El Propósito de La Ley

 

El Fariseo y el Publicano

Auto Justificación vs. Justificación por Gracia

Continuando con la Epístola de los Romanos, descubrimos en los primeros dos capítulos que aunque Pablo escribió esta Epístola para los cristianos en Roma, lo hizo para referirse a un judío, quien no solo se negaba a recibir la Gracia de Dios, sino que peleaba por re-establecer la Ley de la cual Cristo murió por liberarnos, la cual no descansa en la Gracia de Dios, sino que se basa en “esfuerzo humano y rectitud propia” para llevarse a cabo, lo cual a su vez provoca que el pecado se apodere de la gente, como lo veremos cuando lleguemos a Romanos 6:14.

Sin embargo, de acuerdo a lo que hemos leído, este judío no aceptaba que no podía seguir la Ley, y usaba su juicio y condenación hacia otros para ocultar sus propios pecados, los cuales Pablo enumera; por lo anterior, queriendo deshacer los argumentos de este judío en favor de la Ley, Pablo expresa que la Ley hace al hombre “carnal” y no “espiritual”. Si ésto es un shock para ti,  por favor  lee Gal. 3:1-5 y en seguida continúa leyendo lo siguiente:

Porque no es Judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne.  Pues es Judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios. Rom. 2:28-29

Estas palabras son claves, no solo Pablo nos mostró que La Ley no nos hace espirituales,  sino que nos muestra que al referirse a “La Letra”, no se refiere a la Letra “logos” de la Biblia, como muchos enseñan, sino que se refiere a La Ley, al igual que lo hizo en 2 Cor. 3:6, cuando dijo: “La Letra mata, mas el Espíritu da vida”.

La Ley mata porque fortalece el pecado y porque la paga del pecado es muerte (1 Cor. 15:56), y aunque Cristo pagó y murió en nuestro lugar, aquel que vive bajo la fuerza de su propia carne deja a Cristo sin efecto, al caerse de la Gracia de Dios (Gal. 5:4); por ello Pablo la llama “El ministerio de Muerte escrito en Piedra, (2 Cor. 3:7),  éste es: “Los Diez Mandamientos”, pues ninguna otra parte de la Ley fue escrita en piedra, como Pablo nos lo mostrará mas adelante; (Rom 7-10)  por lo tanto, si tu crees que vivir bajo la Ley te hace espiritual, no es la Biblia la que te ha mentido.

Finalmente llegamos al Capítulo 3, donde  Pablo nos revela el por qué de la Ley y el por qué fue dada a los judíos, para lo cual usa las palabras de arrepentimiento de David hacia Dios cuando pecó con Betsabé (Salmo 51:4) para soportar su argumento hecho en Rom. 3:1-6 para que entiendan por qué Dios Dió la Ley a los judíos.

“Para que seas justificado en Tus palabras, y venzas cuando seas juzgado.” (Rom. 3:4)

Estas palabras fuera de contexto pueden hacerte creer que la  Ley fue dada para que seamos justificados,  mas esto no lo dijo Dios, lo dijo David a Dios, cuando reconoció que la Ley de Dios es tan perfecta que el hombre imperfecto no la puede cumplir, y que El es justo cuando nos juzga, mas aun cuando el hombre falla, la fidelidad de Dios permanece.

Llega el momento en que Pablo nos deja ver cuáles eran las acusaciones de las que le hacían objeto, las cuales eran las mismas que muchos “ministros disfrazados como ministros de rectitud” nos están acusando a los que creemos y compartimos el Evangelio de Gracia:

¿Y por qué no decir, como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos: Hagamos el mal para que venga el bien? La condenación de los tales es justa. … Rom. 3:8

Y si en algún momento llegamos a pensar que Pablo estaba defendiendo el vivir bajo la Ley, realmente estaba haciendo lo contrario

¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? ¡De ninguna manera! Porque ya hemos denunciado que tanto Judíos como Griegos están todos bajo pecado (Rom. 3:9)

y en los siguientes versículos (Rom 3:10-18) Pablo cita el Salmo 14:1-3 el cual nos muestra nuestra realidad sin la Gracia de Dios:

no hay justo, ni aun uno;  no hay quien entienda,no hay quien busque a Dios.

 Todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Sepulcro abierto es su garganta,engañan de continuo con su lengua, Veneno de serpientes hay bajo sus labios; llena esta su boca de maldición y amargura.

Sus pies son veloces para derramar sangre. Destrucción y miseria hay en sus caminos, y la senda de paz (la Gracia) no han conocido. No hay temor de Dios (adoración) delante de sus ojos.”

y culmina con la razón por la cual le fue dada la Ley a los judíos.

Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. Porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de El; pues por medio de la Ley viene el conocimiento del pecado. (Rom. 3:19-20)

Dios dio la Ley no para que el hombre pudiera ser justificado, sino para mostrarle al hombre que su naturaleza de pecado no le permitirá seguirla, sino al contrario, hará salir todo lo malo de él, y de esta manera nadie podrá decir que Dios es injusto al juzgar a aquel que rechaza su Gracia y que se rehusa a  renunciar a toda pretención de justicia propia, lo cual es el verdadero arrepentimiento.

Shalom.