Generación Salva

Aun habiendo sido desechados y heridos como Papa Boyd,  la revelación del Amor del Padre en nuestra propia vida y desde luego, el querer recibirlo, será  lo único que podrá realmente salvarnos de la destrucción y del peso que nos acecha al vivir lejos de este amor,  sea como consecuencia de  los daños o maldades que nos fueron hechas,   o de las que nosotros mismos hicimos o aun hacemos.

Salvación, del griego  ‘sōtēria’  significa: liberación, preservación, rescate, seguridad, liberación de enemigos,

Mas no olvidemos que esta palabra fue traducida del hebreo,  y  en el hebreo esta palabra era  ‘Yĕshuw`ah‘  – que es el Nombre de Jesús.    ¡Jesús es nuestra salvación!

¿De que nos salvó Jesús?    ¿Del infierno?    ¿De la muerte?   ¿Del pecado? ¿De la maldición?  La respuesta correcta es de todo lo anterior,   mas ¿por qué aun ‘pecamos’? ¿Por qué aun morimos o vivimos como si la maldición nos persiguiera, o en ocasiones, como si viviéramos en el infierno?

Ignoramos que pecado significa: “no ser participes de la vida de Dios”. Por ello nos ‘quedamos cortos’, por ello ‘no le atinamos a la marca’, por ello hacemos cosas que no pertenecen a nuestro diseño como Hijos de Dios a imagen de Dios, pues el poder del pecado se encuentra en La Ley, que es el mismo árbol del cual comieron Adan y Eva y que se sigue forzando en la vida de los Hijos de Dios; es por ello que muchos aun viven bajo su poder y sus efectos.

Irónicamente, La Ley fue por lo primero que Jesús vino a salvarnos, tomando forma humana para poder llevar nuestra propia muerte en su cuerpo, para que fuéramos muertos a la Ley (Gal. 2:19, Rom. 7:4, Gal. 4:4, etc), misma que se quedó ¡clavada en la Cruz para siempre!  (Col. 2:14), ¿por qué?  porque la Ley era nuestra misma muerte. No le preguntes a Google o a Yahoo Respuestas, tu mismo puedes leerlo en tu Biblia en Rom. 6:22-23;  Rom. 6:14, en 5 Cor. 5:14 por mencionar algunas.  La Ley es el mismo Arbol del cual el hombre quiso vivir – el Arbol del conocimiento del Bien y del Mal.

Hemos sido enseñados que ser salvos significa irnos al cielo cuando muramos y mientras llegamos ahí, vivimos aquí como derrotados, esperando a que Cristo regrese,  deprimidos, enfermos, en pobreza,   muriendo lentamente fuera de nuestro diseño, sin disfrutar de nuestra herencia, que solo por Gracia nos ha sido ‘transferida’  (Rom. 4:13-14; Hechos 20:32) y sin saber que  ¡la salvación ya ocurrió,  ya nos la dio Jesus!

He llamado a Cristo “el primer caso” del hombre nuevo. Pero, por supuesto, Él es algo mucho más que eso. No es simplemente un hombre nuevo, un espécimen de la especie, sino el hombre nuevo. Él es el origen, el centro y la vida de todos los hombres nuevos. Él vino al universo creado, de Su propia voluntad, trayendo consigo a Zoe, la nueva vida. (Me refiero a nosotros, por supuesto: en su propio lugar, Zoe ha existido desde siempre). Y no lo transmite por herencia, sino por lo que he llamado «buena infección» – Él. Otros hombres se vuelven “nuevos” al estar “en Él”. “C. S. Lewis, Mera Cristiandad

Aclaro que ésta es la manera en que CS Lewis percibe su herencia,  lo cual es una buena manera de describirlo: esta vida de Resurrección   te será revelada de Gloria en Gloria,  de fruto en fruto,  el fruto de una relación,  no con la Biblia, sino con su autor, Jesucristo, el autor y consumador de nuestra fe.

Será a travez de este tipo de conocimiento  personal  como  La Gracia de Dios  nos será multiplicada y nos será suficiente para suplirnos lo que nos falte y llenar nuestras insuficiencias, nuestras carencias y toda necesidad; de esa Gracia que recibamos podremos dar,  y  ser  habilitados para   cumplir con tantas demandas que caen en nosotros, sin salir de nuestro descanso.

Este será el Evangelio que cause que la gente sea libre cuando lo crea y sera el principio de “su salvación”.  De aquí que cuando la gente pregunta si la salvación se pierde o no,  su enfoque está en si irán al cielo o no y no tanto en ser transformados y experimentar esa vida de Resurrección desde que están en la tierra.  Es por esta razón que en mi opinion muchos ya queremos que suceda el rapto,  pues vemos nuestras situaciones muertas y no entendemos que éstas son una oportunidad para experimentar “la salvación”.    La sanidad es un adelanto de la salvación,  la restauración  del alma (de la personalidad, la mente, las emociones, etc.)   también lo es, la restauración de relaciones, de matrimonios,  de finanzas,  todo ésto está incluido en la salvación,  por lo mismo,  no veamos el cielo como nuestro escape de nuestra vida de infierno, sino como la transformación de la misma a una vida cuya paz sobrepasa todo entendimiento y su continuación durante la eternidad.

Tristemente,   por lo general son los que no conocen o los que rechazan el Evangelio los que están a cargo del mundo en el que vivimos ¿cómo cambiamos el mundo?  ¿Cómo nos  libramos de las  plagas de Babilonia sin salir de ella? ¿Cómo convencemos a los líderes religiosos y espirituales que dejen de matarnos con religión y juicio  y aun con la amenaza de un juicio futuro, cuando la humanidad entera ya fue juzgada y condenada a muerte en Jesucristo?  ¿Cómo les hacemos entender a los religiosos lo que la resurrección de Jesucristo logró, si ellos no la han experimentado?    ¿Cómo les hacemos entender que el sistema de la Ley, alias “el árbol del conocimiento del bien y el mal”   era el pecado del que necesitamos ser salvos y libertados?

Oremos por revelación para encontrar respuestas, y te invito a que regreses el viernes para concluir esta serie.

Shalom y Gracia en Abundancia.

Series Navigation<< No Mas Orfandad