Cristo o anti-cristo

Estres y temor

Temamos no entrar en su reposo

Mucha gente se ha  intrigado alguna vez  con la palabra “anti-Cristo”. Creen que se trata de un carácter malévolo de la Biblia, que se opone a Cristo y que al final peleará por la victoria.  Algo existe de verdad en este mito,  solo que este anti-cristo no es solo un personaje,  es un espíritu inmundo al cual la victoria ya le fue arrebatada,  y lo único que falta es que pague por sus crímenes.

Anti-Cristo   no solo significa  “Contra Cristo”,  significa:   “en lugar de Cristo”;  por consiguiente,  todo lo que se presente como alternativa “en lugar de” Cristo muriendo por ti en la Cruz para perdón de pecados,  en lugar de Cristo dando toda su sangre para  tu purificación y justificación, para bendición,  o aun para quitar la maldición, todo lo que se levanta en lugar de Cristo Resucitado, todo lo que te hace trabajar por lo que Cristo ya te dio gratuitamente  cae en la categoría de anti-cristo, a lo que Pablo llamó dos veces “Anatema” (Gal. 1:8)

Podríamos pasar algunos meses estudiando cada falsa doctrina o  cada religión del mundo que es “anti-Cristo”, pues toda religión basada en esfuerzos y méritos propios para justificarnos ante Dios rechaza el esfuerzo de Dios de reconciliarnos a Si mismo.  Estas son tantas como  imaginaciones existen sobre la  tierra;  mas todas ellas se derivan de una de estas 3 cosas:  La falta de conocimiento de la Palabra de Cristo o de su existencia,  su mal entendido o su rechazo.   Los dos primeros fueron perdonados en la Cruz, (Luc. 23:34),  el último es el único pecado que Dios no perdona,  pues es la ofensa al Espíritu Santo, (Mat. 12:31, Mar. 3:28) quien vino a convencer a la humanidad de que hemos sido justificados ante Dios por medio de Jesucristo.

Por ejemplo,  Siddhartha Gautama, mejor conocido como el Buda (el iluminado) un príncipe tibetano que se propuso encontrar el antídoto para el sufrimiento y la injusticia,   vivió buscando la Luz, pero al parecer no la encontró, o al menos eso escuché de un ex-budista quien afirma que  Buda, al final de su existencia dijo “No encontré la Luz”, lo cual no puedo verificar,  sin embargo mi opinión es que realmente no pudo haber encontrado la luz, pues Jesús – “La Luz” no había nacido.

Buda nunca dijo ser la Luz,  pues el buscaba la Luz, mas Jesús si lo dijo (Juan 8:12). Buda tampoco afirmó ser “El Camino, La Verdad y La Vida y nadie viene al Padre si no es por mí” como lo hizo Jesús, (Juan 14:6) pues él buscaba ese camino, esa verdad y esa vida, de lo contrario no habría renunciado a todo por encontrarlo.  Tampoco dijo “Yo Soy”  lo cual Jesús dijo varias veces.  Lo más importante, Buda no pagó el precio de nuestra redención como  lo hizo Jesús;  sin embargo,   alguien lo convirtió en Dios, aun cuando Buda nunca afirmó ser Dios. Siddhartha Gautama murió y sus restos yacen en su tumba.  Jesús resucitó y su tumba por tanto está vacía.

Por otro lado tenemos a Mahoma,  el profeta, quien no existió hasta 6  siglos después de Cristo, pero quien rechazo lo que Cristo dijo acerca de si mismo, reduciéndolo a un simple profeta; no sabemos si lo hizo por ignorancia, pues obviamente que la Biblia no se había impreso, por tanto él podría estar en la categoría de Luc. 23:34, o si lo hizo porque simplemente no aceptó lo que escuchó acerca de Cristo, pues Pablo llevó el Evangelio por toda Asia Menor,  la cual incluye los países árabes, más jamás lo sabremos.   Sea cual sea la razón que lo motivó a escribir su propio Koran,  el único pecado por el que Dios juzgará a los hombre es por no haber aceptado su regalo de justificación y de vida,  es decir,  por no haber querido ser juzgado en el cuerpo de Jesucristo.

Mas no tenemos que mirar hacia otras religiones,  en el cristianismo mismo tenemos a aquellos que tergiversan la escritura por no conocer, no entender o no creer el Nuevo Pacto,  al cual  menosprecian,  ya sea ignorándolo,  tratando de consumar el trabajo que Jesús ya consumó, o   poniéndolo por debajo del Viejo Pacto para diluir su efecto.

Por otro lado están aquellos que aunque dicen creer en Jesús, rechazan su trabajo consumado, viendolo solo como un hombre admirable e inspirador y se rehúsan a creer la Sagrada Escritura divinamente inspirada,  porque no está escrita en los libros de sus denominaciones humanamente inspirados, y cuando la escuchan su ceño se frunce y su rostro se distorsiona, siendo que Jesús es la Palabra hecha carne.  Todos ellos han sido influenciados por el mismo espíritu llamado “anti-cristo”

Si tu esperanza no es Cristo en Ti, esperanza en Gloria, (Col. 1:27) tu esperanza será falsa.   Si tu identidad no es la que Cristo te ha dado, como Hijo de Dios nacido de Nuevo del Espíritu, hecho completo en Cristo  (Col. 2:12)  tu identidad será falsa.  Si tu salvación, perdón, y herencia no vienen de la de la Cruz, tu salvación será falsa (Juan 14:6); si tu continuo  esforzarte por alcanzar lo que Cristo ya te dio, te lleva al agotamiento,  tu esfuerzo será en vano.  En tus manos está cambiar tu destino eterno.

Deja que los muertos sigan a los muertos.   Mat. 8:22

Despierta, tú que duermes, Y levántate de entre los muertos, Y te alumbrará Cristo.” Ef. 5:14

Shalom