El Amor se Goza en la Verdad

En mi mensaje anterior descubrimos la perspectiva de Gálatas 6:1 y 2,  algo muy diferente y aun opuesto a lo que la religión nos había interpretado  en cuanto a lo que son las ‘faltas’,  el ser ‘espiritual’ o cómo ‘restaurar’ a las personas que caen en tales faltas. 

Recuerdo lo que cierta iglesia hizo con una joven madre soltera que quedó embarazada nuevamente.  Ella tuvo que ‘arrepentirse’, confesar su pecado públicamente y pedir perdón a los líderes  si quería seguir perteneciendo al liderazgo de su iglesia;  su evidente ‘humillación’ (otra mala interpretación)  le hizo suspirar de alivio después de haber obtenido el perdón de todos los líderes, quienes en formación  ‘la restauramos en amor’  con un abrazo y una palmadita en la espalda de “no peques más”.    

Gente en todas las iglesias “se cae”, sin saber por qué se cae; mas realmente la caída no ocurre durante la concepción del bebé,  sino al tratar de ser justificados por las obras de la Ley (Gal. 5:4); es de esperarse que al caernos de la Gracia, surgirán las obras de la carne de  Gal. 5:19-21; tristemente, solo cuando existe un embarazo la gente las nota y se alborota; la ironía es que la religión quiere levantar a los caídos  con lo mismo que los hace caer – con ‘la Ley’ 

Todo eso que hacemos en la religión son obras inútiles de la Ley,  comenzando porque  el pecado o ‘las faltas’  bajo el Nuevo Pacto no significa lo que significaba bajo el Viejo (ver la sección de Gálatas 1 y 2);  tampoco el arrepentimiento que procuramos bajo el Nuevo Pacto es a lo que Pablo se refería, pues es algo no sólo inefectivo sino también  obsoleto;  ni siquiera la confesión que practicamos es de lo que el Apóstol Juan hablaba – esta práctica es aun mas antigua que el mismo Viejo Pacto, (de Egipto y Babilonia); de hecho, durante el Viejo Testamento solamente el viejo sacerdote confesaba los pecados de todo el pueblo una vez al año.  Ni aun el perdón que tratamos de dar es el perdón auténtico que surge sin esfuerzo y sin fingimientos, del corazón de Dios al nuestro.

Todo este legalismo, el cual por cierto, es la misma tentación de la que Pablo nos previene en todas sus epístolas, es inútil,  ya que no restaura a la persona a verse en su verdadera identidad ‘en Cristo’ y siendo la Ley la fuerza del pecado  (ver 1 Cor. 15:56),  solo logrará engañar su corazón, creyendo que sus obras de constricción serán el velo que le cubre los ojos a Dios,  cuando es este mismo velo el que no le permite verse en su verdadera identidad ‘en Cristo’;  humorísticamente,  es ésto lo que mucha gente conoce como  “ser espirituales”. 

Mas como clarificamos las Palabras de Pablo que han sido volteadas de cabeza por la religión:

“Pero si alguien se cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo. Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá motivo para gloriarse solamente con respecto a sí mismo, y no con respecto a otro.  Porque cada uno llevará su propia carga.(Gal. 6:3-5 )

Nuevamente, Pablo no se refiere a ser ‘algo’ o ‘nada’  – ‘según la carne‘,  sino se refiere precisamente a que ya no nos juzguemos a nosotros mismos ni a los demás según esta falsa identidad definida por la Ley.  En palabras de Francois Du Toit:

Cualquiera que se imagina ser alguien que no es (según la Ley – énfasis mío), vive una mentira. (El sistema de la ley promueve el fingimiento, la gracia revela tu verdadera identidad en Cristo).  Gal. 6:3 El Espejo.  

 Por consiguiente,  este “juzgar”  no tiene el propósito de buscar pecado o faltas,  recuerda que la consciencia de pecado es lo que Pablo llamaba “la mala consciencia” (ver Heb. 9:14 al 10:22); de hecho, la consciencia “cauterizada”  es precisamente una consciencia de pecado extrema, como la de “Chabelita y el Padre Amaro”  (personajes cómicos mexicanos) .

Si tu miras en una concordancia Strongs la palabra synoraō , de donde se deriva ‘consciencia’ (syneidēsis),   descubrirás que  su significado original es “ver completamente en conjunto con otros”, de las raíces syn (juntos) y eidō (ver , conocer, tener en cuenta, atesorar, considerar, como en 1 Tes. 5:12).  De esta última hablaremos mas adelante.

De lo anterior concluimos que ésto que suena como ‘introspección individual’  no intentaba hacernos  buscar dentro de nosotros ‘nada’ sino a Cristo resucitado;  por el contrario esta ‘consciencia’ – ‘ver en conjunto’ nos invitaba a  ayudarnos colectivamente a ver y conocer nuestra pureza, nuestra limpieza y perfección, a la cual ya no podemos añadirle nada y  sin jactarnos de lo que hicimos para obtenerla, pues es un regalo.  Esta es la ‘consciencia pura’.   Ya no necesitaremos querer ser nuestro viejo ser para ser aceptados. Asímismo,  el rechazo de los demás por querer vivir nuestra verdad no nos robará nuestro gozo, ni tampoco podremos robárselo a los demás al querer cambiarlos a “nuestra imagen”,  y lo mejor de todo es que nadie tendrá que fingir.

6:4 Ahora, sin ninguna presión de fingir, eres libre para dar expresión a tu individualidad y no una vida falsa que tratas de mostrar. Evalúa tu propia conducta de tal modo que no necesites la aceptación de otro para confirmar tu gozo.  Gal. 6:4, El Espejo 

¿Significa ésto que debemos de mostrarnos tal y como somos al despertar por las mañanas?   ¿Cómo damos expresión a nuestra individualidad y no a nuestra falsa identidad?   Lo descubriremos juntos el próximo viernes.

Shalom y Gracia en Abundancia.

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