La Victoria de Jesús

Ciertamente, la obra redentora de Jesucristo, es decir, su muerte y resurrección, incluyó a toda la humanidad. La Escritura nos ha mostrado claramente que la humanidad entera ya ha sido redimida,  pero  ¿de qué fue de lo que nos redimió?       

Lamentablemente, la mayoría de los cristianos no creen que la manera en que Jesús nos ha redimido de la muerte y de la iniquidad fue ‘desatándonos’,  o libertándonos – separándonos del régimen de la Ley. (ver Gal.3:12-14 y 4:5; Tit. 2:14 y 3:5 ; Pet. 1:18; y Rev. 5:9 )

 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO), 14 a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe…..  Gal. 3:13-14

a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos” Gal. 4:5

Efectivamente, Cristo nos redimió de la maldición de no poder recibir ‘Vida’ por la Ley, lo cual impedía nuestra ‘liberación mesiánica’, mismo que logró al haberla dejado clavada en el madero (Col. 2:14; Ef. 2:15, etc.) y al haber puesto a morir  la muerte que este sistema produce en los humanos.  

Entendiendo que tan redimidos hemos sido  veamos de qué seremos salvos:

Seremos salvos  de  la muerte que nos ocasiona el tratar de salvarnos a nosotros mismos, por las obras de la Ley.

¿De donde vino el deseo de salvarnos a nosotros mismos?  

Esta necesidad insaciable proviene de la picadura de la serpiente con la cual infectó al hombre a través del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal. Para explicarlo, te comparto otro fragmento de mi proximo libro que por la Gracia De Dios publicaré en un futuro cercano:

Como podrás observar a través de la escritura, los árboles a menudo son usados para representar sistemas de creencias, bajo cuyas diversas ‘sombras’ (tselem = imagen) los humanos se albergan y cuyos frutos resultan en vida o muerte – “Por sus frutos los conocerás”.

Un ejemplo claro de lo anterior es el de Ezekiel 31, el cual representa la creencia de Satanás.

Otro ejemplo claro es el de Mateo 3:10, en el que Jesús mismo nos dice que:

“El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego”,

lo anterior significa que todo sistema de creencias que produzcan una vida estéril, tarde o temprano será probado con fuego  para revelar su autenticidad o falsedad (no las personas).

Por ultimo, Ez. 47:12 y Apocalipsis 22:2,nos hablan de ciertos árboles de cuyas hojas los hombres y las naciones ‘comerán’ y ‘sanarán’, posiblemente, cuando la humanidad abra los ojos a la mentira de los sistemas terrenales que le destruyeron, y acepte ‘comer’ del único árbol que devuelve ‘La Salud’ – el Arbol de la Vida.

En cuanto a ese árbol misterioso del ‘conocimiento del bien y el mal’, en base a los efectos observados en Adán y Eva al comer del mismo, concluimos que éste representa un sistema de creencias distorsionadas, basado en una imagen distorsionada acerca de Dios, de nosotros mismos y de los demás, que niega nuestra semejanza a imagen de Dios y por consiguiente, nuestra identidad y valor como Hijos del Altísimo, dejándonos con un espíritu de “orfandad”, (aparente en el mundo), con una mentalidad de juicio, (representada en la escritura como ‘bronce’) y de esclavitud, que nos mantenía presos en nuestra asumida indignidad, incompletitud, pequeñez y distancia de Él,  y con una gran consciencia de culpa, vergüenza y ‘desnudez’ (del hebreo ‘eyrom’ que significa ‘vacío’, ‘destituido’ o expuesto al peligro’, ‘completamente desnudo e indefenso’).  Todas estas cosas son partes intrínsicas de una ‘consciencia de pecado’ y son manifiestas en la realidad del mundo que conocemos hoy. 

Esta  “consciencia de pecado” requerirá ‘silenciarse’ y de mucha labor para poder cubrirnos,  defendernos,   justificarnos y  ‘mejorarnos’,  demandando  esfuerzo o fuerza de voluntad,   garantizando con ello únicamente nuestra auto-destrucción, puesto  que no fuimos diseñados para vivir de nuestro esfuerzo;  fuimos diseñados para vivir plantados ‘junto a las Aguas’  – viviendo de Su Espíritu, descansando en el Amor de nuestro Padre Dios, en su cuidado y su protección, al igual que el ser humano descansa en el vientre amoroso de su madre durante sus meses de formación.

Este árbol letal cuyas ramas se extienden como árbol Banyan, por toda la tierra, en forma de  religiones, disciplinas y requerimientos humanos,   en virtud de los cuales definimos el bien y el mal, es a lo que Pablo se refería como ‘la Justicia de la Ley’ (Fil. 3:9; Rom. 8:4 y 10:5) -“la justicia por el hacer”, detallada en la “carta de requerimientos contraria a nosotros en forma de mandamientos” (ver de nuevo Col. 2:14; Ef. 2:15) que muy a menudo se convierten en practicas de engaño manipulación y control, impuestas a base de intimidación y castigo, (o amenaza del mismo) tanto físico como mental.

Sin embargo, cuando Pablo hablaba de la Justicia de la Ley,  no se refería al Torah, palabra  que significa ‘guiansa’ o instrucción, (refiérete a mi serie de la Ley en YouTube, si necesitas mayor explicación: https://youtu.be/p9qUML7Zg2s ).  Muy a menudo Pablo usaba una palabra de la que nadie nos ha hablado. Veámoslo en el idioma original  de  Romanos 10:4  “Cristo es el fin de la Ley”.   En este caso, la palabra Ley es ‘Nomos’.  Entendamos primero el significado de esta palabra, que nos ayudará a comprender por qué este sistema no es el sistema de Dios: 

Ley – Nomos (G3551)  

Según el Léxico Griego de Thayers,   “cualquier cosa establecida, recibida por uso, costumbre, ley o mandamiento… toda ley o precepto que produzca reglas o mandatos”.

De la Enciclopedia Británica, te traduzco el significado de “Nomos”:

“En general, la creación de la ley (nomos) fue una invención humana que se logró con el objetivo de restringir las libertades naturales en la conveniencia y el interés propio. Esta visión de la ley como arbitraria y coercitiva no condujo a la estabilidad social, sin embargo, fue enmendada por Platón y otros filósofos, quienes afirmaron que “nomos” estaba, o al menos podría estar, basada en un proceso de razonamiento mediante el cual los estándares inmutables de la conducta moral pudieran ser descubiertos, para luego poder expresarse en leyes específicas. La dicotomía entre las opiniones negativas y las positivas de la ley nunca se resolvió realmente”.

Este sistema es a lo que Jesús se refería como “el Mundo”, en el cual tendremos aflicción, mas Él mismo nos dijo: ‘Confiad, yo he vencido al mundo”.

Lo anterior explica por qué el mismo Pedro dijo que Jesús nos ha redimido “de las vanas maneras de vivir heredadas de nuestros padres”  (ver 1 Pedro 1:18)

Veamos ahora la palabra “Fin”

Fin – telos (G5056) –  35 veces significa ‘final’ 

 a) terminación, el límite en el cual una cosa deja de ser (siempre acerca del final de algún acto o estado, pero no al final de un período de tiempo)

B) el último en sucesión en una serie

C)aquello por lo que algo es terminado o asunto cerrado

D)el proposito, el objetivo

Si Cristo fue el ‘objetivo’ o el propósito de la Ley, tal objetivo ya se cumplió,  pues ¡Jesús ya cumplió la Ley!   

Aunque el tiempo de la Ley fue solo un paréntesis en la relación de Dios con los hombres, (“por un breve tiempo cerré mis ojos de ti…”) este pacto, exclusivo entre Dios e Israel, ya quedó finiquitado; a pesar de que Israel no hubiera cumplido con su parte, Dios cumplió su promesa de Vida Eterna cuando La Palabra se  hizo carne y habitó con nosotros,  murió y resucitó, llevándonos en Él de regreso al Padre, no sólo a Israel sino a la humanidad entera. Por tanto, una vez cumplido un contrato, es asunto cerrado y nunca mas podrá tener validez. 

Si realmente Cristo fue la ‘terminación’ de la Ley, es decir,  “el límite en el cual una cosa deja de ser”,  entonces es lamentable que después de 2000 años, tanta gente  aun sea ‘creyente’ de un contrato ya expirado, cuando uno nuevo ha sido ya ratificado.

Por consiguiente,  al redimirnos de la Ley,  Cristo nos salvó de los efectos que nos produce el vivir “llenos de labores y dificultades” (el significado bíblico de “maldad”), efectos a los que en la Epístola de los Gálatas, Pablo se refiere como ‘obras de la carne’ u ‘obras de vivir bajo las obras de la Ley’ (homicidios, inmoralidad sexual, chismes, celos, envidias, etc.  (Ver Gal. 5:19-21 en el contexto del capítulo y epístola completa);  estos efectos acortan  nuestra vida mortal, exprimiéndole el gozo de nuestra redención y privándonos de experimentar el amor y la paz que sólo Cristo da,  cuando participamos de su Vida de descanso, una vida abundante e inmortal que es la vida de nuestro diseño – vida que ya nos ha sido devuelta  “por su Gracia”, para que comencemos a vivir de ella desde aquí, en esta tierra, en este cuerpo imperfecto y perecedero, desde antes de recibir nuestro cuerpo inmortal, como el de Jesucristo. 

Con lo anterior traté de demostrarte que la religión no solo no cree el Evangelio, sino que ha dejado la Gracia de Dios sin efecto al haber puesto a la humanidad entera bajo la Ley, quien ingenuamente le ha creído al derrocado ‘acusador de los hermanos’, sin saber que la Ley es justamente su sistema, mediante el cual nos ‘acusa’, y sin entender que a este abogado fiscal  ya se le ha revocado su licencia para ejercer ¡para siempre!

Esto también nos permite ver que el sistema que rige al mundo y que lo está aniquilando, al “impedirle la recepción de su liberación mesiánica” es un sistema  ‘ilegítimo’, como lo sería el de un presidente ilegítimo que trata de anular la constitución de un país para destruirlo, y para robarle al pueblo su libertad,  lo cual sólo sería posible a través del engaño y la maquinación, la fuerza,  o el chantaje, la intimidación y la violencia, con ayuda de la ignorancia del pueblo de que tal sistema ya ha sido comprobado ser inútil.

Cualquier similitud con la realidad es mera ‘psicopatía’ y no coincidencia,  pues se trata del mismo espíritu anticristo en acción, mismo que cada día se levanta con mas ferocidad contra la humanidad que Jesús ya ha rescatado, y contra su imagen divina, pues sabe que le queda poco tiempo.

Aun en el area natural,  en el que la Ley supuestamente es puesta para protejernos de todo lo que nos cause daño, o para darnos un remedio cuando un daño nos es causado,   la justicia de la Ley esta comprobando ser letal para el mundo,  al constituir leyes que perjudican a la mayoría, que bajo amenaza de castigo debemos cumplir, y que solo protegen a los poderosos que cometen los crímenes mayores alrededor del mundo entero, el cual esta representado por los abogados de tan poderosos criminales, que son los que mueven a los legistas a hacer tales leyes por medio de dinero o de otras tácticas sucias.   

Te preguntarás,  ¿pero acaso debemos vivir sin Ley, en anarquía,  haciendo lo que queremos?

  ¡Absolutamente no!   Por favor continúa leyendo  Gracia o Anarquía” para que no quede ningún mal entendido.

 

Series Navigation<< ¿Gracia o Anarquía?Evangelio o Religión >>