La Ley se Despidió

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Si a ti te ha sido revelado el Evangelio de la Gracia inexplicable y sobrenatural de nuestro Señor Jesucristo, te animo a creer que el Espíritu Santo se encuentra  activo persuadiendo a muchos otros amados, de la misma manera que lo hizo con  Pablo quien lo perseguía ,  con su mismo hermano Santiago, quien no creía en Él,  y con nosotros, que estábamos ciegos, pero ahora vemos;  es cuestión de tiempo antes de que muchos incrédulos se unan a la gran multitud que no puede ser enumerada de Apocalipsis 7:9  

Hace poco tiempo uno de estos incrédulos argumentaba:  “si el propósito de la Ley era el de llevarnos al Mesías,  cómo me allego al Mesías si me aparto de la Ley?   

Éste es el trágico estado de muchos  líderes cristianos que aun no asimilan lo que significa “Mi Gracia es Suficiente”,  tan suficiente que la Ley  se tuvo que retirar. 

Pocos son los que aceptan  que bajo la Ley  no podíamos allegarnos a Dios, y esa fue precisamente la razón por la que la Ley fue dada, para que nos convenciéramos de ello y nos  rindiéramos  de ser infieles por nuestro mucho querer ser fieles;  por ello fue Dios el que se allegó a nosotros, haciéndose como nosotros para quitar de en medio la Ley que nos descalificaba y nos separaba de Él, clavándola en la Cruz (Col. 2:14).   

¿Cuál es el propósito, entonces, de la ley, del adendo adjunto? Fue una adición detallada de las promesas del convenio original hechas a Abraham. El propósito de la ley era mantener a un pueblo pecador en el camino de la salvación, hasta que Cristo (el descendiente) viniera, heredando las promesas y distribuyéndolas a nosotros (Gal 3:19 The Message)

 ¿De qué sirve entonces la ley? Ésta fue dada a Moisés como el intermediario.  ¡Era un acuerdo intermedio para hacer que la gente sea consciente de la magnitud de sus malas obras y al mismo tiempo señalarles la promesa de un Redentor, la semilla Mesiánica! (Gal. 3:19 The Mirror)

Joseph Prince enseña acerca de Simeón, en Lucas 2,  un sacerdote  de edad muy avanzada, a quien por el Espíritu Santo  le había sido revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo (v. 26);  al verlo, el día que fue presentado en el templo, Simeón dijo:

—Ahora, Soberano Señor, despide a tu siervo en paz conforme a tu palabra; porque mis ojos han visto tu salvación  (v. 29 y 30)

Simeón, quien toda su vida ministró  en el templo  y vivió bajo la Ley, no pudo ver su salvación hasta que vio a Jesús – “Yahshua” en el hebreo,  que significa “Dios Salva”, y entonces vio su promesa cumplida. 

En ese preciso momento, llegó Ana, profetiza del templo, quien se alegró grandemente “y daba gracias a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén” (v. 38)

El nombre de Ana, Hanna en el hebreo, significa “Gracia”.  Curiosamente el nombre hebreo  Simeón (Simón en el griego) significa piedra, la piedra le pidió a Dios que le despidiera, mientras  la Gracia  les hablaba a todos de su “salvación”.

Así como este pasaje, existen muchos en la Biblia que señalan a la despedida de la Ley cuando la Gracia llegara,  mas para mi la evidencia de que la Ley se ha despedido en paz se encuentra nuevamente en el idioma original, en el  significado de la palabra “Perdón”, que en el hebreo, es la palabra es “nasa‘  (H5375)  y aunque tiene muchos significados,  como cargar, levantar, quitar, tolerar, separar, liberar, etc.  16 veces significa “perdonar”.    (Gen 50:17, Ex. 10:17 y 32:32; Num. 14:19; Jos. 24:19; 1 Sa 25:28; Salmo 25:18, 32:1, 85:2; Is. 2:9 y 33:24)  

En el griego, la palabra  para perdón es aphesis, cuya raíz es “aphiēmi “, cuya raíz es “apo”

  1. Aphesis significa liberación de ataduras o de aprisionamiento.
  2. Aphiemi tiene que ver con “separación”, enviar lejos,  dejar ir,  renunciar a una deuda,  a una persona,  dejar atrás, abandonar.  
  3. Mas veamos Apo, la cual hace sentido de esta separación:
  • “cualquier tipo de separación de una cosa de otra por la cual se destruye la unión o comunión de los dos”.  
  • Distancia  física de lugar o de tiempo
  • Separación de su origen o causa:   “apartarte de lo que te destruye”. 

Esto que nos destruía era la creencia de que por nuestro esfuerzo y justicia propia podríamos alcanzar la vida eterna, creencia representada por el sistema de la Ley .  Esta era la creencia de la serpiente, y de ésto  es de lo que Jesús nos ha separado al persuadirnos a creer en El.  Así fue como le aplastó la cabeza a la serpiente.

Por ello Jesús cargó la Cruz (ver Juan 19:17) , fue levantado en la Cruz (ver Juan 3:14 y 12:32),  cargó con  nuestros pecados en la Cruz, los toleró en su propio cuerpo para quitarlos de nosotros(ver 1 Pe.2:24); los separó de nosotros como el Este del Oeste (ver Sal.103:12) ¿cómo crees que lo hizo? clavando en la Cruz la carta de requerimientos que era contraria a nosotros porque nos declaraba pecadores (ver Col. 2:14),   esta carta era justamente la Ley, así fue como quitó esta carga de nuestros hombros – El la cargó por nosotros – la confirmó.

Sin conocer pecado, Jesús se hizo pecado para que nosotros pudiéramos ser hechos Su Justicia/rectitud, (ver 2 Cor.5:21)   en su muerte clavó nuestra muerte por lo que derramó toda su sangre para que pudiéramos ver al hombre de pecado – el hombre bajo la Ley, “muerto” (ver Heb. 2:14) y al ver levantarse al ultimo Adán como el primero de una nueva creación en quien hemos sido puestos,  pudiéramos sentirnos libres de culpa, libres de deuda,  y dejar esa vida de maldición atrás. 

Gracia y Shalom en abundancia.

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