Mentalidad Inferior

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Tlatelolco 68: La Masacre

Si leíste mi viejo estudio de Gálatas 4 al que te referí la semana pasada, descubriste o recordaste una vez mas  que la implicación de vivir bajo la Ley del Viejo Pacto es vivir similar a un esclavo, pues aun siendo hijos de Dios,  teniendo derecho legal a su herencia,   no podemos administrarla, ni apreciarla ni valorarla, por lo que solo podemos seguir instrucciones sin llegar jamás a la madurez, misma que sólo  puede obtenerse a través de la revelación del Evangelio de Gracia que nos declara “Hijos” – completamente como Cristo es! 

Veamos qué nos dice Gálatas 4, en “El Espejo de la Palabra”, de Francois Du Toit, (Mirror)  y esta vez sólo tomaré algunas lineas de “El Mensaje”  (Msg)  a manera de énfasis.  (El Espejo es un estudio bíblico en sí mismo, que nos presenta la visión completa del Evangelio de Gracia, no sólo en el contexto de un capítulo  o de un libro aislado, sino dentro del contexto del Nuevo Pacto – el contexto de la Palabra que se hizo Carne – Jesucristo, por lo que lo recomiendo ampliamente).    

v. 1 ¡Un heredero cuando es niño no tiene más derecho que un esclavo, aunque es dueño de todo!

(Lo mejor que la ley puede hacer, es confirmar la esclavitud del hombre al pecado.)

v. 2 Él se mantendría bajo supervisión domestica y las reglas de la casa hasta la fecha determinada por su padre; el día de su graduación oficial al nivel de hijo.

v.3 Así es exactamente como fue con nosotros; estuvimos cautivos, por así decirlo, en la infancia y confinados en ese estado a través de la ley. (Una mentalidad inferior como resultado de la caída de Adán.)

El autor de El Espejo afirma que vivir bajo la Ley significa vivir bajo una mentalidad “inferior”; en efecto,   aquel que cree que vivir bajo la Gracia es vivir bajo pecado, no entiende que la Gracia es algo superior a la Ley,  pues significa vivir bajo el mismo  Espíritu de Dios  y no bajo nuestro propio espíritu caído, subyugados a los deseos de nuestra carne, bajo el cual nos “quedamos cortos”, sin lograr “atinarle a la marca”,  “no siendo partícipes” de  nuestra herencia y verdadero llamado, todo lo cual es el verdadero significado de “pecado”.

Quiere decir que aun cuando el hombre lograra ser 100% “obediente” bajo la Ley,  no podrá experimentar su diseño de “Hijo de Dios”,  porque vivir bajo la Ley, como lo aprendimos en Gálatas 3,  es vivir bajo la carne y simplemente la carne no se puede sujetar al Espíritu de Dios (ver Rom. 8:6-9); por consiguiente,  el que vive bajo la Ley no podrá escuchar la  voz de su Padre,  ni tomar la herencia reservada para “El Hijo”, ni ser parte de  “Su Reino”,  el cual es “Justicia, Paz y Gozo en el Espíritu Santo”.

Por el contrario, fuera de este Su Reino, el humano está  condenado a ser esclavo bajo la maldición de la Ley, bajo la cual tiene que contender por su valor,  por sus posesiones y  por su lugar en la vida,  lo cual lo dejará exhausto, y en ocasiones sin posesiones,  sin un sentido de valor  y aun sin  capacidad  de pensar por si mismo, y finalmente, sin vida.

Es por esta razón que el hombre bajo la Ley tiene el potencial de convertirse “en bestia” – si no me crees, simplemente observa todas las atrocidades que el ser humano es capaz de cometer bajo el poder del legalismo y de su falsa identidad  – lo vimos durante la “Santa Inquisición”,  y durante cada acto genocida, terrorista y de esclavitud humana  que ha sucedido en la historia de la humanidad;  mas cuando alguien se atreve a pensar,  o a cuestionar, o a resistir la autoridad, o a ir en contra de lo establecido, es considerado rebelde y aun “diabólico” por querer crear división o disensión y  será  expulsado, ex-comunicado y aun exterminado, como lo fue la iglesia primitiva, o como lo fueron nuestros estudiantes de Tlatelolco 68 que conmemoramos ayer, 2 de Octubre.

De hecho, este último evento nos permitió ver en acción las obras de la carne bajo la Ley.   No me refiero a los estudiantes rebeldes, llamados en aquel entonces “hijos del diablo”  por los sacerdotes de algunas parroquias;  hablo de los hombres que sometidos a la autoridad dispararon  contra el pueblo que pagaba su sueldo  – hombres que quizá tenían  hijos ellos mismos,   y aun religión,  mas nunca cuestionaron ante Dios la legalidad o racionalidad del acto ordenado, ni tampoco se dolieron por  las vidas inocentes que tomaron, todas preciosas ante Dios, ni pensaron en el dolor que causarían a sus padres y familias, quienes llorarían por el resto de sus vidas por sus amados, cuya sangre sigue gritando “justicia” hasta el dia de hoy.

Todos estos “ejecutores de la  justicia del hombre”  nos han demostrado que  bajo la Ley, no solo sale lo malo de nosotros, sino que lo bueno no puede salir – a eso se refería el Apóstol Pablo cuando dijo, “el mal que no quiero hacer lo hago y el bien que quiero hacer no lo puedo hacer”.    Lo mismo ocurrió durante el Holocausto, cuando 6 millones  de judíos fueron sistemáticamente exterminados  sin causar molestias en la consciencia de los que participaron “en obediencia” en su ejecución, mostrándonos su naturaleza esclava “bestial”, aunque ellos en su ceguera lo consideren un “servicio a la humanidad” o aun a Dios.

La Buena Noticia es que, contrario a todo entendimiento, la mentalidad superior de la  Gracia y el Amor de Dios  bajo “El Espíritu”  también está disponible para el peor de nosotros, a través de la fe.   Te invito a que regreses a apropiarte de ella el  próximo viernes .

Shalom y Gracia en abundancia.

4 Minutos de Silencio en tributo a aquellos que se perdieron buscando libertad. Cristo tiene tu libertad y tu justicia. Él regresa pronto.

 

 

 

 

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