Pacto de Amor

La Novia de Cristo

La Novia de Cristo

Quizá te preguntes,  ¿si ya creí que Jesús murió en mi lugar llevando todos mis pecados, enfermedades y maldiciones en la Cruz,  ¿por qué tengo que tomar la cena para recibir mi herencia?

La primera razón es porque nuestra carne no guarda memoria de las cosas de Dios.  La Biblia nos dice que nuestra carne es enemistad con Dios. (Rom. 8:7)  Ya vimos que nuestra carne no es nuestra  sensualidad, ni la carnalidad; éstas surgen de nuestra carne, mas no son la carne. La carne es esa naturaleza en nosotros que se rehúsa a depender de Dios,  y que quiere vivir de su propio esfuerzo.  Como vimos anteriormente en Descubre tu Victoria,  El Apóstol Pablo usa el estar bajo la carne como sinónimo de estar bajo la ley, la cual daba la rectitud por “el hacer”.

Sólo esto quiero que me digan: ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe ¿Tan necios son? ¿Comenzaron por el Espíritu, y ahora van a acabar por la carne?  Gal. 3:1-3 Vers. RVC

Mas nuestra rectitud viene por “el creer “  y  al confesar lo que creemos, las cosas se mueven  – nuestra fe se fortalece y las potestades de las tinieblas saben que “si sabemos” lo que nos fue dado.

Por lo mismo es necesario que le estemos recordando a nuestra alma como lo hacía el salmista:

Bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios!  Salmo 103: 2

Es necesario que lo recordemos porque desde que recibimos nuestra Salvación,  hasta el día que vayamos a vivir con el Señor, viviremos en esta tierra  robada por el diablo como “antagonistas” a su reino y por lo mismo habrá fuerzas por todas direcciones que se levanten contra nosotros, enfermedades queriendo entrar en nosotros,  aflicciones y problemas de todo tipo que haremos morir con nuestra fe por medio de su Espíritu.

Cristo vino a destruir las obras del diablo, (1 Juan 3:8) por lo mismo Él nos dijo:

Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo.”  Juan 16:33

Otra razón es que lo que estamos celebrando es un Convenio – el Nuevo Pacto. (Mateo 26:28).  En tiempos bíblicos, todo convenio se sellaba con sangre y se celebraba con un alimento.  En Éxodo 24, Dios mismo celebró un convenio con los 74 que estaban con Moisés.    Dios hizo un convenio con el hombre – el Convenio Aarónico,  por medio de Moisés, mas nadie lo pudo guardar,  por lo mismo Dios mismo halló falta en ese convenio.   (Hebreos 8:7)  y estableció  otro que NUNCA fallaría, uno que está formado sobre mejores promesas (Heb. 8:6)

Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará por él inmundo; y habrá para ellos en él quien los acompañe, de tal manera que los insensatos no yerren.  Isaias 35:8

Esta calzada es el Nuevo Pacto,  el cual  es entre Dios y  su Hijo Jesucristo, nuestro único Bellows mediador, –no entre Dios y los hombres pecadores, por lo mismo no podemos fallar, aún con nuestras imperfecciones e insensatez.   Nosotros sólo somos los beneficiarios o herederos.   El inmundo no puede pasar,  porque todo el que es bañado con la Sangre purificadora de nuestro Señor Jesús,  no puede permanecer inmundo, y el que nos acompaña es Su Espíritu, por lo mismo es un pacto infalible.

Se requería la muerte de Jesús para poder heredarnos todo lo que este Convenio cubre y que nadie puede invalidar.  No tenemos que preocuparnos de cómo guardarlo, porque el que cumplió todas sus cláusulas es su Hijo Jesucristo,  Él fue quien lo selló con Su Sangre y Él es el que lo resguarda,  sólo tenemos que ocuparnos de creerle  y de celebrar su Pacto a través del cual Dios nos reemplazó el corazón de piedra por uno de carne en donde pudiera escribir sus preceptos (Heb. 8:10) y así pudiéramos ser   transformados, no a base de fuerza de voluntad,  sino por Su Santo Espíritu.  (2 Cor. 3:18)

MP900441026La Comunión es el anillo de la novia de Cristo .  Así como el anillo representa nuestro Pacto matrimonial, que proclama frente a la sociedad el  derecho a la esposa  de vivir bajo un nuevo nombre, bajo un nuevo hogar, bajo la protección y cuidado del esposo y a usar su dinero y posesiones,  de igual manera la Santa Cena representa “el Nuevo Pacto”, el cual proclama frente a las tinieblas nuestro derecho comprado con Sangre Divina de vivir en esta tierra bajo el Nombre del que es Sobre todo Nombre,  el Nombre de Jesucristo, bajo su protección y cuidado, poseyendo todo lo que Él recuperó para nosotros, pues originalmente todo era de Él y para nosotros.

De hecho,  el matrimonio es una  re-creación del amor de Cristo y su fidelidad por su novia, por tanto, el matrimonio va mas allá de una mera unión física;  es una unión espiritual donde alma y  espíritu son hechos uno sólo, y cuando el Espíritu de Dios está en medio de ellos, será un matrimonio sólido y duradero y no sucumbirá ante los ataques que el diablo atente para separarlos.    Si tú no estás casado,  recréate en el amor de Jesús, el cual es el más grande amor que existe y el único que puede hacerte verdaderamente feliz.   Más si lo estás,  su amor puede convertir  tu matrimonio de agua simple en vino intoxicante.

Shalom.