De Muerte a Vida

Jesús murió en tu lugar.

Al que no cometió ningún pecado, por nosotros Dios lo hizo pecado, para que en él nosotros fuéramos hechos justicia de Dios. 2 Cor 5:21

A través de esta publicación he  querido compartirte lo que ha sido Vida para mí, el Evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo, cuyo mensaje no es  “Al bueno le va bien y al malo le va mal”;  por el contrario,  el Evangelio declara que al  único Bueno,  Jesucristo, le fue muy mal en la Cruz para que a todos podamos vernos ‘buenos’ ante sus ojos.  Ese era el Evangelio original.

Lamentablemente, el Evangelio   ha sido tan distorsionado, que muchos creyentes al oírl el original lo consideran “falsa doctrina”.     Más si tú continúas conmigo hasta el día de hoy, quiere decir que este Evangelio ha sido vida para ti también y si no lo habías hecho antes, has comenzado a salir del “Ministerio de Muerte”,  La Ley de Moisés,  para solidificarte en el Ministerio del Espíritu de Vida.

A través de los últimos nueve meses escudriñé  las escrituras junto contigo para que supieras lo que es la redención; quien es Jesús y lo que es su Gracia; cuál es tu identidad en Cristo,  ejemplificada  en el Tabernáculo de Moisés; el triunfo obtenido en la Sangre de Jesús en la Cruz, del cual nos apropiamos a través de la fe –  al creer lo que él cree,   lo cual proclamamos a través de la Sagrada Comunión.   Vimos como la Epístola de los Efesios contienen ese  descanso que se encuentra incluído en Su Gracia, al sabernos sentados junto con Cristo, ya en las alturas,  y nuestro caminar firme en esa Gracia que pelea nuestra Guerra Espiritual, con  la Espada de Su Espíritu.  También aprendimos  los peligros de caer en la maldición al seguir bajo ese Ministerio de Muerte,  el  cual mata lenta pero efectivamente.

Si tú te encontrabas bajo este ministerio, o aún te encuentras, tengo buenas noticias para ti.  Sus efectos son reversibles.

Existía un ritual en el viejo Testamento, en Números 19 para aquellos que tocaran muerte: Una novilla alazana, que era una vaca rojiza, joven y que no había llevado ningún yugo, seria degollada y quemada, y sus cenizas serian guardadas para hacer el agua de purificación,   esta agua tenía que ser “agua viva”, agua corriente,  como de río, la cual se aplicaba con un hisopo.

Jesús fue esa novilla,  un joven de 33 años,  hecho de carne y de sangre como nosotros,  quien jamás se encontró bajo ningún yugo,  quien fue sacrificado y quemado en el fuego de nuestra ira y nuestro juicio  para clavar sobre el madero todos los requerimientos de la Ley.   Estando en el madero, antes de exhalar su último aliento le fue dado a beber vinagre con un hisopo;  el  vinagre viene de uvas amargas.

La palabra nos dice que

En aquellos días no dirán más:

‘Los padres comieron uvas agrias,
Y los dientes de los hijos tienen la dentera,’  Jer. 31:29

 

i_thirstFue por  ésto que  Jesús dijo: “Tengo Sed”.   De esta manera nosotros, estando en él no tendríamos que probar más esas uvas agrias que representan la maldición de la Ley.   Una vez habiendo  tomado este vinagre pudo decir “Consumado Es”.  La deuda que nuestra consciencia requería quedó totalmente saldada,  la Ley cumplida,  somos libres de ella.

Este baño nos fue dado una vez y para siempre al haber resucitado como nuevas criaturas en Cristo.    Ahora  sólo nos queda con nuestro “hisopo”  – nuestra lengua –  aplicarnos  el Agua Viva de su Palabra y de Su Espíritu con las cenizas de Su trabajo consumado que nos limpian de  los residuos de la muerte.  Entre más te enfoques en Él y descanses en  ese trabajo, los daños serán  revertidos.

Llena tu boca de la palabra de Cristo,  no de la letra que mata.     Usa tu “hisopo”, tu lengua para traer nueva vida a tu vida y tus circunstancias y síguete alimentando con la Palabra de Gracia.   No existe tal cosa como Demasiada Gracia,   porque la Gracia no se puede acumular para el día siguiente,   como ocurría con el Maná, sino que cae fresca, como el roció en el pasto, cada mañana,  así  es la Palabra de Cristo.   Mas los frutos que esa Gracia haga brotar de ti esos si son acumulables,

Mi intención es continuar compartiéndote de mí rocío,  si me lo permites, hasta que tú puedas llevar de tu rocío a otros.   Regresa la próxima semana para que continuemos haciendo caer mitos y edificando sobre verdades.

Shalom.