Descubre tu Victoria

Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. Gal 5:18 Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. Gal 5:18

Descubramos como erradicar la raíz de la condenación de nuestra vida.  El mismo Apóstol Pablo tuvo que lidiar con este  dilema  desde su raíz. Imagina lo difícil que habría sido el descubrir haber vivido toda una vida apasionada y fervientemente por un ideal equivocado, especialmente cuando  su equivocación les costó la vida a tantos cristianos.

Habiendo sido fariseo, hijo de fariseos, educado a los pies de Gamaliel, maestro de la ley y cabeza del cuerpo gobernante de aquel tiempo – El Sanedrín -, el  deseo más ardiente de Pablo era hacer orgulloso a su maestro, siguiendo  la Ley de la cual era experto, y asegurándose que otros  “no la violaran”,  al menos abiertamente.

Mas no fue hasta que Jesús lo encontró – camino a Damasco, cuando sus ojos le fueron abiertos a su Gracia, dejándolo ciego de tal destello, –  cuando descubrió que la ley que él creía “ofrecer la vida”, traía la muerte (Rom. 7:10).  Entonces se dio cuenta de que se engañaba creyendo que podía seguir la ley, porque él mismo declara que lo que él quería hacer no lo hacía y lo que no quería hacer lo hacía (Rom. 7:15)

Como lo hemos repetido en varias ocasiones, la Ley de Dios es perfecta y recta, pero en combinación con el diseño humano  es letal. Al igual que Pablo, cuando pensamos en la ley pensamos en hacer el bien,  pero cuando nuestra carne nos muestra que no podemos hacer el bien, al menos no como la ley lo demanda, nuestra consciencia nos condena, consciente o inconscientemente.  Por lo mismo Pablo se refiere a las obras de la ley como las obras de la carne:

¡OH Gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó, para no obedecer a la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fue ya descrito como crucificado entre vosotros?  Sólo esto quiero que me digan: ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe ¿Tan necios son? ¿Comenzaron por el Espíritu, y ahora van a acabar por la carne?  Gal. 3:1-3 Vers. RVC

La Nueva Traducción Viviente lo traduce así:

¡Ay gálatas tontos! ¿Quién los ha hechizado? Pues el significado de la muerte de Jesucristo se les explicó con tanta claridad como si lo hubieran visto morir en la cruz. Déjenme hacerles una pregunta: ¿recibieron al Espíritu Santo por obedecer la ley de Moisés? ¡Claro que no! Recibieron al Espíritu porque creyeron el mensaje que escucharon acerca de Cristo. ¿Será posible que sean tan tontos? Después de haber comenzado a vivir la vida cristiana en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos?”  Gal. 3:2-3

¿Te diste cuenta como les habla Pablo a los gálatas al principio del capítulo?

¡Ay gálatas tontos!   –  en el griego suena un poquito más fuerte: ¡Oh gálatas estúpidos!   En contraste, mira  en 1 Corintios como le habla a una iglesia llena de lo que nosotros llamamos “carnalidad”  por venir de una cultura “liberal”  y sensual en la cual el pecado sexual abundaba: “Hijitos”  “Amados”,  “no sabéis,”  “no se dan cuenta”, “o ¿ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?  1 Cor. 6:19;

En este contexto por consiguiente, según el criterio de Pablo, un cristiano que vive como el mundo vive es un cristiano “ignorante de su identidad”,  más su descripción de un cristiano carnal es aquel que aun quieren agradar a Dios por sus propios esfuerzos, por  las obras de la Ley, porque no ha entendido, o no puede “creer la verdad”:  que  el trabajo consumado y perfecto de Jesús que consistió en  llevar en su cuerpo toda la inmundicia y todos los pecados de todos los hombres  sea el único requisito para que los hombres podamos pararnos confiadamente como seres perfectos ante los ojos de su Padre.

En otras palabras, un cristiano carnal es un cristiano caído de la gracia de Dios. (Gal. 5:4)

En este mismo capítulo, en el cual Pablo hace un contraste entre lo que es estar bajo la ley y bajo la gracia, él menciona específicamente cuales son las obras de estar bajo la ley, lo cual confirma lo que antes nos dijo en 1 Cor 15:56, de que la ley es la fuerza del pecado:

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes a éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gal 5:19-21

Más la buena noticia es que en Romanos 8, Pablo nos dio la llave de cómo vivir bajo la
Victoriosos en CristoGracia.  Este capítulo comienza con “Entonces AHORA NO HAY CONDENACION”,  y termina con “nada … podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor”.

Entre  estos dos versículos existen 17 referencias al Espíritu Santo.  El 17 en la Biblia representa “victoria”.

mas el fruto del Espíritu es: caridad (amor), gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.  Gal 5:22-23

Shalom