Cuando El Regrese, ¿Hallará Fe?

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Solo cuando la fe está basada en el esfuerzo de alguien que es infalible tendremos la certeza de lo que esperamos. Solo por la fe podemos agradar a Dios.  (Heb 11:6) Es por esta razón que la Gracia es tan atacada,  pues bajo la Ley, en especial los Hijos de Dios  seguirán  viviendo bajo la Piedra, para que no puedan levantarse ni moverse con libertad;  para que no prosperen, al no poder alcanzar nada de lo que anhelan o necesiten  por causa de la duda en su propia rectitud; para que vivan bajo la maldición o mueran prematuramente; para que no puedan declarar a otros que Cristo se levantó removiendo la Piedra;  por lo anterior, aun cuando se las levanten un poquito,  de alguna manera la dejarán caer sobre su pie, o la atarán  a sus manos o a sus pies para que no se puedan mover ni puedan caminar con Dios establemente, pues la Piedra, que es la Ley es la fuerza del pecado, y el pecado es el aguijón de la muerte.  (1 Cor 15:56)  Esto te ayudará a reconocer a los falsos profetas.

Si tú has sido cimentado en la Ley, o crees no tener problema con seguir la Ley, me temo que tu carne no  quiera recibir  la Gracia de Dios, pues la carne es enemistad con Dios (Rom. 8:7).  El enemigo de tu alma necesita que sigas bajo la Ley para que sigas atado a tus cadenas y a tus maldiciones al vivir caído de la Gracia de Dios (Gal. 5:4) o para que mantengas a otros bajo cadenas también.

En los siguientes mensajes te daré a conocer algunas de estas maneras sutiles,  que se sumarizan en una sola:  “La substitución de la fe por la justicia propia”.  De hecho, Jesús dijo:

“No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” (Luc.18:8)

Esto lo dijo en el contexto de la viuda que clamaba al rey injusto por justicia, y  que si el rey injusto cansado de ella le  haría justicia, cuanto más Dios que es  Bueno nos hará justicia a los que le pidan.  La buena noticia es que Él ya nos ha hecho “Justicia”  al darnos a su Hijo Unigénito.  Ya no necesitamos obtener nuestra justicia del hombre malo, comenzando por nosotros mismos.

Asombrosamente, el hombre natural hecho a semejanza de Dios puede producir grandes cosas sin ayuda de Dios:     Los Juegos Olímpicos y los avances tecnológicos y científicos son prueba de ello; el hombre natural puede romper records, sobrevivir el holocausto,  llegar a otros planetas, sanarse a sí mismo, vivir más de 100 años, hacerse rico y  lograr sus metas y sus sueños tan sólo creyendo en sí mismo; aún Caín pudo producir una canasta de frutos de la tierra que Dios maldijo.

De esta manera, El hombre moderno vive bajo el refrán “Ayúdate a ti mismo que Dios te ayudará”,  el cual no hallarás en la Biblia porque es contrario al Plan de descanso que Dios reservó para Sus Hijos bajo Su Gracia.  Bajo ese sistema mundano el redimido es atrapado en el afán de querer “Hacer”  para obtener por mérito propio lo que Cristo obtuvo por su obediencia y mérito en la Cruz y que nos ha dado gratuitamente tan solo al creer:  nuestro perdón, rectitud, bendición, sanidad, restauración, prosperidad, protección y principalmente nuestra identidad como Hijos de Dios. Por algo Jesús dijo que si los días no fueran acortados,  nadie sería salvo. (Mat. 24:22)

El hombre de los últimos tiempos proclamará su independencia de Dios clamando que puede xmenser lleno de justicia, y aun de frutos del Espíritu, sin recibir la Justicia de Dios que es en Cristo, ni Su Espíritu, sino por su propio esfuerzo, a base de auto-realización y doctrinas humanas como la religión, el humanismo,  la filosofía, la religión, la psicología, la ciencia, el control mental, la hipnosis y muchísimas otras formas de espiritualidad que se oponen al Espíritu de Dios y por consiguiente a Su Gracia, todo lo anterior, por muy noble y glorioso que parezca, no podrá pagar el precio de tu redención.  Todo ello puede resumirse en dos palabras:  “Justicia propia”,  lo cual fue la esencia del pecado original.

Quiere decir que cuando Jesús regrese,  el hombre  de 2 Tim. 3:1-5, en su máxima forma de exaltación, viviendo  de su propia fuerza física e intelectual será lo que encuentre, lo cual es la representación del 666 en la mano y en la frente.  En esto consiste el espíritu del anticristo, en rechazar el Trabajo Consumado de Jesús a cambio del propio.   ¿Y tú, ya has nacido del Espíritu de Dios?

Shalom