La Esperanza No Desilusiona

Pomegranate Trees (1)

Arbol de Granada en Israel

 La Biblia dice que el Pueblo de Israel se alimentó de Mana por 40 años hasta que llegaron a la tierra prometida.   Sin embargo llegó el momento de que el Pueblo de Israel  se cansó de vivir de la provisión de Dios y comenzó a codiciar su comida de Egipto:

Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, de los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;…  El pueblo iba, lo recogía (el maná)  y lo molía entre dos piedras de molino, o lo machacaba en el mortero, y lo hervía en el caldero y hacía tortas con él; y tenía el sabor de tortas cocidas con aceite.  Num 11:5 – 7

Esta escritura nos ilustra al hombre en su estado natural, queriendo vivirmelons de su propio esfuerzo, tomando por poco la Gracia de Dios.  De hecho todos los frutos descritos en este verso,  los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos, requieren de trabajo agotador al tener que arrodillarse o inclinarse para poder arrancarlos de la tierra.    De la misma manera,   la labor que ellos introdujeron para agregar variedad a su alimento, que anteriormente leímos era dulce como la miel,  produjo un sabor desagradable, como el de torta de aceite fresco (crudo),  y su color cambió de blanco (Ex. 16:31) al de bedelio (Num 11:7)

Sin embargo, con todo y la mala opinión que el pueblo de Israel tenia de Dios,  nuestro Padre siguió proveyendo el Maná hasta el día que entraron a la tierra de Canaán, donde “fluía leche y miel”, y donde había  abundancia de uvas, granadas, dátiles y otros frutos  (Num. 13:23-27) que solo requerían que extendieran su mano para tomarlos.

Con todo y la gran misericordia y benevolencia de nuestro Padre, existen aquellos cuya  actitud de apatía, independencia, temor o desconfianza muestra su  mala opinión de Dios,  así como muchos que se sienten más seguros viviendo de su propio esfuerzo, aun cuando esto represente trabajo agotador y opresivo.

Son ellos los que nunca le dan realmente su vida al Señor,  por temor de que los haga pobres o que los envíe a morir por su causa y no los culpo, pues en muchas iglesias  donde no han conocido o entendido de  la Gracia de Dios,  aún se enseña que la aflicción es necesaria para ser salvo,  basado en una mala interpretación de  Hechos 14:22 que dice que  «Para entrar en el reino de Dios nos es necesario pasar por muchas tribulaciones

En  este verso tribulaciones es el hebreo  thlipsis  –   presiones,   presionar juntos,  opresiones, angustias,  aflicciones, problemas.

Obviamente que de aquí a que lleguemos con el Señor vamos a tener que pasar por estas

Estres y temor

Temamos no entrar en su reposo

“thlipsis”, además de las que pasemos por no conocer a Jesús, por no entender su Palabra o por no escuchar la voz de Dios.   Muchos perdemos amigos; muchos son ridiculizados por sus compañeros de trabajo o aún por su familia por causa de su fe; muchos aún son corridos de su casa;  todos vivimos los constantes ataques de nuestro enemigo, quien trata de robarnos la Palabra recibida a través de dificultades, para tratar de hacer ver a Dios como mentiroso;  enemistando  o alborotando gente contra nosotros;  tratando de robarnos nuestra salud o nuestras finanzas.

Otros sufren persecuciones, algunos en forma mayor  como el Pastor Saeed Abedini, quien se encuentra prisionero en Irán por su fe cristiana, o en formas más sutiles. Por ejemplo, el autor cubano Roberto Ornan Roche,  quien escribió el libro “El Faro de Asaf”, relató en una entrevista lo siguiente:

“Recuerdo cuando era pequeño que nuestros maestros nos paraban al frente de la clase para que los otros estudiantes nos hicieran burla, porque no creiamos en la Evolución de Darwin o en las ideas de Marx, Engels y Lenin.  Simplemente eramos cristianos y los otros niños eran entrenados a odiarnos.  Esta no era una práctica aislada. Al contrario, era mandatorio que los maestros avergonzaran a los niños cristianos.  De la  misma manera,  era necesario que los padres negaran su fe para que sus niños pudieran asistir a la universidad.”  (traducido de http://www.military-orders.com/Blog/Writing/A-Christian-Writer-in-Cuba.html)

Otros sufrimos de ver morir a seres queridos en sus pecados,   de ver  a los afligidos por el diablo,  a las víctimas de su crueldad, sufriendo enfermedad, destrucción y muerte a nuestro alrededor.

Mas  ésto no quiere decir que las tribulaciones nos lleven al cielo, sino que de aquí a que lleguemos a ese hermoso lugar  las tribulaciones  se presentarán y tendremos que pasar a través de ellas  sin poder ignorarlas. Mas descansando en la Gracia de Dios saldremos victoriosos.  Yo se que de todas ellas El nos libra.

Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza. Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.  Rom. 5:3-4

En otras palabras,  por muy afligidos que estemos no residimos en la aflicción,  sino que salimos de ella,  fortaleciendo nuestro carácter por medio de paciencia y esperanza,  del griego “elpis” que significa “tener una expectación del bien”, de manera que no solo esperamos “a ver qué pasa”,  sino que esperamos un resultado favorable de nuestro Padre que tanto nos ama, por lo tanto no seremos desilusionados.  (Heb. 10:32-36)

Muchos otros consideran la aflicción una forma de sacrificio (ofrenda) a Dios. Muchos aun ofrecen su propia muerte o la de muchos otros en sacrificio.  Ellos no saben o  no han entendido que El Señor de la Gracia murió  para que pudieramos venir a El como “sacrificios vivos” y que este sacrificio es nuestra adoración. (Rom. 12:1)   Tampoco han entendido que añadir al sacrificio de Jesús es considerarlo poco, o insuficiente, (Heb. 10:29) y esto es una ofensa muy grande para su Espíritu de Gracia.

Más la fe siempre tiene una buena opinión de Dios y El se encarga de no decepcionarnos cuando ve nuestra fe.

Irónicamente, puesto que bajo la Gracia  todo opera por “creer”,   la mala opinión de Dios nos dará el resultado que no queremos, como lo aprenderemos de la vida de Job, en mi  próximo mensaje.

Shalom