De Cara a Cara con Jesús

Sugerí en el principio de este estudio que cuando Juan, el Discípulo que Dios amo recibió esta Revelación, se encontraba “tabernando” en la Mesa de los Panes con Jesús, esto es, dentro del Tabernáculo,   en el Espíritu.    Entonces Juan tuvo que haber volteado hacia atrás para ver a Jesucristo en el centro de la Minora y después de recibir los mensajes para las Iglesias, tuvo que haber volteado hacia el lugar Santísimo, donde estaba el Trono, o el Asiento de Misericordia.

Después de habernos descrito el Trono de Dios,   y lo que había a su alrededor, Juan nos dice lo que encuentra al frente:

Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristal; y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. Rev. 4:6

Este mar no tenía olas,  estaba solidificado.  El Hijo de Dios (me refiero a ti), estará caminando sobre las aguas para siempre sin hundirse y sin que estas aguas lo lleven de aquí allá con cualquier viento de doctrina, frente al trono de Dios;  cuando se trata del Trono de Dios, el trabajo ha sido consumado y el mar se ha convertido en cristal, sólido como el diamante,  como la Roca.

En cuanto a los seres vivientes:

El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando.  Los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con  seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir:

“Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios,

el Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.”  Rev. 4:7-8

En uno de mi blogs iniciales (Retratos de Jesús) describí lo que estas criaturas significan,  por lo que solo te referiré al mismo artículo para no repetirlo, mas mencionaré únicamente que estas 4 criaturas representan a Jesús como es descrito en los 4 Evangelios, simbolizados proféticamente en el Tabernáculo de Moisés, y así es como la Escritura nos confirma que efectivamente Juan se encontraba “tabernando”  con Cristo  en el Lugar Secreto del Altísimo.

Estos 4 Evangelios  testifican de la persona de Jesucristo como Rey (el León de Judá) en el Evangelio de San Mateo, como Siervo (el toro), en el Evangelio de San Marcos, como Hombre, en el Evangelio de San Lucas y como Dios  que bajó del cielo y ascendió de nuevo a las alturas (el águila) en el Evangelio de San Juan.   No es coincidencia que el Evangelio de Juan es una caminata por este mismo tabernáculo, acerca de lo cual también escribí en el pasado en el blog Jesús Bajo del Cielo.  La lección que aprendemos de este Apóstol amado de Jesús es que al  vivir  dependiendo del Amor de Dios, conscientes de nuestra unión en Cristo y de que somos su habitación, viviremos en el Espíritu, “tabernando”  en compañerismo con Cristo.

Algunos comentaristas bíblicos  sugieren que la entrada al tabernáculo de Moisés era llamado “El Camino”,  pues a través del Altar de Bronce, del Lavatorio y el Altar de Incienso, el Sacerdote podía entrar al Lugar Santo, conocido como “La Verdad”,  donde se encontraban La Luz y  el Pan de Vida,  mas solo el Sumo Sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo donde se encontraba “La Vida”. (Serie de Comentarios de John Phillips – Explorando el Evangelio de Juan: un Comentario expositorio;  A través de la Biblia con J. Vernon McGee).

Muchos creyentes encuentran el Camino pero no reciben la Verdad o lo mas triste, muchos ni siquiera la llegan a conocer completa (como era el caso de Tiatira); muchos otros conocen la verdad en su mente,  pero no la creen en su corazón (como Pergamo, por ejemplo)  por lo que nunca llegan a recibir la Vida (como  Laodicea).  Cristo te espera ansioso en el Lugar Santísimo para que conozcas Su Vida en Abundancia.  No temas entrar hasta el Lugar Secreto, el acceso ha quedado ya abierto.

Venir a los atrios de Dios es mejor que no venir a Dios,  mas los Atrios eran solo la entrada del Tabernáculo, donde yacía el Bronce,  el Altar, el Lavatorio – La Cruz- es ahí donde recibimos la fe para recibir entrar de entero a esta obra consumada llamada “Salvación”,  mas muchos se detienen ahí, y este es solo el principio;  mas mirando hacia adentro  dejamos de ver el bronce alrededor nuestro (que representaba ‘juicio) y solo  encontramos el oro –  el altar de Incienso a la entrada del Lugar Santo,   La Mesa de los Panes,,  La Lámpara,  donde  contemplamos a Jesús y hayamos el misterio revelado en nosotros “Cristo en Tí, Esperanza en Gloria;  mas dentro del Lugar Santísimo solo hayamos  Amor y aprobación.   Es ahí donde disfrutamos el gozo de ser uno solo con Cristo.   Ahí  en su Amor se encuentra nuestro descanso,  nuestra protección,  nuestra provisión,   nuestra Shalom – en Su Amor se encuentra LA VIDA.  El velo fue partido para que entremos todos sin condiciones. 

ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor: estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.  1 Cor. 13:13

Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor, y acción de gracias a Aquél que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante de Aquél que está sentado en el trono, y adoran a Aquél que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:

“Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas.”  Rev. 4:9-11

Te espero el lunes para comenzar juntos el Capítulo 5.

Shalom

Rev. Agosto, 2019