Sembrando Bajo El Espíritu

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Si has leído la epístola de los Gálatas, te darás cuenta que toda la epístola es una Palabra de Corrección para la iglesia de Galacia,  quienes se habían apartado de la verdad.  (Gal 5:7, Gal. 3:1)  ¿Cuál es esta verdad?  ¡La Gracia de Dios!  Por ello se llama “El Evangelio de Gracia”.  Recuerda, la Verdad y la Gracia es una sola cosa.  Pablo fuertemente  amonestó a los Gálatas, llamándolos “insensatos”  (tontos)  porque habiendo conocido tal Gracia directamente de Jesucristo,  se volvieron a las obras de la Ley – obras de auto- justificación – y dejaron la fe por Gracia.  (Gal. 3:1)

En Gal. 5, Pablo les explica que al  circuncidarse, se están poniendo bajo la Ley, y que el que quiere agradar a Dios bajo las obras de la Ley,  se ha caído de la Gracia de Dios. Pablo continua haciéndoles ver que fueron llamados a libertad,  y esta libertad solo se encuentra bajo el Espíritu, y no bajo la Ley,  y  claramente nos muestra que estar bajo la ley es sinónimo de vivir bajo las obras de la carne.

 ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la Ley, o por el oír con fe?  ¿Tan insensatos son? Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿van a terminar ahora por la carne? …  Gal. 3:1-5

¿Te das cuenta de la severidad con la que Pablo los reprende y de la gravedad de vivir bajo el esfuerzo propio, lo cual sucede cuando vivimos bajo la Ley?   Al llegar a Gal. 5,  Pablo enfatiza y expande acerca de este contraste:

Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen. Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la Ley  Gal. 5:16-18

Después de haber enfatizado en lo anterior durante 5 capítulos,  entre otras cosas les dice:

   Y al que se le enseña la palabra, que comparta toda cosa buena con el que le enseña Gal. 6:6

Y enseguida vuelve a su tema recurrente,  la Carne Vs. El Espíritu, por tanto dice:

No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.  No nos cansemos (No desmayemos) de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.   Gal. 6: 7-10

Tú puedes pensar que les está hablando de que el hacer bien se refiere a dar dinero , pues acaba de decirles que compartan toda cosa buena con los que les enseñan la palabra,   más en este caso específico, si sigues el contexto de la epístola entera, al usar la palabra sembrar y segar está hablando “de La Palabra que siembren,  La Palabra que crean en sus corazones” no del dinero.

Jesús  dijo que cuando la Buena Semilla – su Evangelio, cae en ‘tierra buena’, (un corazon que cree)  dará fruto  ciento por uno,  sesenta, y treinta (Mat. 13:3-8).   También dijo que los campos estan blancos para la siega, pero hacen falta obreros (Lucas 10:2)  y Pablo mismo dijo que  nosotros plantamos y su Espiritu  da el incremento.  (1 Cor. 3:6-9)

Si sembramos la palabra de Gracia en nuestro corazón,  o en el de aquellos que la reciban, esta semilla va a dar fruto de vida eterna, porque el Espíritu vuelve a las personas en tierra fértil,  la tierra fértil no se refiere a las altas ofrendas de los cristianos, ni la siega es el dinero que reciban por dar altas ofrendas,  sino que se refiere a un corazon que cree la verdad.  Será cuando esta gente haya abierto su corazón a creer, que darán sin que les pidan, pues toda cosa buena saldrá de ellos, no solamente dinero. 

indigenaMás si  sembramos “esfuerzo humano”, condenación, legalismo, culpa, auto-justicia, todo lo que la Ley implicaba, vamos a sembrar corrupción,  similar a la que la iglesia tradicional sigue cosechando en todo el mundo donde  la “cristianidad” (no el Evangelio de Gracia) se instituyó por “Ley”, pues en el momento en que ministran la muerte escrita en piedra, (2 Cor. 3:7-18)  ponen a la gente de nuevo bajo cadenas, y aunque la gente pueda dar dinero, no estará compartiendo de su corazón, sino que estará dando por miedo u obligación, o aún como “inversión financiera”.

En mi opinión, esta es la razón por la cual la iglesia de Cristo no ha manifestado su gloria postrera que sería mayor que la primera. Mas si todos aquellos a cargo de las ovejas  sembraran la Palabra no adulterada de Cristo, la Verdad y la Gracia que son una sola, incluso en el área de las finanzas,  ésto produciría frutos de justicia en los corazones de la gente, y siendo el Amor el primero de ellos, la gente daría de la abundancia de su corazón y no de su temor o de su amor al dinero.

De hecho, sabemos que la iglesia primitiva no diezmaba, pues muchos de ellos vendían todo para que the sower of the wordnada faltara entre los que no tenían.  Qué riqueza material podría atraerles más, después de haber conocido en persona a la Gloria de Dios que ahora vivía en ellos, la misma Gloria que se encuentra hoy en ti.  Alabo a Dios porque esta revelación está llegando a los creyentes en  estos  últimos días en algunas iglesias donde se ministra el Nuevo Pacto declarado en el Evangelio de Gracia sin adulterar. 

Con ésto no te digo que vayas y lo des todo.  Tampoco esperes que yo te diga que no des nada, pues cuando se tiene la naturaleza de Dios y  al Espíritu Santo quien te dice como ejercitarla, el dar se convierte en objeto de gozo que surge naturalmente, como un fruto de tu amor.   Por tanto, aquel o aquella persona que entrega su vida para sembrar en tu corazón la Buena Semilla  al enseñarte  la Gracia y el Amor de Jesucristo para que tu alma prospere, es digno de vivir de ese amor y del apoyo que tú le muestres en forma tangible,  más en este caso, el que enseña la palabra será el sembrador, no tu.  El o ella seran quienes cosechen corrupcion si su evangelio es otro.  

Continuaremos aprendiendo la manera correcta de “sembrar y cosechar”. Por favor lee 2 Cor. 8 y 9 y regresa el próximo mensaje con tus ojos bien abiertos.

Shalom.