Gente Peculiar

...En vez de eso, den gracias a Dios... Efesios 5:4b

…En vez de eso, den gracias a Dios. Efesios 5:4b

Sigamos sumergiéndonos en el infinito mar de la Gracia de Dios, con una opinión correcta de quien es El  y una imagen adecuada de quienes somos nosotros en Cristo, solo por el Gran Amor que El nos ha tenido.  Esta Gracia nos ha dado una nueva vestidura como Hijos Amados y Santos, como Hijos de Luz sentados junto con Cristo, y como lo explique antes,  entre  mejor descansemos en esta identidad,  mejor caminaremos como Hijos de Luz.

Escuchaba una anécdota acerca de la Reina Isabel de niña, cuando alguien la llamo “damita”  y ellaLa Reina Isabel II dijo: no soy una “damita” soy una princesa,  y su madre le dijo: “Espero que un día te convertirás en toda una  dama”.    Esas palabras le quedaron impresionadas en su corazón  y de ahí en adelante comenzó a conducirse como tal, cuidando sus maneras, sus vestidos y sus poses desde niña.

Vimos el caso contrario, el de Mefiboset, quien siendo también un príncipe no podía conducirse como tal,  pues alguien, con palabras o acciones impresionó en su corazón que él era solo “un perro muerto” y así se creía y lo más probable es que así se conducía, pues el hombre finalmente se convierte en lo que cree ser. (Prov. 23:7)

princessmiaUn caso intermedio es el de la Princesa Mia,  en la película de Disney “Los Diarios de La Princesa”, que aunque ficticio, nos da una excelente ilustración a nuestro tema.  Ella nació princesa y mientras no lo supo, vivió como gente común, más cuando su abuela le hizo saber que ella no era “común” y que era la única heredera a la corona de Genovia, ella se vio confrontada con la posibilidad de “huir” de su destino,  o de  “sufrir”  un cambio de identidad: dejar de esconderse detrás de su cabello, sus cejas y sus lentes  y no poder ser más “invisible”; tener que  vestir con  vestiduras diferentes, en ambiente diferente, entre gente diferente, y ser visible ante todo el mundo.

La transición fue dolorosa, no sólo para ella sino para sus viejas amistades,  por lo que la tentación de rechazar la oferta fue muy grande.  Mas después de saber lo que  significaba ser princesa, ya nunca más podría  volver a su vida común, sabiendo que su influencia sería en beneficio de su reino,  por lo que con humildad y gratitud decidió aceptar el privilegio de volverse “No Común”  y fue hasta entonces que pudo conducirse como tal.

Muchos recibimos nuestra salvación al creer en la rectitud por fe en Jesucristo, mas no sabemos, o no entendemos que un cambio de vestidura nos da un cambio de identidad.  Muchas veces  preferimos seguir siendo comunes, porque es mas cómodo que  ser  luz en la cima, o “embajadores”  de Cristo (2 Cor. 5:20) o.

En Ef. 5: 3 y 4, Pablo no sólo nos da una lista de cosas que ya no pertenecen a nuestra nueva identidad, sino que nos dice que hacer en su lugar.

Entre ustedes ni siquiera deben hablar de inmoralidad sexual, ni de avaricia, ni de ninguna otra clase de depravación, pues ustedes son santos.  Tampoco digan obscenidades, ni tonterías ni palabras groseras. Eso no es conveniente. En vez de eso, den gracias a Dios. (de la palabra “Eucharistia” la cual significa “gratitud”.)

Nota la Gracia usada,  el tono suave y dulce de su exhortación, pues les está hablando a los Efesios como “Hijitos Amados”, sin condenación o mención alguna de la “ira de Dios”. Simplemente dice: Esto no es conveniente,  no te ayuda, no te es beneficial,  tú ya has sido trasladado de las  tinieblas,  a su luz admirable,  (1 Pedro 2:9,  Col. 1:13,  Ef. 5:8). Ahora  eres Hijo de Luz, tú ya no eres común, ahora eres santo,  tú ya no eres madera de acacia polvosa,  ahora eres columna en el tabernáculo,  escondida en el oro de la rectitud de Cristo.   Vamos,  anda como lo que eres.

No todos venimos a Cristo como Mefiboset,  algunos venimos como la Princesa Mia,  y no podemos vernos como “No Comunes” de inmediato.  Esto es una decisión.  Por tanto Efesios 5 le da el protocolo  a todos aquellos que quieran tomar esa decisión,  el cual  lejos de ser mandamientos para un corazón de piedra, son las buenas obras de las que Pablo nos habló en Efesios 2:10,  para las que Dios nos preparó, al hacernos “Hechura de Él”.

Mas en Ef. 5:6  Pablo  nos previene:

Que nadie los engañe con palabras vanas, (kenos – vacías de verdad) pues por causa de estas cosas  (por hablar palabras vacías de verdad)  la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia (apeitheia – obstinada oposición a la voluntad Divina)

Esta palabra apeitheia es la misma que se usa  en Romanos 11:30 y 32 y en Heb. 4:6 y 11 como “incredulidad

Recuerdas cuando Siba engañó a Mefiboset y le quitó la mitad de lo que le pertenecía.  Siba no creía que Mefiboset mereciera su heredad.  Siba tampoco creía que el Rey había sido justo con él, por lo mismo usó el engaño para proveerse así mismo.

Es por incredulidad que hacemos las cosas de la obscuridad mencionadas en este capítulo,  el adulterio es incredulidad en nuestro matrimonio, o en que Dios lo pueda  reparar.  El robo, el fraude,  la avaricia y muchos otros surgen de la incredulidad de que Dios pueda darnos lo suficiente, o de que Él puede proveer todo lo que nos falte.  El que se ayuda a sí mismo es porque no cree que Dios le va a ayudar, y aquel que actúa impuramente no cree que ha sido purificado.

¿Por qué viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia?   Por hablar palabras vacías de verdad.  Recuerda que la Verdad y la Gracia vino por Jesucristo, y éstas son una sola.   El Evangelio de Gracia de Nuestro Señor Jesucristo es la Verdad y sin esta verdad los incrédulos nunca dejarán de serlo, ni podrán venir a la luz de Jesucristo, ni impedir  la ira de Dios sobre ellos.  Solo si conocen la Verdad, la Verdad los hará libres.

Shalom