El Ministerio de Vida

Vida en Abundancia

Como te habrás dado cuenta, el Capítulo 8 de Romanos es la clave de esta  Epístola; es la Tesis del mensaje de Pablo: esta Tesis afirma lo siguiente: La antítesis del Ministerio de Muerte es el ministerio de Vida,  esto es,  el ministerio del Espíritu Santo; asimismo, la antítesis del Ministerio del Espíritu Santo es el Ministerio de Muerte”; en otras palabras, solo andando bajo el Espíritu podemos andar bajo la Gracia y no podemos andar bajo la Gracia del Nuevo Pacto estando bajo la Ley del Viejo Pacto.  Andar bajo el Espíritu es lo que Pablo llamo “estar en Cristo” (8:1)  y andar bajo Ley  es vivir  “caídos de la Gracia” (Gal. 5:4).

Solo andando bajo el Espíritu no hay mas condenación, (8:1); Solo andando bajo el Espíritu somos libertados del pecado y de la muerte (8:2), solo bajo el Espíritu podemos vivir conforme al Espíritu(8:4), con la mente en las cosas del Espíritu (8:5); solo bajo el Espíritu podemos tener vida (8:10-13); solo bajo el Espíritu podemos ser guiados (8:14); solo bajo el Espíritu podemos heredar (8:17) pues solo bajo el Espíritu podemos tener fe y dar fruto, pues  la Ley  ¡no es de fe!  (Gal. 3:12);  la Ley es de esfuerzo humano y no hay descanso en ella pues es de “hacer” y hacer y vivir haciendo; El Espíritu es de descanso, al creer, y creer  y  vivir creyendo.

¿Y cómo andamos bajo el Espíritu?  Recibir  el regalo de Gracia que Jesús nos dio en la Cruz es el primer paso, el segundo es sencillo, continuar recibiendo Gracia, al lavarnos con el agua diaria de Su Palabra,   pues cada palabra fresca que recibas de Cristo te establecerá en su rectitud y renovará tu fe para recibir la Gracia que El reservo para ti para cada día, y así serás afirmado en su amor y en sus promesas. Mientras que las hojas secas se caen, el fruto del Espíritu comenzará a manifestarse y con ello sus regalos.

El tercer paso es repetir el anterior, pues la fe viene por el oír  (Rom. 10:17) no por el haber oído; este oir es un oir continuo,  ya que el Espíritu Santo no te ayudará cuando tú puedes solo(a).

De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.  Y Aquél que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios. Rom. 8:26-27

A este respecto, escribí exhaustivamente hace más de un año. Quiero invitarte a repasar esa sección acerca de la Espada del Espíritu, y de su guiansa,  que encontrarás en el mapa del sitio.

Este ministerio del Espíritu será la clave para que podamos ser fortalecidos durante nuestra debilidad. Como lo expresé en el mensaje anterior, los tiempos que estamos viviendo requieren toda nuestra atención, con  nuestra mirada puesta en Jesucristo y nuestra total dependencia en su Espíritu Santo. En el momento en que nos olvidamos de depender de Él, recurriremos a nuestras obras; la incredulidad y por consiguiente el temor, tomarán lugar en nuestra vida y nos saldremos de Su Reposo – nos caeremos de su Gracia (Gal. 5:4).

Mas si te mantienes bebiendo de esta fuente de Gracia, de Su Espíritu, te mantendrás fresco y satisfecho y aun si pasaras por el fuego, no te quemarás (Is. 43:2)

En nuestro estudio del Candelabro, aprendimos que  Jesús es la vela central  (Ap. 1:12-13). Durante el Viejo Pacto, esta vela se  conocía como “vela sirviente”, porque se usaba para encender las velas de ambos extremos de la minora; estas velas debían reflejar la luz hacia el frente. (Ex. 25:37)

Jesús es la Luz. El, a través de Su Espíritu le dará luz a nuestros ojos para ver sus verdades, claridad a nuestros oídos para oír su voz y hará arder nuestros labios para poder hablar su palabra en medio de un mundo que perece en obscuridad; y desde luego,  alumbrara nuestro camino al ir delante de nosotros.

Además de ser la Luz, no olvidemos que Jesús es La Palabra (El Verbo) hecha carne. Su palabra en nuestra boca, sea cuando la meditamos – esto es, cuando la declaramos en nuestra vida y en la de los demás, o cuando “oramos en lenguas”, iluminará cada área obscura de nuestra vida y la de los demás.

Hablaré mas al respecto en el próximo mensaje, para lo cual te pido te prepares leyendo 1 Cor. 12.

Shalom