La Verdad Escondida de Ananías y Safira

Hemos concluido, al estudiar un poco la muerte de Ananias y  Safira bajo la lógica de Dios y del Nuevo Pacto,  que un poco de  levadura leuda toda la masa y que esta levadura no es el pecado necesariamente, como muchos lo creíamos,  sino lo que le da la fuerza, que es la Ley.   

Sin embargo, detrás de este evento, existe una verdad aún mayor y aun no revelada a muchos: Sabemos que en la Biblia los nombres no son puestos por casualidad o coincidencia. El nombre Ananías significa “La Gracia de Dios”, mientras que el nombre de Safira, que significa “Zafiro”,  una piedra Azul, representa la Ley, pues de acuerdo al Talmud de los Judíos,  los 10 Mandamientos fueron escritos en piedra de Zafiro,  la cual pudo haber venido  del mismo trono de Dios.   (Ver Exodo 24:10) 

A esta union de “Gracia y Ley”, Pablo la llamó “El Ministerio de Muerte escrito en Piedra”, pues esta combinación fue letal para el pueblo de Dios y lo sigue siendo aun.  Da click en el vínculo para que conozcas acerca del mismo.

 Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la Ley. Gal 5:18

De la Gracia te has caído….  Si deseas ser justificado por las obras de la Ley.   Gal. 5:4

Los que hemos nacido del Espíritu no necesitamos la Ley para realizar lo que Dios pone ahora en nuestro corazón.  Nuestro corazón es llenado con su Ley que es “Ley de Vida”, “Ley de Amor”,  “Ley de fe”, Ley de Libertad,  no la Ley de Moisés, que nos decía “Ama”  pero no nos ponía el amor ni la misericordia,   solo  hacía salir lo peor de nosotros – las obras de la carne (Rom. 7:15-19; Gal. 5:19-21), pues los frutos del Espíritu están en Gal. 5:22-23)  Nota que en esta Epístola la “carne” es usada como sinónimo de “La Ley”.

Asimismo, la mentalidad de la Ley nos hace ver el amor y la fe, así como el perdón, la pureza y la santidad como algo que Dios demanda,  mas aquellos que hemos experimentado la  Gracia sabemos que es algo que Dios imparte o suple y que no tenemos que esforzarnos para producirlo.  Es “Fruto”  de Su Espíritu de Gracia.  La Gracia hace los 10 mandamientos en promesas cumplidas, sin nuestro esfuerzo.

En el cristianismo de hoy, cuando se llega a hablar de la Gracia de Dios, se administra diluida con los 10 mandamientos,  y se predica el Evangelio como un código legal o un código moral que uno debe esforzarse por cumplir.  Aun peor, se sigue predicando al Dios del Viejo Pacto,  el de la Ley,  que aunque ya algunos aceptan que es un Dios bueno y un Dios de Amor, aun en los círculos de Gracia se repite sin pensar que Dios es un Dios “Judicial”.   A ese Dios solo se le  podía ver de espaldas o de lejos,  como a los policías de la judicial: un Dios que aun se venga del malo o del que no hace lo que él quiere,  que desea que le teman literalmente y que hace justicia con muerte y castigo,  un Dios airado y aún hastiado con su Pueblo “indigno” de Él,  que nos hará esperar hasta que todo su Pueblo se esfuerce, se  limpie con sus muchas confesiones y actos religiosos, se purifique,  se arrepienta  y cambie….  Amado(a) vas a tener que esperar toda la eternidad bajo esas demandas de un dios que no existe.    Se está tomando por poco la sangre de Cristo.  Se está refrenando la verdad escrita en Hebreos 10:16-17

“Este es el pacto que hare con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré Mis leyes en su corazón, y en su mente las escribiré,” añade:  “Y nunca más Me acordare de sus pecados e iniquidades.”

 Se está refrenando la verdad entera del Evangelio, del  Sacrificio de Cristo que fue único y suficiente, una vez y para siempre. Nuestro Dios, el que Jesús vino a revelar,  no es el mismo que la gente percibía por tener una mentalidad de juicio.   Dios es el que nos esfuerza, el que nos ha limpiado y purificado y lo mas importante,  Él nos ha levantado en Cristo como nuevas criaturas. (2 Cor. 5)   Puede que no hayas nacido a esta verdad, pero deseo que lo hagas pronto y que su verdad llene tu corazón de manera que el veneno de la Ley que pudiera dañarte o aun matarte quedara totalmente  “inmunizado”.   

Recuerda, esta pareja vino a probar al Espíritu Santo,  vino a robarle a la iglesia de su seguridad de salvación, pues siendo la Ley lo que los regía, no es difícil concluir que ellos venían a re-introducir la Ley,  a traer a la gente de nuevo cautiva. Quizá se infiltraron para poder capturarlos y matarlos, como sucedió repetidamente durante la iglesia primitiva.  

De la misma manera la combinación de Ley y de Gracia  te robará de todo lo que Cristo murió por darte, y aún te robará todo por lo que tú trabajas tanto con tu propio esfuerzo: tu salud, tu paz, tus familia,  aún tus finanzas, pues no tendrás ninguna manifestación de verdadera salvación ni seguridad de la misma bajo tus mejores justicias,  pues para Dios son como trapos de inmundicia y tampoco podrás descansar totalmente en su Gracia basado en tu propia “benignidad” y desempeño.

Es doloroso ver que esta pareja de pillos realmente se ha infiltrado en la enseñanza del evangelio y ver como han estafado a la novia de Cristo.  Veo a mis amados hermanos y hermanas  muriendo prematuramente, muy orgullosos de su propio esfuerzo, sin darse por vencidos y  sin dar fruto.  Los veo dando gracias por la maldición, y batallando con enfermedades y tragedias que no fácilmente logran hacer su morada en el creyente, cuando vivimos conscientes y llenos de la vida de Cristo en nosotros, al conocer todo lo que somos en Él y por Él.  En ese lugar de unión es donde hallaremos nuestro refugio, nuestra protección, nuestra provisión, y nuestra “fertilidad”.    Así nos diseñó Dios.   

Lo más doloroso es oír las declaraciones y acusaciones del religioso:  “Dios da y Dios quita”, ”Dios aprieta, pero no ahorca”, aunque recientemente escuche que “Dios a veces nos ahoga”;  “Aceptemos la voluntad de Dios”, que de alguna manera tememos que  ésta sea dejarnos ciegos, sordos, o sin dinero; “Dios quiere ver si de verdad lo amamos”, etc., etc., etc.   

Estos hermanos no saben que han sido robados.  Conocen a Dios de espaldas, más aun no lo han visto cara a cara, por lo que no han “hallado Gracia  en sus ojos”;   mas sería una ofensa terrible tratar de  convencerlos de la verdad.  Todos ellos piensan que ya la tienen.  Cada uno tiene su religión y su derecho a creer lo que quiera, aun lo que les mata, y esa que creen “su verdad”   es la mentira que consume al mundo en este momento.   

Recordemos a Jesús sanando a la mujer con sangrado de flujo, cuando una mujer no podía salir al público con sangrado, según la Ley.  Mas Jesús no solo la sanó,  Él no dejó que ella se llevara su sanidad escondidas, como robándosela, mientras El estaba de espaldas; Él se detuvo y volteo a verla porque Él quería mostrarle su rostro.  Él quería que ella pudiera hallar su Gracia en sus ojos y que supiera que Él la amaba y quería sanarla. Ella “de oídas le conocía pero ahora lo había visto cara a cara”.  En ese momento la mujer dejó de temer y dejó de sangrar.  Mientras su sangrado permanecía, ella no  podía concebir ni dar fruto.

La buena noticia es que esta pareja al final de la historia cae muerta, y los jóvenes son los que la entierran.  Esta generación ya está aquí,   Ananías y Safira al final no sobreviven;  pronto el ministerio de muerte por fin será enterrado y  la iglesia se hallará a si misma “limpia y sin arruga” y no podrán evitar dar mucho fruto -el fruto del Espíritu (Gal. 5:21-23)

Shalom y Gracia en Abundancia.