Declarando Su Fe

"...Bienaventurados los que no vieron, y creyeron" Juan 20:29

“…Bienaventurados los que no vieron, y creyeron” Juan 20:29

Existe la controversia que la ciencia moderna tiene contra la fe o viceversa.   Mi opinión personal es que la ciencia no tiene que ser contraria a la fe.  Para el creyente el estudio de la ciencia sólo confirmará las obras de Dios y le dará la gloria a El. De hecho yo creo que tantos avances en nuestro siglo han sido posibles porque  “El Enviado” ha derramado su Gracia sobre la tierra abriendo los ojos de muchos, aun no creyentes en Jesucristo, para el beneficio de los creyentes, como es el caso de los hebreos, quienes parecen ser los mayores aportadores al progreso, si consideramos la cantidad de premios Nobel y de avances a la humanidad que han venido por ellos,  a pesar de ser sólo un 2% de la población.

Mas como hablamos de aquellos que le dan el crédito al agua, o al lodo y no “al Enviado”,  el espíritu anti-cristo que se ha apropiado de la ciencia moderna sigue intentando remover a Dios de su creación,  reduciendo al hombre a un animal, cuya supervivencia está basada en una ley que nunca dejó de ser sólo una hipótesis. Los resultados de esta creencia se están viendo en la criminología, en la psicología y en enfermedades nuevas que provienen de los animales, o en atrocidades que aun los animales no cometen.

Si tú eres creyente del Dios Todopoderoso, redimido por la sangre de Jesús,  y estás enfermo, si aún tu fe no está al nivel de recibir tu sanidad por  la autoridad de Su Palabra a MP900405208través de la tuya,  especialmente si la enfermedad es de las que amenazan tu vida si no se tratan pronto, no te sientas condenado si recurres a la ciencia para tu cura,  más no vayas al doctor sin fe en Dios.  Al ir al doctor, di algo así:

“Padre celestial, voy a ir al doctor a que me cheque, mas yo confió en ti Padre, dale sabiduría para que me dé la diagnosis y la receta correcta.   Pon tus palabras en él para que hable vida sobre mí y no muerte.  Tu fidelidad es mi Escudo.  Dale tu sabiduría al que prepara la medicina porque los hombres cometemos errores.  Mi fe esta en ti Padre. En el nombre de Jesús.”

Tu Padre Celestial aun te puede guiar a encontrar el doctor correcto.  Existen doctores que tienen la sabiduría de Dios porque su fe también está en Jesús y no en la sabiduría limitada del hombre.

Una vez que te tomes la medicina,  también bendícela como lo haces con el alimento. “Señor, santifica este medicamento, o aun esta agua en el nombre de Jesús”. Recuerda que muchos medicamentos, si no todos, curan de unos síntomas más provocan otros. En los Estados Unidos, gente ha muerto por ingerir la prescripción equivocada.  Muchos aun mueren con suplementos alimenticios, al formar combinaciones letales con otros suplementos.  Mas no tomes la medicina sin fe, pues sin ésta,  es imposible agradar a Dios. (Heb 11:6).  Cuando la santificas, tú declaras que tu confianza no está en la prescripción, sino en Dios. Esta es una obra de la fe.

Como dijimos antes, tu fe no tiene que ser gigante ni perfecta.   Solo tienes que conocer al Autor de la Fe y cuán grande es su Gracia y Amor para con sus Hijos. Hemos sido enseñados

Caminemos en agua

Caminemos en agua

que si creemos, “todo le es posible al que cree” (Marcos 9:23), por lo tanto cuando las cosas no nos son posibles, nos sentimos defraudados, o avergonzados de nuestra “falta de fe”, mas recibe libertad al leer de donde vino este malentendido.

Lee Marcos 9:17-25 , en la versión NTV, la cual interpreta mejor su intención original:

Al bajar Jesús de la montaña, después de su transfiguración,  un padre que  buscaba ayuda para su hijo, quien había sido afligido por un espíritu mudo desde que era pequeño,  el cual trataba de destruirlo arrojándo al muchacho al fuego o al agua, vino a Jesús, gritándole desesperado:

Ten misericordia de nosotros y ayúdanos si puedes.(9:22)

 — ¿Cómo que “si puedo”? —preguntó Jesús—. Todo es posible si uno cree. (9:23)

Otras traducciones dicen: “Todas las cosas son posibles a El quien cree”  el griego es “autos”, quiere decir que estaba hablando de sí mismo: “Todas las cosas son posibles para MI”,

El padre  del muchacho le dijo: ¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad! (9:24)

Este padre no hizo la oración perfecta.  ¿Como decirle “Ten Misericordia” a un Dios lleno de misericordia? ¿Como decirle: “Si puedes” a un Dios Todopoderoso?  ¿Cómo decirle: si creo, pero no creo?

Aun así, Jesús sanó a su hijo.     La fe de este padre  para venir a Jesús fue suficiente para engancharse a la fe de Jesús.   En esta misma fe vivía Pablo:

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.  Gal 2:20

Quiere decir que no es sólo “La fe EN el Hijo de Dios”, sino LA FE DEL HIJO DE DIOS la que nos causa heredar la promesa.  Fue su fe la que lo llevó a la cruz, por lo tanto si nuestra fe es suficiente sólo para clamar “Jesús  creo en tu fe”,  la cual nos hizo posible que nosotros pudiéramos entrar a su presencia a recibirlo todo,   la vida abundante que nos compró y sus propósitos gloriosos para nuestra vida fluirán a través de nuestra fe.

Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Heb 12:2

Esta fe nos hará hablarle a la montaña, a la enfermedad, o a los síntomas con  autoridad y seguridad sin importar que aun tengas dolor, o que aún tomes medicamento.

Con fe y paciencia los antiguos alcanzaron la promesa. (Heb. 6:12)

 Shalom