El Enemigo del Creyente

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Bienvenidos a Gálatas 2. En Gálatas 1 observamos a Pablo tratando de persuadir a los gentiles de esta región  a sólo creer el Evangelio que él les dio y que él recibió directamente de Jesucristo, a través del cual Pablo obtuvo tal  revelación de su identidad como hijo de Dios; asimismo, los persuade a  no escuchar y a no creer nada que no sea Su  Evangelio, pues cualquier “Evangelio diferente” les robará de su verdadera identidad al darles una imagen falsa y distorsionada de si mismos.  Esta imagen falsa proviene de la Ley, que por algo Pablo llamaba “El Ministerio de Muerte“ (ver 2 Cor. 3:7).

Pablo mismo corrobora en este Capitulo 2,  así como en la mayoría de sus epístolas, que lo que él llama “otro evangelio” es nada mas y nada menos que el judaísmo, o la Ley de Moisés, que desde ese momento se había convertido en el enemigo del nuevo creyente; sin embargo,  cabe aclarar que la Ley no se limita al judaísmo; cualquier corriente de pensamiento que se oponga al trabajo de Cristo, requiriendo tu propia iniciativa o  fuerza de voluntad para obtener  tu propio mejoramiento o purificación,  es solo una rama del mismo árbol (la religión, la filosofía, el humanismo, la meditación,  etc.).    Pablo lo explica en Rom. 2:14-15, cuando habla de  los gentiles, quienes aun sin conocer la Ley de Moisés, la Ley estaba escrita en sus corazones,  dándoles una consciencia o un “conocimiento del bien y el mal”,  el mismo árbol  que le robó la vida eterna a Adán.

Sin poder entender lo anterior,  los judíos luchaban porque los nuevos cristianos siguieran comiendo de ese árbol, a pesar de que “El Camino  al Árbol de la Vida” – Jesucristo,  ya había quedado abierto. No es coincidencia que éste fue el nombre con el que se conoció a los primeros  cristianos: “Los de El Camino” (Hechos 9:2; 19:9, 23; etc.)

Leemos primeramente  que Pablo nuevamente habla de su primer visita a Jerusalén,  con Bernabé (que significa, “Hijo de Descanso),  y con Tito (que significa “Nutrir”), 14 años atrás, lo cual enfatiza su importancia.  Esta visita  de Pablo a Jerusalén está documentada en Hechos 21. Pablo buscaba “clarificar” y a su vez comparar su revelación con la revelación que Pedro y Santiago obtuvieron durante sus respectivos encuentros con Jesús, después de su resurrección (Ver. 1 Cor. 15:5-7),  no tanto para encontrar discrepancias,  sino para que ellos se convencieran de la credibilidad de Pablo y la exactitud de su mensaje,  como evidencia de  que fue escogido por Jesucristo  y plenamente aprobado por Dios, (ver Gal. 2:2); a quien no debían temer mas,  pues tiempo atrás él había sido su principal terror (Ver Gal. 1:23).

Para que nuestra preocupación no se convirtiera en controversia pública, marcada por tensiones étnicas, exponiendo mis años de trabajo para denigración y poniendo en peligro mi ministerio actual.  Gal. 2:2 (MSG)

Nota el término que Pablo usa para sus años de terror:   “trabajo para denigración”.

Escuchemos lo que este trabajo llegaría a significar para él:

Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo….en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por El lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,  y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la Ley (del Torah), sino la que es por la fe en Cristo (el Mesías), la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe,  (Fil. 3:7-9 NBLH)

Leámoslo ahora del Espejo:

¡El aporte total de mi linaje religioso y mi devoción sincera es cero! Todo lo que hemos recibido en Cristo ha reducido todo lo que antes parecía importante, a una información inútil. ¡Estimar la ley es pérdida! La fe es vuestra ganancia.  De hecho, yo he llegado a la conclusión que toda asociación que he tenido con eso que me definía antes como un devoto Judío, es eclipsada totalmente por lo que yo he ganado en conocer al Mesías. Jesucristo y su majestuosa redención ahora me definen. ¡La religión es como excremento; hiede, eviten pisarlo!  ¡Por lo tanto aquí estoy, en Cristo! ¡Yo estuve buscando en el lugar equivocado todo el tiempo! ¡Mis propios comienzos motivados por los deberes y la culpa religiosa, me atraparon en la calle sin salida de la auto-justificación, patrocinada por la ley de las obras! La fe de Cristo revela mi identidad; la justicia define quien realmente soy de acuerdo a lo que Dios cree. Ésta justicia tiene su fuente en Dios y respalda la autoridad de la fe. (¡La fe es una fantasía si Jesús no es la sustancia de ella!)  ¡Oh si comprendiéramos el poder de su resurrección! ¡Su resurrección es la evidencia de nuestra justificación! ¡Es la revelación del plan de Dios de inclusión, yo realmente sufrí y morí junto con Cristo!

Toit, Francois du (2016-07-11). El Espejo de la Palabra: Traducción en Español  (Kindle 8835-8845).

Así es amado,  lamentablemente, todo  lo que construyamos con nuestro propio esfuerzo será como hacer castillos en la arena, mas lo que El haga en nuestra vida como resultado de la revelación de nuestra identidad en Cristo como Hijos de Dios, a través de la fe,  sobre esa roca edificará su iglesia.

Para darte tiempo de digerir lo anterior, continuaremos el próximo viernes.

Shalom

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