Declarados Inocentes

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¿Cual es la causa por la que el pecado se nos sigue imputando a los cristianos? ¿A que se debe que debemos confesar nuestros pecados, si Dios ya no nos los imputa, porque ya nos los “quitó” (Juan 1:29)  y porque El dijo que de ellos ya nunca se volvería a acordar? (Heb. 8:12)  

La respuesta es sencilla: porque la Ley de Moisés se sigue instituyendo y reforzando como si Cristo nunca hubiera muerto por nuestros pecados.   Aun se nos siguen dando  nuevos mandamientos y nuevos deberes “cristianos”  y nuevas  fórmulas de “que hacer” y “como hacer mas”  haciendo el camino mas estrecho de lo que ya es.   Esto se debe a que el deseo del diablo es invalidar el Sacrificio de Jesús, al menos en la mente de los que no han creido en la Gracia de Dios o no la han entendido.    A ellos les “costó su trabajo” llegar a ser “santos”, por lo tanto ellos te harán trabajar por algo que te fue dado gratuitamente en la Cruz. 

Jesús ya lo hizo todo, y a lo que El hizo nada se le puede añadir.  (Ec. 3:14; Heb. 10:12-14) Piensa en ésto: No es bajo la Ley cuando el pecado no se apoderará de ti, sino bajo la Gracia. (Rom. 6:14)  Será Su Gracia y no la Ley la que nos lleve al verdadero arrepentimiento (Rom. 2:4).  Habiéndose hecho cargo Jesús del problema del pecado, ya no es el pecado lo que te apartará de Dios, sino la Ley. (Gal 5:4)

Hoy el único pecado que Dios ve es el pecado “perdonado” y el único pecado que no se perdona es el de no creerle al Espíritu Santo que Cristo es nuestra justificación. Es la incredulidad la que nos manda al infierno bajo el Nuevo Pacto, la falta de confianza en la Gracia de Dios que nos impide depender de El, igual que le sucedió a Adán.

El sacrificio de Jesús quitó el pecado del mundo cuando El se hizo pecado por nosotros y al morir en la Cruz  pagó la Ley y la dejó clavada en el madero (Col. 3:12-17) mas El resucitó.     Sin la Ley, no había pecado que perseguir, pues es la Ley la que nos dice lo que es pecado, de esto hablaremos mas en los siguientes capítulos, mas para que comiences a meditar en ello, leamos  Juan 1:29,

Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: “Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

La palabra griega para “quitar” es “αἴρω” (airō), que significa literalmente: levantar, elevar, retirar hacia arriba, como en el caso de levantar o remover una piedra. Si, el Cordero de Dios ya removió el pecado cuando removió la piedra, la Ley de Moisés, los Diez Mandamientos que convirtieron los corazones en piedra. ¿tu crees que esta piedra contenga tu rectitud?

No permitas que la piedra te sea puesta encima de nuevo. Estos mensajeros del diablo, disfrazados como ministros de rectitud saben que bajo la Ley, es en vano arrepentirnos de nuestros pecados, pues la Ley es la fuerza del pecado. (1 Cor. 15:56).  Pedirte que dejes de pecar bajo el poder de la Ley, es como pedirte  que te seques sin salirte de la piscina, o que no sudes cuando hagas ejercicio. ¡Nunca sucederá!  

Mas no te dejes llevar por lo que yo “opine”, creéle a la Biblia:  deja que ella te lo muestre: “por la boca de 2 o 3 testigos sea toda palabra confirmada”. (Deut. 19:15, 1 Tim. 5:19, 2 Cor. 13:1)   Espero que las siguientes instancias registradas por la Palabra inspirada te sean suficientes para creer que ningún pecado se le imputa a aquel que cree en la Gracia de Dios – aquel que ha creído en Jesucristo.

1. En 1 Reyes 6:1, El Espíritu Santo omite 93 años en la cronología de Israel, los cuales coinciden con sus años de rebeldía. Esto lo notamos cuando Pablo narra la misma cronología de Israel en Hechos 13:18 lo cual  muestra nuestra perspectiva humana,  mas la perspectiva en 1 Reyes  muestra un registro sin rebeldía, el cual podrás leer a detalle en “Largura de Días”

2. En Hechos 11, el recuento que Pablo hace acerca de los “héroes de la fe” no hace mención absoluta de ninguno de sus pecados, errores, debilidades o necedades de estos héroes:

Ahora bien, la fe es la certeza (sustancia)  de lo que se espera, la convicción (demostración) de lo que no se ve Porque por ella recibieron aprobación (testimonio) los antiguos (antepasados)  Heb. 11:1-2

Al leer Hebreos 11,  nos sentimos motivados al oir de las victorias de estos super héroes de la fe;  mas sus derrotas no se mencionan:  Sabemos que Noé se emborrachó; Abraham mintió; Jacobo le robó su bendición a su hermano, engañando a su padre; Moisés mató a un egipcio.  Desde luego, el pecado no se contaba antes de la Ley de Moisés, mas que pasa con Rahab, ella era una ramera, quien además mintió; Gideón era un cobarde;  Barac contrató a Balam para maldecir a Israel; Sansón cayó por su lujuria; David cometió adulterio con Betsabé y cuando ella concibió,  mandó matar al esposo de ella – Urias-  que significa: “Dios es la Luz”.   Urias tuvo que morir por el pecado de ellos, así como su propio hijo,  ¡un retrato de Jesucristo! mas vemos que su pecado en el Nuevo Testamento no les fue imputado.

En el siguiente blog escucharemos a nuestro “tercer testigo”, el cual se encuentra en Mateo 1:2-16. Por favor lee estos versículos por adelantado y deja que el Espíritu Santo te muestre algo maravilloso.

Shalom