La Mente Renovada

Jesuslaver

Y no se adapten (no se conformen) a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable (agradable) y perfecto. Rom. 12:2

Aprendimos en mensaje anterior que el culto racional es la expresión de nuestra adoración, resultado de la revelación de quien es El Señor y cuál es Su voluntad – “lo que es bueno y aceptable y perfecto”.

Llamarle Señor significa que recibimos su nombre y su Señorío al convertirnos en sus Hijos. Cuando Jesús conquistó el pecado y la muerte al redimirnos, reinó sobre estos mismos y el recibirle como Señor significa que  como nuestro Padre, lo que Él logró es ahora nuestro, tuyo y mío. Si Jesús es tu Señor, lo que es verdad acerca de Él es verdad acerca de ti porque Él lo dice y porque tu estas en Él y Él está en ti.

En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos también nosotros en este mundo. 1 Juan 4:17

 Si tú has aceptado a Jesucristo como tu Señor, lo que Él hable acerca de ti es tu verdad absoluta.  El es el Verbo hecho carne.

En cuanto a la renovación de la mente, ésta no es el resultado de ejercitar el cerebro diariamente, sino que es el proceso a través del cual  adaptamos como nuestra Su manera de pensar acerca de nosotros y de los demás: como nos ve, como nos ama, y aprendemos cual es Su Perfecta Voluntad para nosotros:  que creamos la obra que su amado Hijo Unigénito consumó en la Cruz. (Juan 6:29; 1 Juan 3:23). Él nos dice en su palabra que Él nos ha dado todas las cosas a través de Jesucristo, (Ef. 1:3) y cuando logramos vernos en Él , unidos a Su Padre en Espíritu y Verdad (en su Gracia), sentados junto con Él en las alturas, nuestra mente se renueva con la Mente de Cristo.

Este proceso se lleva a cabo conforme le dejemos lavar nuestros pies con el agua de Su Palabra, a través de la cual Él nos persuade de lo rectos e inocentes que somos por causa de su rectitud como un regalo, cuan santos, limpios y perfectos somos por causa de su perfección y santidad como Regalos Gratuitos que nos dio al realizar ese trabajo tan perfecto en la Cruz.

Regalo Gratuito suena como un pleonasmo, pero no está por demás enfatizar en que es gratis, ya que la religión nos lo ha cobrado por casi 2000 años, convirtiendo este regalo en algo que tenemos que comprar o ganar con nuestro merito o esfuerzo, con nuestra obediencia o nuestra conducta.

Cristo nunca condicionó su regalo de rectitud a ningún esfuerzo humano, simplemente a nuestra fe en Él, pues ésta es la obediencia del Nuevo Testamento. Si no creemos en Él y en su Evangelio de Gracia, por muy buena conducta, integridad y moralidad que exhibamos, no hallaremos la vida eterna que solo existe en Jesús y estaremos fuera de la voluntad de Dios, despojados de lo que Cristo nos ha heredado por causa de nuestra incredulidad.

No necesitamos lavarnos más las manos para justificarnos, porque Él nos ha lavado de nuestras obras completamente con su Sangre preciosa (Juan 13:10). Una vez “bañados” para siempre, su agua nos limpia día con día del polvo en el que caminanos –  este polvo es la acusación que el sistema de esta tierra produce en nosotros, el sistema de la Ley, bajo el cual fincamos nuestra identidad y nuestro valor basado en lo que hacemos o no hacemos, en lo que tenemos o carecemos, en nuestras habilidades y fortalezas, en nuestros dones y aún en cómo nos vemos.

 Entonces los rociaré con agua limpia y quedarán limpios; de todas sus inmundicias y de todos sus ídolos los limpiaré. Ez. 36: 25

Jesús es esa Agua Limpia, El es la Palabra de Dios acerca de ti.

Contrario a la Ley del Viejo Pacto, Dios nos ha dado por Su Gracia un Nuevo Sistema–la perfección que el trabajo consumado de su Hijo Jesús nos dio en la Cruz, el cual te ofrece un valor “Invaluable”  y una Nueva Identidad  al haberte comprado con Su Sangre y que te convierte al recibirlo,  en su Hijo (o Hija), adquirido(a) por gran precio para llevarte como joya preciosa en su corazón.

Shalom.