En Vasos de Barro

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Continuemos aprendiendo de las aflicciones del cristiano,  y para animarte quiero que te convenzas de que la aflicción debe ser solo una pequeña parte de tu vida.   Muchos que  han creído otros evangelios creen que el  Evangelio de  Gracia  de nuestro Señor Jesucristo es demasiado bueno para ser cierto.   Más ese es el significado de “Evangelio” – “Buenas Noticias”.

Como prueba de ello, mira lo que Pablo les dice a los Corintios:  “Ahora que ya no les falta nada, ahora que ya son ricos, y aun reinan…. no se olviden de quien recibieron todo”    1 Cor 4:8-15 (parafraseado).  Para un padre en la fe no hay nada más gratificante que el saber que sus ovejas están prosperando, pues ésto indica que han creído , mas debió haber sido doloroso para Pablo que aquellos por los que sufrió tanto, le dieran sus cosechas a otros que no sembraron.

Muchos son los que han pagado aun con su vida por llevar la Palabra de Dios a lugares remotos,  aquellos que pusieron la Biblia en nuestras manos,  aquellos que  pavimentaron el camino para que nosotros pudiéramos caminar sobre de él.   Desde luego que entre más bendición traigas para otros, más resistencia del diablo experimentarás.   Más el precio de vivir para el mundo y para el diablo es mucho más costoso.

Aun tú debes estar pagando un precio   por escoger vivir como  sacerdote real,  como Hijo(a) de Luz,  como “peculiar”,  por no inclinarte ante ídolos,  por hablar la verdad, o palabras no corruptas en tu trabajo,  entre tu viejo círculo de amistades y aún entre tu propia familia.   Los vituperios y acusaciones varían, mas mientras sean por causa de la rectitud de Cristo en nosotros,  somos bendecidos  (Mat. 5:10)

Sin embargo aún el Apóstol Pablo vivió aflicciones que Dios no planeó para él.  Pablo era un hombre  apasionado en todo lo que hacía.   Bajo la Ley su pasión fue cumplir  y proteger la Ley,  más cuando cayó bajo la Gracia de Dios, su pasión no sería fácil de controlar.  Por lo mismo muchas veces no escuchó la voz del Espíritu Santo que trataba de guiarlo.    Recibió el mandato con pasión mas no siempre esperaba recibir la estrategia.

El libro de los hechos registra estos eventos.  Este no es un libro de doctrina o de estrategia, sino un recuento que registra cómo nuestro Padre usa seres humanos imperfectos y ordinarios y los hace “sobrenaturales” y extraordinarios con su Gracia.

Observemos a Pablo en Hechos 16,  listo para ir a  predicar de Jesucristo,  mas vemos al Espíritu Santo impidiéndole repetidamente ir a Asia Menor, hoy Turquía.  El camino no estaba listo, los corazones no estaban abiertos, Pablo podría haber perdido su vida prematuramente y abortar su misión, de manera que el Espíritu lo guío a Macedonia,  donde las puertas se le abrieron y encontró fruto.

Sin embargo esa “espina en su carne”  le salió al encuentro en forma de una mujer esclava sufferingscon espíritu de adivinación,  de manera que se impacientó y se deshizo del problema, echando fuera al demonio de la mujer  (Hechos 16:18), más ésto le causó a él y a Silas  ser  azotados,  y arrojados a  un calabozo en un piso subterráneo debajo de las alcantarillas,  en donde caían los desechos de los prisioneros de arriba.

Quizá Dios  tenía una  estrategia menos “olorosa”,  más  aún así el Dios de Pablo siempre lo   libraba y en su ora más oscura, el Señor con un terremoto lo libró  de sus cadenas,  y aún el carcelero fue salvo en esa noche,  Dios no nos mete en problemas para glorificar su Nombre, mas en nuestros reborujos llegamos a recibir tanta Gracia, para que a pesar de nosotros su nombre sea exaltado.

Ocho años después en Jerusalén  (Hechos 22), Pablo había aprendido, si no a escuchar la voz del Espíritu,  al menos a usar su ciudadanía antes de que lo azotaran.   Quizá pensó: “¿Por qué no se me había ocurrido antes?”  Esta vez no dijo: “¡sufriré por Cristo!”  Había comprendido que Dios lo necesitaba vivo y entero para terminar su obra.

Sin embargo, Dios nunca le dijo que fuera a Jerusalén a predicar,  al contrario,  El trató de impedírselo por medio de los discípulos y por medio del profeta Agabo (Hechos 21:4 y 10:14) pues Pablo estaba destinado para los gentiles,  no para los judíos.  Aun Jesucristo mismo  le ordenó:

Apresúrate y sal pronto de Jerusalén porque no aceptarán tu testimonio acerca de Mí.  Hechos 23:18

Mas Pablo vio morir a muchos gozosos por Cristo y no habiendo aprendido aún a escuchar,   trató de negociar,  tal y como tu hijo o hija negocian contigo cuando tú le dices, “ahí no puedes ir”  y te dice: ¿por qué?  O te da una razón poderosa  para que lo dejes ir.  Por tanto Cristo le tuvo que ordenar:

Ve, porque te voy a enviar lejos, a los Gentiles.’”

No obstante, él no escuchó….Sin embargo, el Dios de infinita Gracia, después de que  lo libra de sus propias destrucciones le habla, sin regaños ni reproches:

“Ten ánimo, porque como has testificado fielmente de Mi causa en Jerusalén, así has de testificar también en Roma.  Hechos 23:11

Dios no lo culpa, no lo condena, no lo corrige, solo le muestra lo que le espera y aún lo anima.   Dios siempre lo libraba, mas no siempre lo guiaba a que se metiera en apuros.   Esto sigue aún vigente.  No porque Dios nos libre de nuestros aprietos económicos él nos guía a que nos metamos en otros; no porque él nos libre del peligro cuando corremos en la carretera,  quiere decir que Él nos guía a poner a otros en peligro. Las aflicciones que nos vienen cuando actuamos independientes no son las aflicciones del cristiano.  Él nunca nos deja, ni nos abandona, mas tampoco nos   mete por el “Valle de Sombra de Muerte”.

Pablo tuvo que aprender a fluir con el Espíritu de Dios para llevarnos el evangelio a losPaul gentiles. Asímismo, el fluir con  su Espíritu debe ser nuestro ideal,  saber dónde ir o no ir, cuando ir o cuando esperar.   Jesús nos dio la Gran Comisión de predicar su evangelio, mas siempre debemos esperar su estrategia, pues Él es quien pone los recursos, el que abre puertas que nadie puede cerrar, y cierra otras que nadie puede abrir, el que abre los corazones de la gente y el que limpia los lugares gradualmente antes de dárnoslos para que los “animales salvajes” no nos devoren,  como lo hizo cuando le dio la tierra prometida a Israel.  (Ex. 23:29; Deut. 7:22) Él sabe el tiempo perfecto.  Escucha  su voz con atención,  ese es el significado de “obedecer”.

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que se vea que la excelencia del poder es de Dios, y no de nosotros,  2 Corintios 4:7

Shalom

Nota: Basado en el Sermón # 209 – “¿Y Que Con Los Sufrimientos del Apóstol Pablo?” del Pastor Joseph Prince. Para obtener este estudio en inglés, refiérase a www. josephprince.com