Paz Con Dios

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A estas alturas de nuestro estudio, Pablo ha defendido claramente el derecho legal de la Gracia, así como la “ilegalidad” de la Ley de Moisés para justificar al hombre. En ningún momento Pablo las considera “inter-dependientes”, viviendo bajo el mismo techo, sino mutuamente exclusivas, la una no puede vivir junto a la otra, pues ambas se nulifican entre si.

“No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la Ley, entonces Cristo murió en vano.” Gal.2:21

¿Por qué Pablo tuvo que construir una defensa legal de la Gracia ante los Romanos? Quizá porque ellos eran expertos en derecho legal, con el cual gobernaban el mundo entero de aquel entonces. Ellos entenderían a través de esta exposición de hechos “legales” la validez de la Gracia como un Contrato que invalidaba el anterior – El Pacto Aarónico – La Ley de Moisés.

No obstante haber sido el imperio mas grandioso que ha existido sobre la tierra y el impacto tan grande de su sistema legal hasta nuestros días, el Imperio Romano cayó, su sistema legal no los sostuvo. De la misma manera la Ley de Moisés no pudo sostener el Pacto anterior, pues el hombre no pudo cumplirla, por tanto, el sistema legal en el que Dios se basa no es mas la Ley sino la Gracia, con la cual el enemigo fue derrotado legalmente en la Cruz,

Pues si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto, no se hubiera buscado lugar para el segundo…..

 Cuando Dios dijo: “Un nuevo pacto,” hizo anticuado al primero; y lo que se hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer

Heb. 8:7 y 13

 …El quita lo primero para establecer lo segundo. He. 10:9b

Entramos ahora al Capítulo 5. El número cinco en la Biblia es el numero de la Gracia. En el hebreo es la Letra Hey,  cuyo pictograma es una ventana. Los judíos te dirán que es una ventana o entrada hacia algo, mas no saben hacia qué; ¿acaso no saben porque aún no han recibido revelación de la Gracia de Dios – Jesucristo? No es coincidencia que Pablo comienza el Cap. 5 con este versículo:

Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,  por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

Rom. 5:1

Aquí Pablo nos muestra lo que está detrás de esta ventana – la Gracia – no la Ley (Gal. 3:11). “Por Gracia somos salvos por medio de la fe”, (Ef. 2:8) Pablo lo reitera una y otra vez en todas sus Epístolas, y él aquí afirma que es así como encontramos la paz con Dios: Paz de que Dios no tiene cargos contra nosotros, paz de que Dios está de nuestro lado, paz de que de nuestros pecados nunca mas se acordará, paz de que podemos pararnos delante de El “justificados”, como si jamás hubiéramos pecado; no mas temor al castigo o a la muerte eterna, no mas deuda, nadie nos busca para cobrarnos, no tendremos que temer la ira de Dios ni escondernos de su presencia.

Si algún día has prestado una cantidad grande de dinero a un amigo y tu amigo nunca te pudo pagar, lo mas probable es que no hayas vuelto a ver a tu amigo. Tu vivirás con esa mala impresión de él, pero él no podrá vivir en paz si nunca te pagó, pensando que un día te vas a cobrar; aún cuando pretendiera no importarle, si te encontrara en la calle, su paz se alteraría. Si te acercaras a él, aun si le hubieras perdonado la deuda, pensaría que le vas a cobrar. Si lo hicieras repetidamente comenzaría a temerte. Si la culpa no lo dejara vivir,  quizá trataría de pagarte, mas no por recuperar tu amistad, sino por recuperar la paz, y si lograra liquidar su deuda contigo, él sentiría que ya no tiene nada que le ate a ti.

Mas pensemos que tu sabes que tu amigo no te puede pagar y le dices: “no quiero que me pagues, solo recíbelo  en nombre de nuestra amistad”. Si tu amigo lo recibe con humildad, no te ofenderá al querer pagarte. El sabrá que le amas y corresponderá a tu generosidad con gran agradecimiento, respeto y un afecto mas profundo.

El hombre murió eternamente y Jesús pagó el precio para devolverle la vida y rescatarlo de donde estaba.  El hombre no podía jamas pagarle a Dios, independientemente de su opinión o creencia acerca de su propia deuda.  Muchos vive creyendo estar en paz con Dios porque en su opinión, le están pagando  con su servicio, su sufrimiento o sacrificio,  por tanto muchos aún creen haber pagado en exceso, y aún llegan a exclamar:  Si en la borrachera te ofendí, en la cruda me sales debiendo”.

Mas la Paz que Cristo nos compró nunca dependerá de nuestro pago, sino de haber recibido con humildad el Pago que El hizo.    El nunca esperaba que le pagáramos, solo anhelaba que pudiéramos venir a El sin reservas .

Convencidos de su amor,

 Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.

Heb. 4:16

Te comparto  este video de 2 minutos para ilustrar un rayito de la esperanza en la que nos gloriamos

Shalom