De Gracia Recibimos, De Gracia Damos

good samaritan

Mis amados lectores, deseo que los primeros 11 capítulos de Romanos nos hayan servido para establecernos firmemente en la rectitud de Dios en Cristo que el Evangelio proclama y que Él nos ha dado por su Gracia a través de la fe. Solo así podremos llegar a obtener nuestra “completitud” y dar fruto y de eso se trata el capítulo 12, en el cual leemos que esta Gracia producirá en nosotros virtudes valiosas y no libertinaje para pecar, como se preocupan muchos.

Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.  Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,  así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros. Rom. 12:3-5

Leemos que somos un cuerpo y a cada uno nos ha sido “dada” (gratuita y sobrenaturalmente), una función, de acuerdo con la medida de nuestra fe, no para engrandecernos delante de aquellos que no tengan este regalo, o verlos como “inferiores” porque su fe es pequeña y la nuestra grande, sino para fortalecerlos en lo que no les haya sido dado. Me encanta como lo explica la versión “The Message”, que a continuación te traduzco:

“Viviendo entonces, como cada uno de ustedes lo hace, en pura Gracia, es importante que no se malinterpreten como gente que le trae su bondad a Dios. NO, Dios se las trae a ustedes. La única manera acertada de entenderse a sí mismos es por medio de lo que Dios es y por lo que El hace por nosotros, no por lo que nosotros somos o lo que hacemos por él. Rom. 12:3-5

Quiere decir que si a ti te dio Dios Gracia para ser una cocinera magnífica, o para saber administrar el dinero, o para ser una ama de casa supersónica, que no te olvides que te fue dada por Gracia, para que no menosprecies a aquellos que no son como tú, pues tu grandeza no consiste en quien eres o que haces, sino en quien es el que te sostiene y lo que hizo para comprarte.

Si amado(a), es  Él el que pone en nuestro corazón  el querer y el poder hacer su buena voluntad (Fil. 2:13); por tanto no olvidemos que nuestro  servicio no nos hace aceptos delante de Él,  fuimos aceptos por Jesucristo y por lo que El hizo, sin que hayamos hecho nada bueno,  y el creerlo  nos permitira recibir de El todo lo bueno en nosotros.  Además, puede que a ti te falte algo que tus hermanos en la fe puedan impartirte

Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos: si el de profecía, úsese en proporción a la fe;  si el de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;  el que exhorta, en la exhortación; el que da, con liberalidad (con sencillez); el que dirige (presta ayuda), con diligencia; el que muestra misericordia, con alegría. Rom. 12:6-8

Nota que Pablo no solo está hablando de los dones del Espíritu como es el de profecía, o el de interpretación de lenguas, o sabiduría, sino de las cosas que necesitamos para edificarnos unos a otros en la vida diaria -el servicio, la liberalidad, la diligencia, la misericordia con alegría. Aquí leemos que éstos son dones, no son frutos de nuestro esfuerzo, no son méritos propios, todos son frutos de su amor que surgen de la revelacion de Su Amor.

Quiere decir que si tú sirves en tu iglesia, y te es gravoso, enfadoso, o sientes que  te roba tu tiempo con tu familia, quizá no haya sido el don de Dios sino el pensamiento condenatorio de que si no sirves al Señor es porque tu fe es muerta,  lo cual es falso.   Si amas servir y tienes esa facilidad y habilidad, es un don de Su Gracia, si lo haces por obligación, por mucho que te esforzaras, sería una obra muerta.

La Gracia es descanso –  no ausencia de trabajo, sino dependencia en Su trabajo consumado.

Shalom