La Gran Victoria

Es realmente una verdadera paradoja el hecho de que la gran mayoría de los seres humanos no hayan descubierto aun la verdad acerca de si mismos, y por consiguiente, no hayan tomado  su posición y autoridad como Hijos de Dios, co-herederos con Cristo,  principalmente en las naciones ‘cristianas’, especialmente cuando descubrimos que  ¡ésto mismo es lo que declara el Evangelio de Gracia! –  El Evangelio que revela la “Justicia de Dios en Cristo” en todos los seres humanos, declarando desde hace mas de 2000 años que hemos sido hechos ‘Hijos de Dios,’ (1 Jn. 3:2; He.17:26-28;  etc) ¡Justificados!, no sólo  hechos justos – sino ¡Hechos como Él! –  revelando Su Rectitud o Justicia  en nosotros-  redimidos en Su imagen y semejanza;  en su Gloria, es decir, en ‘equidad’ con Él en su balanza de Justicia, ‘levantados’  en Jesucristo, como Nuevas Criaturas; sentados junto con Él en ‘Su Trono’ – ‘en las alturas’.  Según este Evangelio,  ¡ya nos encontramos ahí, hechos sus tabernáculos,  fundados en la Plata de su trabajo consumado y fundidos en el oro de su divinidad y su gloria!    

Ya no podremos alcanzar mayor valor  que el que ya nos ha sido asignado, ni llegar mas alto de donde ya hemos sido colocados, pues ésto no nos sucedió por algo que hayamos podido hacer o dejar de hacer, sino porque a nuestro Padre ‘le plació’ ‘redimirnos’ para que pudiéramos ser salvos de “los males que obstruyen la recepción de nuestra liberación”    aquella perspectiva ‘enceguecida’,  aquella mentalidad nublada que nos tenía esclavos a una creencia falsa acerca de Dios y de nosotros mismos, que nos impedía vernos como Sus Hijos legítimos, dignos y totalmente aceptos, limpios, santificados, en inocencia,  sanos,  libres, restaurados y reivindicados.  Esa fue Su voluntad,  como lo sería la de cualquier padre amoroso al que le fuera posible rescatar a sus hijos de la muerte.    ¡Para Dios todo es posible!

¿Crees que estoy exagerando o alucinando? ¿Crees que ésto era una ilusa promesa para un futuro incierto, desde luego, solo para aquellos que lograran pasar todas las pruebas y brincar todos los obstáculos?  

Si alguna vez has leído la Epístola de los Efesios, lo que acabo de declarar es lo mismo que Pablo declaró en sus primeros 3 capítulos –  ese fue el  Evangelio que recibió directamente de Jesucristo resucitado, para el cual vivió y dio su vida por comunicarlo a partir de ese día y hasta la expiración de su cuerpo perecedero – mensaje que ha sido y continua siendo desacreditado por tantos que aborrecen la verdad.  

 Efectivamente, el Evangelio de Pablo fue un anuncio de ‘UNION CONSUMADA’: El Reino de Dios ya no puede estar mas cerca,  pues el cielo y la Tierra han quedado ya unidos para siempre; Dios y el Hombre ya han quedado unidos para siempre en Jesucristo Hombre, quien unido al Padre,  nos ha llevado ya en Él a todos los seres humanos – ‘unidos’ para siempre – entretejidos en si mismo (ver Juan 14:20), no como raza Adámica muerta en su pecado, bajo el yugo de “La Ley”, sino como una “Nueva Criatura”, ¡sin pecado! Unida y ‘vivificada’ en Cristo Resucitado;  las cosas viejas – los lazos y cadenas del sistema de la justicia del hombre, aquella que nos impide recibir  nuestra liberación, aquella que no puede equilibrar la balanza, (conocida por Pablo como “La Ley” (el ‘nemos’) o “el Mundo”)  ¡ya pasaron!,  al igual que el virreinato, ¡ya no están vigentes!   ¡Todas las cosas son echas Nuevas! ¿Cuándo?  ¿En la otra vida, después de la muerte?  ¿Al llegar al cielo?   ¿Cuando el mundo se acabe?  ¡No!  ¡En la Resurrección de Jesucristo, todas las cosas fueron ya echas nuevas! (según lo dice Rom. 5:12-19 y 6:8-11; 2 Cor. 5:14-20; Ef. 2:4-7; Col. 2:10-23 y 3:1-5; Os. 6:2… entre muchas otras escrituras).  

Lo anterior  incluye a todos los seres humanos de todas las razas y naciones,  hombres y mujeres, judíos y gentiles,  habiendo Él derribado ya las paredes de separación que la perspectiva humana levanta para identificar y reducir a etiquetas o encerrar en jaulas  a los seres humanos, paredes divisorias de temor e inseguridad, paredes de desigualdad y superioridad,  “según la carne”, es decir, basadas en la etnicidad, el linaje,  el género, la religión, la jerarquía, la clase social, la ocupación, etc. todos alejados de todos y contra todos -paredes de ‘pecado’, ese era el sistema del diablo que fue derrocado en la Cruz-(ver Col. 2:14; Ef. 2:15) ¡ese fue su juicio! ¡él ya es solo un ser destronado!  según  Isaias 14,  y Lucas 10:17-20, sus días están contados, y las naciones están por despertar de su engaño; ¡la humanidad está a punto de ´recordar´ quien era,  y por fin salir de la tumba!

¡No mas paredes divisorias! Pablo lo declaró: ya no ‘juzgamos a nadie según la carne’(ver 2 Cor. 5:16; Gal. 3:28); ¡El pecado, aquella deformidad que llevábamos en el subconsciente o aun en el consciente,  ya ha sido removido – separado de nosotros  para siempre! (ver Jn. 1:29; 1 Jn 3:5,  Jn 15:3; Heb. 1:3; Heb. 9:14; Heb. 10:22, 1 Cor. 6:11; Ef. 5:6, etc.) – ese fue el ‘perdón’ que Dios nos otorgó cuando separó nuestro pecado ‘como el este del oeste”.   

No somos joyería de fantasía con chapa de oro de 14K,  recubiertos en el momento de creer en Jesucristo y descubiertos cuando  enseñamos el cobre o el bronce.   Él ya nos declaró oro divino en el momento de su resurrección y en el momento en el que nos escogió como tabernáculos vivientes, no eregidos por mano de hombre,  no podemos ser tabernáculo de Dios y seguir cubiertos de bronce, que representa el juicio.  Por consiguiente,  si ya nos declaró así – si ya estamos ahí,  no como una condición, sino como una conclusión de lo que Él ya consumó, entonces ¡Nuevas Criaturas ya Somos!   

Nunca fuimos ‘adoptados’,  como se nos ha traducido;  no nos convertimos en hijos cuando creemos,  ¡siempre lo fuimos!  aunque el hombre no podía verse como tal por causa de su consciencia de ‘pecado’ y de su mentalidad caída que heredó de la serpiente: mentalidad de esclavo con un espíritu de orfandad.  Cristo ya nos ha redimido, es decir, nos ha devuelto a nuestra imagen original, hechos como Jesús – (ver  2 Jn. 4:17) y nos ha soltado ya los lazos que impedían nuestra liberación.

Resumiendo: En Cristo hemos sido ya  ‘muertos’,  sacados del Seol – de la ‘muerte eterna’ y resucitados como una nueva Criatura – totalmente justificados!   – Hechos a su imagen!  ¡Ese era el Evangelio original!  Eso fue lo que declaró Pablo, como lo acabamos  de leer. Eso era lo que para Pablo significaba ‘la fe’  – creer el Evangelio que el llevó directamente de Jesucristo resucitado.  Si verdaderamente sólo los que creemos somos salvos,  ésto era lo que el Apóstol de los gentiles nos llamaba a creer.

¿¿Lo puedes creer Tú? 

Muchos fuimos enseñados  que Su rectitud se nos ‘transfiere’ en el momento de creer,  mas como concluirás de lo que has leído, esta ‘transferencia’ ya nos fue hecha en la Cruz y la resurrección, hace 2000 años; aunque ciertamente, al igual que una transferencia bancaria,  nunca podrás hacer uso de algo que no conoces o que no crees tener; al creerlo,  al conocer tu riqueza – tu inclusión en Él y su habitación permanente en ti, y al  conocer tu verdadera identidad por causa de esta unión, según el Espíritu de Verdad – ‘el Espíritu de Hijo’ (tradicionalmente traducido como Espíritu de ‘adopción’),  te permitirá nacer a la única verdad  que existe acerca de ti y entonces podrás vivirla – y serás sano y libre ‘salvo’,  mas redimido ya fuiste. 

De ello hablaré en mi próximo mensaje.

Gracia en abundancia.

   

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