,   pues ni aun la verdad del  mismo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo podemos forzar en nadie; esta verdad te permitirá experimentar el verdadero amor,  un amor de calidad insuperable e inextinguible,  sin traiciones, ni rechazo, sin abandono, ni juicio; mas ni siquiera Él  mismo forzará Su Amor en ti,  pues esto sería una ‘violación’,  la cual es contraria a nuestro diseño ‘divino’.

Shalom y Gracia en Abundancia.

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