¿Y Tú, Ya Entraste En Su Descanso?

Entrar en su descanso
En efecto, habéis sido salvados gratuitamente mediante la fe. Y eso no es algo que provenga de vosotros; es un don de Dios. No es, pues, cuestión de obras humanas, para que nadie pueda presumir.  Efesios 2:8-9
Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia. Y si es por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no sería obra. Rom 11:6

 

Hablamos anteriormente de que el Plan original  de Dios para los hombres es de descanso y ese descanso solo se encuentra en el trabajo terminado de Jesucristo,  ¡en su obra consumada!  ¿Cuál es su obra consumada?  Nosotros nos detenemos en la Cruz, porque en la Cruz dijo: “Consumado es”.  Mas esa fue solo la consumación de la Ley y la muerte de la raza Adámica, Jesucristo resucitó!  y esto también ya ha sido consumado!  Ese fue nuestro nuevo comienzo. ¡Ese fue nuestro nuevo nacimiento!

“Nacimos de nuevo cuando Cristo resucitó de los muertos”. 1 Pedro 1:3

Es por medio de Jesucristo que toda su Gracia fluye hacia nosotros, a través de Su Espíritu.  La Gracia es gratuita, no la tienes que comprar, ganar, ni ameritar, sólo contar con ella, aunque a Dios le costó todo – la parábola lo ilustra como un hombre que vendió todo para adquirir una perla de gran precio (ver Mat. 13:45-46).  Tu no necesitarás vender nada.  La parábola se refiere a Jesucristo mismo y esa perla siempre hemos sido nosotros – la humanidad.

El pueblo que entró a la tierra prometida no fue el mismo que Dios sacó de Egipto,  pues en Hebreos 3:16-17 vemos que todos esos Israelitas, incluyendo al mismo Moisés, perecieron en el desierto sin haber podido entrar en esta tierra de descanso.  Aquellos que lograron entrar fue una nueva generación dirigida por Josué, a quienes habiéndola poseído, Dios les recordó:

Yo te di tierra que no habías trabajado y ciudades que no construiste, en las cuales vives ahora. Te di viñedos y huertos de olivos como alimento, aunque tú no los plantaste. Josué 24:13

Por cierto, el nombre en hebreo de Josué es Yehoshua,  יהושע ,  que significa “Dios Salva”,  el mismo nombre cuya versión griega es “Jesús”.

Sin embargo,

“Si Josué les hubiera dado el reposo, no habría hablado después de otro día.  De modo que aún queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que entra en su reposo, reposa también de sus obras, como Dios reposó de las suyas.  Hebreos 4:8

En Lucas 2:40 leemos que Jesucristo, el dador de la Gracia, “.. crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él”.  Mientras Él vivió en la tierra como uno de nosotros, vivió una vida de descanso y confianza en su Padre; lo vemos siempre activo, mas siempre lleno de calma y dominio propio, sin ansiedad ni enojo, totalmente dependiendo del Espíritu de Dios, pues aún siendo Dios, su estancia en la tierra no la habitó como tal, sino como un hombre que descansaba en el Amor de su Padre, fluyendo en un mismo Espíritu y todo lo hacía rodeado de multitudes.

No obstante lo anterior, Jesús mismo les dijo a los judíos, refiriéndose a su propio nacimiento:

Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.”   Mateo 8:20

Hace tiempo aprendí que la palabra griega “klino” traducida como “recostar”,  sólo se usa una vez más en el Nuevo Testamento, refiriéndose a aquel momento en que Jesús, estando en la Cruz, después de haber gritado “¡Consumado Es!” “…”habiendo inclinado (klino) la cabeza, entregó el espíritu.”  (Juan 19:30).

” Mi amigo, solo en la cruz el Hijo del hombre finalmente encontró un lugar para descansar Su cabeza.  Jesús hayó su descanso en redimirte, en salvarte. Jesús hayó su descanso en amarte!”   Joseph Prince.

         La promesa de entrar en el descanso ofrecido por Dios sigue en pie. Hebreos 4:1

¿Y tú querido lector, o lectora, ya encontraste ese descanso?

Jesús ha dejado a tu disposición Su descanso.   Él ya ha traido en Sí mismo a la raza “Adámica” entera a descansar de sus obras,   habiéndola puesto a morir en su propio cuerpo. (de acuerdo con Rom. 5:12-19 y 6:8-11; 2 Cor. 5:14-20; Ef. 2:4-7; Col. 2:10-23 y 3:1-5 entre muchas otras). En su muerte, Jesús rescató lo que siempre había sido suyo y le fue robado, rescatándote así de tus obras para  tener que salvarte a ti mismo.

Mas por qué los seres humanos seguimos tratando de ayudarnos, siempre “llenos de labores”, siempre con la inquietud de querer cambiar,  de ser perfeccionados o de llegar mas alto, siempre comenzando el Año con el deseo de  “hacer o dejar de hacer” sin poder lograrlo. Si has roto tus resoluciones de Año Nuevo antes de que termine enero, quizá me creas.  Sin embargo, aun  si logramos alcanzar nuestras metas personales, nunca quedamos lo suficientemente satisfechos, siempre hay una nueva meta,  siempre hay algo mas que hacer.

Te invito  a que conozcas tu identidad a imagen y semejanza de Dios en Jesucristo, y que le des oido para que te persuada de su amor de manera que puedas confiar en El y logres hallar descanso en su Gracia: descanso de tus afanes, de tus preocupaciones, de tus aflicciones y dolores, de la injusticia de los hombres y de todos tus trabajos futiles. Esto no quiere decir que te salgas de trabajar, o que dejes de ejercitar; sino a que dejes que Él te revele su amor para que aprendas a inclinarte (klino) en su trabajo Consumado, pues es sólo en su descanso cuando nuestro trabajo deja de ser vano y futil.

Gracia en Abundancia.

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