Sometetiéndonos al Plan de Dios

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Por fin comenzamos con Romanos 13, y llegó el momento de tratar un tema que al igual que muchos de ustedes, me cuesta trabajo entender, especialmente en nuestros tiempos,

Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, recibirán condenación sobre sí mismos. Rom. 13:1-2

En primer lugar te estarás preguntando, “como es que se nos habla de condenación si bajo la Gracia no hay condenación para los que estámos en Cristo Jesús”, quiere decir que si no nos sometemos a las autoridades, ¿recibiremos condenación? De ninguna manera, no permitas que te confunda, esto se debe a que la palabra griega traducida como “condenación” en Rom. 13:2 es “Krima” y no Katakrima, que es la palabra griega usada e n Romanos 8:1, así como en Rom. 5:16 y 18.

En el caso de Krima, esta es la condenación o juicio culpatorio en la que caemos todos los humanos de vez en cuando, en el caso de Katakrima, esta se refiere a la condenación o juicio de Dios con su sentencia que es la muerte eterna.  Pablo simplemente nos estaba previniendo de que si no nos sometemos a las autoridades,  éstas nos hallarán culpables, pues nos tomarán por rebeldes que no conocemos a Dios.

pues,

Reconozcamos esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos, para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina, 1 Tim. 1:9-10

Por lo anterior, te preguntarás por qué nosotros que somos “justos ante Dios tenemos que someternos, especialmente si vives en un país de altos impuestos sin representación, donde nuestras autoridades se dedican a oprimirnos, perdiendo nuestro respeto, o en aquellos países donde el gobierno prohíbe todo lo que es de acuerdo al plan de vida de Dios y además nos obliga no solo a aceptar todo lo que se levanta contra Dios y contra su creación, sino también a pagarlo con nuestros propios impuestos,  te parecerá que  este “someterse a las autoridades”  debe haberse referido a las autoridades de la iglesia,  o a la de Dios, mas no a las autoridades humanas…. mas me temo que no es así.

Jesús mismo vivió bajo ese tipo de autoridades injustas, mucho mas que las nuestras, pues en aquel tiempo, Herodes era el rey, un rey cruel y despiadado que no se detuvo en asesinar aun a sus propios hijos o esposas; en Israel te dirán que fue mucho peor que Hitler.  No solo ésto, sino que además era un rey ilegítimo, (¿suena familiar?) pues él no era judío, el pertenecía a los descendientes de Esaú pero fue puesto por Roma, quien era la autoridad mundial en aquel entonces.

Herodes sabía de su ilegitimidad, y por ello temió cuando supo que El Rey de los Judíos nacería y ordenó su destrucción junto con la de todos los niños de edad aproximada. Irónicamente, esta matanza no se encuentra registrada en ninguna fuente histórica fuera de la Biblia, por lo que su veracidad ha sido desacreditada; sin embargo, no es coincidencia que el Rey Herodes muriera en el mismo año en que  esta matanza se habría llevado a cabo,  pues si la Biblia lo dice es porque así sucedio. Es un hecho que Herodes murió  de cierta enfermedad registrada por el historiador Josefo y que de acuerdo a su descripción, cierta Universidad en Seattle confirmó como “enfermedad renal”:

“Herodes tenía fiebre, aunque no muy alta, una comezón intolerable en toda la piel, continuo dolor en los intestinos, tumores de los pies como de hidropesía, inflamación del abdomen y gangrena de sus partes privadas”

Así mismo, de acuerdo con Josefo, Herodes también sufría asma, convulsiones y mal aliento.

(Traducido del artículo de National Geographic  enero de 2002)

Al morir Herodes, uno de sus hijos se quedó con su corona. La Biblia nos dice que murió comido por gusanos por no haber querido darle la Gloria a Dios. (He 12:23)

No es sorprendente que el diablo se mueva activamente a través de toda institución de autoridad humana, no solo a través del gobierno sino también a través de la religión y ¿sabes cómo lo hace? Con su utensilio favorito, la Ley. Recuerda que fue la autoridad religiosa la que pidió la crucifixión de nuestro Señor, y fue la autoridad secular la que lo ejecutó. Jesús fue juzgado y ejecutado porque sanaba los sábados, el día de descanso y porque dijo que era YO SOY – el nombre de Dios.

Mas nuestra escritura de hoy nos dice que las autoridades las pone Dios y en este caso nos damos cuenta que estas autoridades fueron puestas para que cumplieran sus planes, pues era el plan de Dios que Jesús fuera crucificado, pues así  nos convenía a todos;  el diablo, quien orquestró todo siniestramente aún continua dándose de topes en la pared con su cabeza ya aplastada porque él mismo influencio a la gente para que Jesús finalmente se la aplastara;  Jesús murió pero al morir morimos junto con El, y al levantarse de los muertos nos levantó a nosotros y habiendo sido glorificado, subió al cielo,  por tanto no hay más Katakrima para nosotros los que estamos en El y que vivimos hoy por su Espíritu.

Shalom