El Espíritu de Gracia

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Habiendo entendido un poco más el Ministerio del Espíritu en el cual se basa el Evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo, no necesito enfatizar que los Frutos del Espíritu solo se manifestarán bajo este Ministerio, por lo cual es llamado Ministerio de Vida. Este es “El Espíritu de Gracia” (Zac. 12:10; Heb. 10:29). Bajo este Espíritu, el pecado no se apoderará de nosotros (Rom. 6:14), las obras de la carne morirán (Rom. 8:13) y los frutos del Espíritu brotarán sin esfuerzo (2 Cor. 3:18).

Por el contrario, cuando lo que brota son las obras de la carne, muy probablemente podrás atribuirlo a otro ministerio,  el “Ministerio de muerte”, mismo que te impedirá que la Gracia de Dios produzca frutos en tu vida, y de ser efectivo, te conducirá a la muerte, en cada área de tu vida.

Yo no tendré que convencerte de la verdad, pues por tus frutos lo conocerás. Esta medida o norma te ayudará a escoger a quien le prestas oídos. El hecho de que alguien hable de la Gracia  o de que usen su lingo no significa que el ministerio es de Gracia. ¿Se exalta la belleza de Jesucristo y su obra consumada, o  se enjuicia la habilidad del hombre?  ¿Se motiva a descansar en la obra de Jesucristo, o a esforzarse más?  ¿Te llena el corazón de fe, de amor y de paz al oírlo?  ¿o te  hace sentir indigno(a) lleno(a) de temor, vergüenza o culpabilidad?  ¿Cuáles frutos están brotando de ti?  Estas son solo algunas preguntas que te ayudarán a descubrirlo.

Aun cuando exista el anhelo de agradar y servir a Dios, o de amar a los hermanos, o de experimentar gozo y paz, cada uno sabemos cuándo estos frutos surgen por el Espíritu o por nuestro propio esfuerzo.  Sé que nuestra decisión por cambiar es importante, más cuando es por el Espíritu Santo, el cambio es permanente, de lo contrario, el cambio solo durará mientras el esfuerzo no se agote.  Es bajo el Espíritu de Gracia cuando podremos andar bajo su voluntad o propósito original.

Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito. Rom. 8:28

Aunque este verso es uno de los más citados de toda la Biblia, aun por los no creyentes, Pablo aclara que sólo a los  llamados “conforme a Su propósito”, todas las cosas nos ayudarán para bien. ¿Y cuál es su  propósito?

Hasta hoy hemos descubierto que su propósito es que el hombre viva de Su Espíritu, de Su Gracia, como lo hizo Adán antes de caer.

La buena noticia es que  no tenemos que asumir el significado o inventarlo, pues la Biblia nos lo confirmará enseguida:

La palabra propósito es el griego “prothesis”, el cual solo se encuentra 12 veces en el Nuevo Testamento, 3 de ellas se refiere al propósito que la Gracia le da al corazón del hombre (Hechos 11:23; y 27:13, y 2 Ti. 3:10), 4 de ellas, está asociado con el Pan de la Propiciación. (Mat. 12:4; Mar. 2:26; Luc. 6:4; y Heb. 9:2) y las otras 5 (cinco, el número de la Gracia) nos confirman el propósito de Dios; además de Rom. 8:28

 Porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a Su elección permaneciera, no por las obras, sino por Aquél que llama. Romanos 9:11

También en El hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de Aquél que obra todas las cosas conforme al consejo de Su voluntad. Efesios 1:11

…conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor. Efesios 3:11

Él nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, 2 Tim. 1:9

De lo anterior concluimos que estando en Jesucristo, nuestro “Pan de la Propiciación”, estamos en la Gracia, y por consiguiente en su propósito o voluntad y estar bajo su voluntad le dará un nuevo  propósito a  nuestro corazón.  Aquí entendemos que no es por lo que hacemos, por nuestras obras, o esfuerzos – o por obedecer la Ley “alias”  La Religión, sino porque a Él le plació, porque Él nos amó y porque Su Espíritu nos abrió los ojos y el corazón para recibirlo. En Su Espíritu está Su propósito, y el tuyo;  en Su propósito, la Gracia estará activa en nosotros, produciendo Frutos  y todo nos ayudará a bien, aun las circunstancias adversas.

Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.  A los que predestinó, a ésos también llamó. A los que llamó, a ésos también justificó. A los que justificó, a ésos también glorificó. Rom. 8:29-30

Te das cuenta, todo lo hizo el. Nuestro papel es “creer” y recibir Su Gracia a diario. No es complicado.

Shalom