La Muerte del Hombre Esclavo

Jesus dead

Como lo prometí en mi mensaje anterior, hoy trataré de dejar claro por qué era necesario que Jesús muriera para poder separarnos de nuestro pecado.  Para explicarlo, usaré el siguiente ejemplo de Bertie Brits, pastor del Ministerio Amor Dinámico en Sudáfrica:

“Un Padre posee una granja,  sus hijos son co-herederos,  ellos por sí mismo no tienen nada, “están desnudos”,  mas no se avergüenzan de ello, pues todo lo que es de su Padre es suyo,  están cubiertos por la Gloria de Su Padre.  El éxito y la vida de la granja residen en la habilidad de su Padre para hacer negocios.

Uno de sus hijos decide no participar de ese éxito y le dice a su padre,  dame mi porción de mi herencia y se lleva todo lo que su padre le ha dado, incluyendo  los principios aprendidos, y  va a otro país a tratar de reproducir la vida que tenía bajo la jurisdicción de su padre,  con los recursos que se llevó,  llevando a cabo lo que aprendió,  sin tener la Gracia de su padre para hacer negocios y que le daba vida a su granja;  de repente se encuentra en bancarrota,  sin la Gloria de su Padre, sin su Gracia, totalmente desnudo;  el pecado consistió en que no quiso participar de la vida  que su padre planeo para que él lo disfrutara a su lado,   creyó que  podría obtener los mismos resultados de su Padre,  sin tener que vivir con Él  y esto le causó la muerte.

En la parábola del Hijo Prodigo oímos lo que el padre exclama: “Tu hermano que estaba muerto ahora vive”.    El hijo mayor también vivía de los recursos de su padre,  pero no como hijo, sino como siervo, “trabajando” para su padre;  de hecho, la palabra griega “Poneros” usada para maldad significa “estar lleno de labores”.

Adán cayó en la tentación de querer ser “como Dios”  al contemplar un fruto,  porque él no se veía a sí mismo como participante  de  la Vida de Dios,   Él no podía creer que su vida entera se encontraba en Dios,  no se veía a sí mismo en Dios,  y trató de ser como Dios conociendo el Bien y el Mal  y encontró la muerte, al olvidarse que  él ya era  “como Dios”,  habiendo sido creado a imagen y semejanza de Dios, se quedó “sin forma”, sin su porción, lo cual quiso alcanzar  haciendo algo,  siguiendo un principio, una regla:  comiendo un fruto; mas se quedó corto… en eso consistió su pecado.

De la versión del Espejo, leamos lo siguiente:

Descubrir en Dios nuestra auténtica identidad de hijos, es descubrir la verdadera libertad del pecado. Somos nacidos de Él y su semilla permanece en nosotros; ésta es la única posible referencia para desembriagar la mente de la influencia intoxicante del engaño . 1 Juan 3:9

Elohim no vistió a Adán con la piel de un animal por una necesidad Divina de ser apaciguado, sino por su amor incondicional hacia Adán; Ellos hablaban el lenguaje del propio juicio de Adán: Adán, no Elohim, estaba avergonzado por su desnudez. El vestido no era para hacer que Dios viera a Adán en forma diferente, ¡sino para hacer que Adán se sintiera mejor acerca de sí mismo! Y finalmente, era para prepararlo para la revelación del misterio de la redención de la humanidad en la Encarnación. ¡Aquí, la Deidad se vestiría de piel humana, y el León de Judá se transformaría en el Cordero de Dios, a fin de libertar nuestras mentes para re-descubrir Su imagen y semejanza en nuestra propia piel! 

Du Toit, Francois. Nota exhaustiva en Apocalipsis 14, “La Marca de la Bestia”.  Comentario en 1 Juan 3:9 y 12, Biblia de Estudio “El Espejo”

 

El concepto de separación contenido en la palabra perdón se aplica como “despedir”,  o “terminar un contrato”.  Su perdón no consistió en golpear a su Hijo en nuestro lugar, para no tener que ver nuestros pecados que cometimos bajo la Ley, Su perdón consistió en separarnos de nuestro problema,  ¡La Ley!  Ese sistema resultante de ese contrato que ataba al hombre a su esclavitud  y  que no nos permitía ser participantes de Su Vida Abundante,  por nuestra inhabilidad de seguirla;  Dios no dio los mandamientos para que pudiéramos ser participes de su vida, siguiéndolos, sino para que reconociéramos que no podíamos hacerlo.  Jesús clavo ese sistema en la Cruz (Col. 2:14), y en el derramamiento de su sangre podemos ver la muerte del hombre esclavo,  nuestras mentes pueden ser lavadas de una consciencia de culpa, el perdón es nuestro”.  B.Brits

 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse,  sino que Se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.  Y hallándose en forma de hombre, se humilló El mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.  Fil. 2:6-8

Entonces dijo: “He aquí, yo he venido para hacer Tu voluntad.” El quita lo primero para establecer lo segundo Por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre. Heb. 10:9-10

La sangre que Cristo derramó en su muerte pagó el rescate para librarnos de la esclavitud. Es decir, que Dios es tan generoso que perdona nuestras faltas  y nos mostró abundantemente su bondad (Su  Gracia) Con completa sabiduría y entendimiento  nos ha dado a conocer su plan secreto (su voluntad, énfasis mío). Esto fue lo que con gusto Dios quiso hacer (esta fue su Voluntad, énfasis mío)  por medio de Cristo Ef. 1:7-8 PDPT (Palabra de Dios para Todos)

¡Esta fue Su Voluntad!  ¡Esta fue  Su Pasión!  ¡A El sea la Gloria!

Gracia y Paz

Rev. enero, 2020.