El Remanente

Dazzling White

Si has escuchado algún sermón (o muchos)  acerca de la iglesia en Sardis, objeto de nuestro estudio, la conocerás como   “la iglesia muerta”,  o “la iglesia zombi”,  pues de acuerdo con estos “expertos”,  esta iglesia estaba muerta en sus delitos y pecados; más esta acusación solo puede ser posible si Jesucristo no hubiera muerto y resucitado, llevándo a la humanidad en ambas su muerte y resurrección, lo cual seguramente no sabían o no estaban escuchando de la boca de su pastor y por ello vivían como ‘muertos’, sin saber que ya habían sido resucitados.  

Mas leemos en el v. 4 que en esta iglesia Cristo tenía un remanente, un grupo de personas que ‘no habían ensuciado sus ropas’ es decir,  ellos conocían su origen y lugar en Cristo, su identidad auténtica, su imagen y semejanza en Dios y vivían disfrutando de su unión con Dios en inocencia; por tanto no puede ser que esta iglesia estuviera muerta; sin embargo, como en todas las congregaciones, el congregarse  no es sinónimo de “creer el Evangelio” y puesto que la carta no está dirigida a las ovejas sino al Anciano de esta Iglesia, no sabemos si aún él mismo había creído en su corazón o sólo estaba simpatizando con la “filosofía” como muchos en el cristianismo de hoy, o si se había vuelto al judaismo, por causa de los judíos proselitistas. 

Conociendo a mi  Padre como un Dios Amoroso, sé que Él siempre nos suplirá todo lo que nos falte, sea cualquiera nuestra necesidad, aun sea la fe misma.

La historia de esta ciudad registra  una mujer llamada Faustina, que era muy afecta a las caridades y beneficencias, quien  era  “anciana”  de Artemisa.  ¿Acaso el mensaje de Jesucristo se dirigía a ella  y por ello le dijo que no encontraba sus obras perfectas? (pues recordarás que Artemisa significa “perfecta”)

Ponte en vela  y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he hallado perfectas tus obras delante de Mi Dios.  Rev. 3:2

Vimos en el mensaje anterior por qué Jesucristo  no encontró sus obras “perfectas” o ‘completas’.     Al decirle “confirma” está usando la palabra griega “stērizō”, que significa “establecerse”, por ejemplo: establécete en la fe, o en la verdad o en la Gracia; sin embargo, como lo mencioné antes,  ésta labor del Espíritu Santo sólo sucede al conocer, entender y creer el Evangelio de Gracia.

 Y a Aquél que es poderoso para afirmarlos conforme a mi evangelio y a la predicación de Jesucristo… Rom. 16:25

En cuanto a “las cosas que quedan”, como fue traducida la palabra griega “loipos”, que significa “el resto” o “el remanente”, “el residuo”, sean cosas o personas, esta palabra también es una expresión idiomática que significa “de hoy en adelante” o “finalmente’,  por lo cual podríamos interpretar   Rev. 3:2 como “Despierta y decídete por fin a creer mi Evangelio de Gracia, que estás a punto de perecer”; mas si “las cosas que quedan” eran las que perecerían,  estaría hablando del Evangelio en ese lugar:

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete.    Por tanto, si no velas, vendré como ladrón,   y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.  Rev. 3:3

Estas palabras dirigidas al anciano y no a la iglesia  no se refieren a lo que se conoce como ‘el rapto’, sino que este “sobre ti” se refiere a este ANCIANO(a) y nunca será contra La Iglesia. Muchos interpretan lo anterior atribuyendo “pecado” a los creyentes, con la amenaza de que si no dejaban de pecar, se quedarían  en el rapto; esta “teoría” nos dejaría a todos atrás, pues si medimos el pecado por la Ley, todos quedaríamos descalificados, más  bajo el Nuevo Pacto, ” la Ley ha sido removida por haberse declarado incompetente para salvar, por tanto, de nuestros pecados y nuestras rebeliones el nunca jamás se acordará (Heb. 8:12);  de hecho, estarás de acuerdo conmigo en que el único pecado que se nos atribuye bajo el Nuevo Pacto, es el de la incredulidad, sea por rehusarse a aceptar el Evangelio mismo, o simplemente por querer seguir bajo la Ley después de conocerlo, pues solo bajo la Ley el pecado se apoderará de nosotros (Rom. 6:14)

Esta persona, haya sido Faustina,  u otro pastor en otro tiempo, había escuchado y recibido el conocimiento de la verdad mas lo había rechazado  en su corazón, (Heb. 10:26). Sea mi teoría acertada o equivocada, Jesús le estaba ofreciendo a este Anciano(a)  o Mensajero(a) la oportunidad  de creer el Evangelio. 

Fascinantemente, la historia de la iglesia primitiva en Sardis inmediata a esta carta, también registra a un Anciano llamado Melito, cuyo nombre puede significar “miel” o ‘melasa’.   La miel en el Viejo Testamento no podía ofrecerse en la ofrenda encendida (ver Lev. 2:11), pues esta ofrenda simbolizaba al sacrificio de nuestro Señor, por tanto, Dios hizo claro que  al Sacrificio de su Hijo no podemos agregarle nada, ni siquiera nuestra propia  ‘dulzura’, pues representaba nuestro esfuerzo por ser justificados y aceptos por las obras de la Ley.  Mas en su Tierra Prometida fluía “Leche y Miel”  pues solo de su Dulzura – de su Gracia – podemos vivir.

Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.  Rev. 3:4

Interesantemente,  la palabra usada para ‘ensuciar o manchar’ es la palabra ‘molyno’, pronunciada ‘moluno’, cuya raiz es ‘melas’.  ¿Cómo contaminamos nuestras ropas, según Isaias 64:6?  (trapos de inmundicia) o ¿Cómo nos caemos de la Gracia según Gal. 5:4?   ¡Al querer ser justificados por….. las obras de la Ley!   ¿Será acaso que ‘Melito’ no proviene de ‘miel’, sino de ‘melas’?  Realmente no hay mucha diferencia en ambos significados, pues ambos representan nuestro afán por definir nuestra identidad y valor por nuestras obras,  esfuerzo o religiosidad.  

Mas las ropas blancas  son la seguridad y la confianza del creyente, que nos convierten en ¡’vencedores’! Hemos sido vestidos con la rectitud de Cristo, la cual ¡es “intachable”! y de no estar consciente de ello, simplemente viviremos sintiéndonos desnudos ante Dios  o  más irónico aún, si nuestra cobertura es nuestra propia justicia/rectitud, estaremos vistiendo “trapos inmundos” (Is. 64:6), mientras nos creemos muy  ‘purificados’.

Quiere decir que este remanente estaba consciente de su ‘vestidura blanca de lino fino – la rectitud de los Santos proveniente de la “justicia de Dios en Cristo y no de la suya propia (Is. 61:10) por lo que ¡ellos se sabían dignos!, no porque hubieran alcanzado la dignidad con mérito propio,  sino porque habían creído EL EVANGELIO DE GRACIA  y con esa fe fueron purificados (Hechos 15:9, 1 Pedro 1:22)   y no se contaminaron CREYENDO  otros “evangelios”,

Él nos salvó, no por las obras de  justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, Tito 3:5

La escritura nos muestra que esta es la única manera de experimentar esta blancura y perfección y la siguiente línea lo confirma:

Así el vencedor (al que cree – 1 Juan 5:5) será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del Libro de la Vida, y reconoceré su nombre delante de Mi Padre y delante de Sus ángeles.  Rev. 3:5

Esta es la Gracia de Dios, que aun cuando Él sabe que no hemos creído del todo,  Jesús nos busca, sea a través de  una carta o de un blog como el que estás leyendo, y nos da la oportunidad de conocer la verdad, para que no parezcamos.

Este “Libro de la Vida” contiene el nombre de todos los hombres, pues Jesucristo no solamente murió por los cristianos, o sólo por los judíos, El murió POR TODA LA RAZA HUMANA. Este fue su regalo de Gracia.   Sin embargo esta idea o temor de ser ‘excluidos’ era la percepción judía ‘exclusionista’, basada en sus obras de justicia y su desempeño, por lo que Jesús estaba utilizando su propia simbología, para comunicar Su Verdad:  “Si no crees que te he sentado en las alturas junto con en Cristo, que has quedado unido a Él, que como Él es eres también tu en este mundo,  cómo podrás sentirte seguro de tu inocencia, de tu perfección o completitud”?     Esta seguridad es  lo que representa “el Sello del Espíritu Santo”, (Ef. 1:3) la cual trae el reino de Dios a nuestra vida ‘gozo y paz en el Espíritu Santo.  

No sé si este Anciano o anciana escucharon esta exhortación, o si se trataba de un pastor anterior o posterior a ellos. En el caso de Faustina, ella murió joven, en el año 140 DC; y Melito no murió hasta el año 180 DC.  Durante su vida ministral, investigó mucho acerca del Viejo Testamento, mas muchos de sus escritos se perdieron por considerarse “heréticos”, pues llamaba al cristianismo como “nuestra filosofía”, además de que sus escritos reflejaban los escritos de  la filosofía griega y romana.

Melito luchó para que la celebración de la pascua se prohibiera  y  se mantuvo en castidad por considerarlo “pureza”, pues él consideraba el acto sexual en el matrimonio como “corrupción”, como lo muestra su escrito extra-bíblico  “La partida de María” , el cual NINGUNA Escritura  inspirada por el Espíritu Santo jamás confirmará,   por lo que antes de que la traduzcas del inglés,  o aun de que la creas, te invito a recordar las palabras de Pablo:

Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema (maldito).

 Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguien les anuncia un evangelio contrario al que recibieron, sea anatema.

Gal. 1:8-9

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a la Iglesia. Rev. 3:1-6

Shalom