De Gracia Damos

the sower of the word

En 2 Cor. 8 y 9,  Pablo exhorta a  los Corintios a cumplir una promesa que hicieron desde un año antes, de dar una ofrenda para apoyar a los que enseñan la Palabra.  Esta promesa fue tal, que animó a la iglesia de Macedonia a dar aún más de lo que no tenían, pues eran pobres y se encontraban en gran tribulación,  sin embargo Pablo  dice que la gente “les suplicaban con muchos ruegos” que recibieran su liberal ofrenda. (8:1-5).

Pablo les explica que la gente de la iglesia de Macedonia se había entregado sin reservas a Dios,  describiendo su dádiva inesperada como “obra de Gracia”, “obra que fluyó de los propósitos de Dios trabajando en sus vidas” en la versión “El Mensaje” en inglés (8:6 y 7);

Sin embargo, al parecer los Corintios prometieron mucho pero no habían cumplido, por tanto, Pablo les exhorta a realizar esta misma obra de Gracia como “prueba de la sinceridad de su amor”, y  les habla la Palabra que produciría fé en sus corazones:

Porque conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a ustedes se hizo pobre, para que por medio de Su pobreza ustedes llegaran a ser ricos

Esto era un simple recordatorio que les permitiría dar con liberalidad cuando esta obra fluyera “de los propósitos de Dios trabajando en sus vidas” (8:7-9)  pues si Dios puso el querer,  por Su Gracia les daría el “cómo hacerlo” de su buena voluntad, de acuerdo con lo que tenían (8:10-12) y no de lo que no tenían.

Esto traería equidad entre iglesias,  pues no sería una sola iglesia solamente apoyando a los “sembradores”  que les ministraban también a ellos,  y cuando ellos tuvieran necesidad, la otra iglesia los apoyaría.  (8:13-15)

Enseguida Pablo les da la confianza de su buena administración ”en esta generosa ofrenda administrada por nosotros. Pues nos preocupamos por lo que es honrado, no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres” (8:20-21)

En el Capítulo 9, Pablo anima a los Corintios diciéndoles que de no cumplir  su promesa,  sería vergonzoso para ellos  delante de los macedonios, en especial delante de Acaya, quien dio desde un año antes,   por lo tanto Pablo les envió ciertos hermanos para que prepararan su “generosa ofrenda  (bendición), ya prometida, para que la misma estuviera lista como ofrenda generosa, y no como por codicia”  (9:1-5)

Y es aquí donde Pablo cita un proverbio relacionado con sembrar y cosechar para enfatizar en su ilustración:

el que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente (con bendiciones), abundantemente (con bendiciones) también segará.   (9:6)

Este proverbio es el 11:24-25

Recuerda que los proverbios pertenecen al Viejo Testamento, durante el cual la rectitud de la gente era por “el hacer”.   Sin embargo, este proverbio no necesariamente se refiere a dar para recibir,  pues su significado está en el versículo 26

Al que retiene el grano, el pueblo lo maldecirá,
Pero habrá bendición sobre la cabeza del que lo vende 

Quiere decir que Pablo usó este proverbio como un ejemplo de los que tienen y lo retienen o acaparan para provocar que a otros les falte el pan en su mesa y poder así enriquecerse,  lo cual hace que la gente los maldiga,  no en el sentido de ponerlos bajo la maldición, sino en el sentido de blasfemar contra ellos por su codicia; lo contrario sucedería si vendían el grano,  si lo repartían,   la gente pronunciaría bendiciones sobre ellos.

Esta palabra no contradice nuestro estudio anterior,  pues Pablo aun está hablando de aquellos que van a sembrar la palabra, mas no solo les estaba enviando EL PAN DE VIDA, sino también estaba poniendo pan sobre su mesa como prueba del amor de la iglesia de los corintios.

Esto produciría bendición en los macedonios, quienes  bendecirían a los corintios glorificando a Dios y orando por ellos,  “por la obediencia de ustedes a la confesión del evangelio de Cristo (el Mesías), y por la liberalidad de su contribución para ellos y para todos.” (9:13)

Como te diste cuenta,  Pablo les está hablando de la obediencia de la fe; ésta era la única confesión que Pablo enseñó a los gentiles, la confesión del Evangelio, la cual se hace con los frutos del Espíritu, el primero de los cuales es el amor.  Con esta ofrenda, los corintios confesaron que conocían el Amor de Dios.

Si se aman de verdad, entonces todos sabrán que ustedes son mis seguidores. Juan 13:35

Pablo nunca los coerció o manipuló a dar,  solo los exhortó a no dar de mala gana, ni por obligación (9:7) y les puso sus ojos en Cristo para que de Cristo saliera la buena obra, al recordar que Él les suple todo.

 Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abunden para toda buena obra.

El esparció, dio a los pobres;
su justicia permanece para siempre

¿De quién hablaba?   ¡de JESUCRISTO!

El mal entendido que ha puesto a la iglesia de cabeza radica en que esta “obra de Gracia” –  la Rectitud de Cristo, fue  convertida en La Ley de Sembrar y Cosechar en el área de las finanzas.

Es razonable que entre humanos  la impresión que dejemos ante los demás va a afectar lo que recibamos de ellos, bendición o maldición – no de Dios, pues Dios no maldice lo que a tan alto precio ha bendecido para siempre.

En resumen, en 2 Cor. 8 y 9 Pablo exhorta a los corintios  a cumplir su promesa hecha desde un año antes, para que los macedonios no duden de su amor,   y a que no teman dar abundantemente, pues la gracia de Dios que habían ya recibido siempre les supliría,  porque Su Justicia – Jesucristo permanece para siempre.    Más si no daban, los macedonios pensarían mal de los corintios.

De lo anterior concluímos que si es verdad que lo que se siembra se cosecha, ésto sólo DSC08180sucede entre los hermanos,  y no entre nosotros y Dios,  pues ya no sería Por Gracia.   Además, ésto no es una ley,  es una obra de la Gracia de Dios, por lo mismo el cosechar no debe ser nuestra motivación para dar, sino el Amor de Dios en nuestros corazones.   Recibimos de Dios porque El nos ama y damos a los demás porque los amamos:  recibimos de lo alto, verticalmente y  repartimos hacia los lados, horizontalmente,  pues todo  viene de la Cruz.

Por tanto, si tú te estas esforzando por dar,  no viene de la Gracia de Dios.  Si alguien te ‘está esforzando’ a que des, no está fluyendo de lo que Dios ha hecho en ti.   Más  todo lo que hayas recibido de la Gracia de Dios,  podrás darlo de Gracia, pues  de tu corazón saldrá  en abundancia,  hacia donde el Espíritu te mueva con su gozo y su paz,  comenzando por tu familia y la familia de Dios,  pues de lo contrario, aquellos que te conocen dudarán del amor de Cristo en tu corazón  y te tendrán por mentiroso, pues aún los que no creen en Cristo o en Su Gracia, como Bill Gates o Steve Jobs, Dios los ha usado  grandemente para que den a los demás.

Shalom.