El Efod (Parte 1)

 

Cubriendonos de su Gloria

Cubriendonos de su Gloria

Después de saber que Dios te ha vestido con Lino Fino de pies a cabeza,  y que Sus Pensamientos No Son los tuyos,  ahora conoce la vestidura especial del Sumo Sacerdote que en ese tiempo solo era una sombra de las cosas por venir, las cuales ya vinieron y son muy superiores.  Comenzaremos por el Efod

A nuestro servicio

El Efod del Sumo Sacerdote

Solo el Sumo Sacerdote podía usar El Efod, el cual consistía en una especie de delantal que le cubría su pecho y sus piernas,  el cual usaba como soporte para las piedras de Ónice, sobre sus hombros y para el Pectoral sobre su pecho, los cuales contemplaremos en los días siguientes .

Tomarán oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, y harán el efod bellamente trabajado, con oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Deberá tener dos hombreras, las cuales se unirán a sus dos extremos. El cinto que estará sobre él debe confeccionarse de la misma manera, es decir, debe estar bellamente trabajado, con oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, y ser parte del mismo. Éxodo 28: 2-5.

De acuerdo a su descripción arriba mencionada, El Efod tenía 5 colores, un fondo blanco, azul purpura, carmesí y un hilo de oro.

Se hicieron láminas de oro, y se cortaron hilos para entretejerlos primorosamente con el azul, la púrpura, el carmesí y el lino. Éxodo 39:3

Aquí encontramos como se obtenía este hilo, golpeando el oro hasta que quedaba plano como una lámina y después cortandolo en hilos.  ¿No acaso fue esto lo que le hicieron a Jesús en su espalda?  En la escritura original nada es coincidencia.   Este hilo le daba al sacerdote un brillo especial,  y hacia ver sus vestiduras firmes y sólidas, de la misma manera en que El Señor Jesús hizo tu vestidura de lino fino.

Estos  colores en el Efod  estaban por todo el tabernáculo y apuntan a nuestros 4 evangelios  (Retratos de Jesús):

  • El oro de su realeza en el Evangelio de Mateo – Jesús como nuestro Rey;
  • El azul del cielo en el Evangelio de San Juan – Jesús como nuestro Dios que bajo del cielo;
  • El carmesí de la sangre de Jesús en el Evangelio de San Marcos – Jesús como nuestro siervo sufriente, – nuestro sacrificio, quien derramó toda su sangre para liquidar la deuda que bajo la Ley era eterna,  y para  darnos su Vida, Nueva y Abundante ;
  • El púrpura de La combinación de rojo y azul en El Evangelio de San Lucas,  Jesús el Dios Todopoderoso convertido en El Hijo del Hombre,  quien camino entre nosotros, a nuestro nivel de humanidad pero sin creer en Sí mismo, sino solo en su Padre, viviendo una vida excelente e irreprochable y quien convivió con nosotros en nuestra vida diaria sin hacernos sentir inmerecedores o descalificados,  con un amor que cubrió todas nuestras faltas y cuyo afecto por nosotros le permitió identificarse con nosotros en todas nuestras aflicciones y darse a si mismo como nuestra ofrenda  y asi poder darnos su plenitud y perfección.

Su banda en el pecho,  eran del mismo material y colores  del efod y representaba su servidumbre, pues a pesar de ser Rey se hizo hombre para cumplir la Ley del Siervo (Éxodo

Jesús nuestro Siervo

Jesús – Siervo para Siempre

21:2-6) y vivir con su esposa, la iglesia, ¡para siempre!  Esto lo sabemos porque así apareció ante Juan en su revelación en la Isla de Patmos.

En medio de los siete candeleros vi a alguien, semejante al Hijo del Hombre, que vestía un ropaje que le llegaba hasta los pies, y que llevaba un cinto de oro a la altura del pecho. Apocalipsis 1:12-13,

Si pudiste leer mi publicación titulada: “El Candelabro de Oro”,  ahí describí la manera maravillosa  en que Cristo cumplió dicha  Ley del Siervo.

Cristo quiere ser ese siervo que te ministre en tu necesidad y te haga verte completo y hayar contentamiento. El sistema del mundo  nos enseña a tratar de servirnos nosotros mismos,   muchos lo intentan sin jamás lograrlo,  muchos se llenan y después se suicidan porque nada los satisfizo, o dan señales de que no tuvieron contentamiento.  Más aun cuando lograran morir satisfechos,  llegarían a Dios  como perdedores y perdidos, al no haber descubierto la única verdadera riqueza que los hacía valiosos, y que nadie puede robar o depreciar, especialmente cuando descubrimos que nuestros logros y jactancia fue lo que nos apartó de tal riqueza.

Aquellos que siguen esforzándose por superarse y alcanzar su auto actualización no han entendido o no han aceptado que en la carne no habita ningún bien.  Si el mismo Espíritu Santo lo dijo por la boca de Pablo, no podemos llamarlo mentiroso. (Romanos 7:18)    El problema de cultivar la carne es que cuando la carne se fortalece no recibe de Dios y el poner la confianza en nosotros mismos es una ilusión que sólo dura hasta que la fuerza se agota, o hasta que algo o alguien nos revienta nuestra burbuja.

Dios llenó con el Espíritu de saduría a los judíos que hicieron el tabernáculo – en un tiempo en que el Espíritu sólo podía hacer ‘visitaciones’, más hoy, este Espíritu mora en tabernáculos vivientes, y en cuanto lo descubres, todo lo que  es de Él es tuyo: Su Sabiduría, su amor, su paz, y todo lo demás.

Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.  Santiago 1:5

Si algo te falta, o crees que te falta, llénate de Jesús y Él te llenará de su Espíritu, a través del cual podrás ser llenado hasta derramarte en otros, pues como Él es eres tú en este mundo.  1 Juan 4:17

No perdamos más el tiempo creyendo que podremos obtener buena cosecha de tierra fangosa o infértil, o que podremos construir una vida estable y perdurable en madera vieja. Más cuando nuestra consciencia de pecado es substituida por una consciencia pura, es decir, una consciencia puesta en el oro de su rectitud, que equivale a una consciencia llena de Él y de lo que ya hemos sido hechos en Él, todo lo eterno permanecerá y fructificará sin que podamos evitarlo, por lo mismo es necesario que te enfoques totalmente en ese oro – en la rectitud de Cristo EN TI,  y que alimentes tu alma de esa verdad.

El ya nos ha lavado del polvo de la muerte eterna,  y de toda muerte manifiesta en esta tierra en forma de enfermedad, de amargura, de ansiedad, etc.; ahora tu puedes  experimentar su presencia sintiéndote limpio y fresco, sabiendo todo lo que tú eres en Él.  Mientras Él estuvo en la Cruz, aunque estaba lleno de sangre humana, la derramó toda por ti para llevar todas tus enfermedades y tus dolencias, tus aflicciones y maldiciones a su final, en si mismo,  con mansedumbre y majestad, con hombría y deidad para poder servirte.  Mas Él no quedó ahí,  Él se levantó sin ninguna de ellas y Él  solo fue el primero de muchos…¿Lo dejarás que te sirva con su Nueva Vida?

¡Shalom!

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