Creyendo Bien

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Durante las últimas semanas  leímos las cartas dirigidas a 7 líderes de 7 iglesias en las cuales Jesús revela su cuidado y su amor por nosotros,  “enseñando,  reprendiendo,  corrigiendo,  instruyendo en justicia, a fin de que la Novia sea “perfecta”, equipada para toda buena obra”.  (2 Tim 3:16)

La confusión que existe en la iglesia es que esta perfección no proviene de lo que hagamos bien,  sino de lo que Dios cree acerca de nosotros, como lo vimos en estas cartas.

Jesús con amor exhorta al creyente a que se arrepienta;  aunque esta palabra  proveniente de la raiz griega ‘metanoia’,  correctamente interpretada como ‘cambiar de parecer’,  raramente se indaga mas allá de este significado.  Creemos que ‘meta’ significa ‘cambiar’, mas poco he escuchado de que meta, (G3326) es solo una proposición que significa ‘con’  o ‘junto con’ (345 veces), ‘después’  (88x), ‘entre’ (5x), ‘sucesivamente o enseguida’ (4) y unas 33 veces significa varias otras cosas. Puesto que ‘noeō‘ se tradujo en el Nuevo Pacto 10 veces como ‘entender’,  2 como ‘percibir’, y 1 como ‘pensar’ o ‘considerar’; la interpretación mas acertada de esta palabra sería “entiende/percibe/considera/piensa conmigo” o ‘está de acuerdo conmigo”. Jesucristo nos exhora a enganchar nuestros pensamientos con los de Él, para que Él sea el que cambie  la mentalidad que el Viejo Pacto nos heredó, por Su Fe, declarada a través del Evangelio del Nuevo Pacto, que Él mismo selló con su Santo Espíritu –  ‘con agua y con sangre’.  

Ya no vivamos bajo la Ley,   no vivamos creyendo en las cosas viejas:  en nuestras obras,  en nuestros dioses,   en nuestros propios esfuerzos,  en los viejos sistemas de creencias del mundo o en toda cosa en la que solíamos poner nuestra confianza o derivar nuestra fuerza. En su lugar, Jesús nos llama a mirar hacia Él y a lo que Él logró en la Cruz,  – la muerte del hombre bajo la Ley – la crucifixión de la carta de requerimientos contraria a nosotros (Col. 2:14) y la resurrección de la Nueva Criatura.  

En estas cartas a las iglesias, Cristo nos invita a que comamos del Árbol de la Vida (Rev. 2:7) y no más del árbol del bien y del mal, para que no suframos daño de la muerte segunda (Rev. 2:11), a que comamos del maná escondido (Re. 2:17) y de las cosas que solo se encuentran en el Lugar Santísimo,  a vestir sus ropas blancas (Rev. 3:5), a sentarnos junto con Él a reinar (Rev. 2:27) y a ser columna firme de  su templo (Rev. 3:12),  que es nuestro cuerpo eterno, el  cual no se derribará cuando todo lo que no esté edificado en La Roca se caiga.

De estos 7 Ángeles, descubrimos que el de Éfeso se había olvidado de lo que había CREIDO al principio, y no estaba descansando en el amor de Dios, sino en su propia fuerza (Rev. 2:1-5).

El Ángel de  Esmirna era pobre, aunque Dios los veía muy rico porque CREYO en su riqueza en Cristo hasta la muerte, aun en medio de gran persecución. (2:8-11)

El de Laodicea por el contrario, era muy rico, más Jesús lo ve “muy pobre   y miserable”.  Basado en el griego usado para “pobre” (ptōchos) nos damos cuenta que estaba bajo la Ley,  porque no había CREIDO en Jesucristo como su Justicia, por lo que se encontraba equipado de riquezas, pero no de oro refinado, por lo que es “instruido en justicia” (Rev. 3:14-22).

Pérgamo y Tiatira habían adulterado su fe con  la doctrina de los Nicolaítas, que se basaba también en la Ley, y siendo esta la fuerza del pecado, éste se manifestó en exceso: idolatría, adulterio, perversión, etc.;  a Tiatira le hacía falta escuchar la palabra de Gracia,  Pérgamo la había escuchado, pero no la había CREIDO del todo y aún tenía su esperanza en los  dioses de su comercio (Rev. 2:12-29).

También era el caso de Sardis, pues algunos, quizá el mismo Ángel “estaban muertos” – no habían nacido a la verdad del Evangelio, lo que nos indica que no habían CREIDO (Rev. 3:3-6).

Solo Filadelfia es encontrada  “perfecta, equipada para toda buena obra”, pues ellos creyeron en la Gracia de Dios como su perfección y su Justicia  y como su fuerza, su poder y su protección, ya que ellos eran “de poco poder” (Rev. 3:7-13). Esto no es un reproche,  es un cumplido, pues El poder de Dios se manifiesta en nuestras áreas de debilidad (2 Cor. 12:9-11).  Ellos dependían de Su Espíritu, del mismo Espíritu que se encontraba en todas las otras iglesias,  más  el Espíritu Santo  no se manifiesta con poder en las áreas en donde nos consideremos fuertes.

Solo a esta iglesia que CREYO en la Gracia de Dios, (como nosotros) Jesús prometió  que los que se enojen contra ella sabrían que ¡EL LOS HA AMADO y que vendría a “librarnos rápido” , lo cual es nuestra bendita esperanza.   Ellos vivían en tiempo de gran persecución, al igual que las demás iglesias, más a las demás no les dio estas palabras, pues no todas  descansaban en Su Amor.

En esas cartas Jesucristo nos confirma lo mismo que hemos creído hasta ahorita, que solo podemos ser salvos por la fe en su Gracia, por tanto cuando nos caemos de su gracia al adulterar nuestra fe  con la ley o con otras creencias (Gal. 5:4) el enemigo toma ventaja y no podremos evitar  la destrucción, además de que solo podemos heredar bajo la Gracia (Heb. 6:12, Rom. 4:13)

Así es amado(a),  no heredaremos bajo la Ley.  No heredaremos hasta que  seamos “destetados”   hasta que comencemos a comer alimento sólido. (Heb. 5:13).   Cuando Isaac fue destetado a los 3 años, Ismael que ya era un adolescente comenzó a perseguirlo (Gen. 21). Cuando tu  recibes este alimento sólido cuando CREES el Evangelio de Gracia,  aquel que aun vive de leche (La Ley) por su inhabilidad de entender  la enseñanza de rectitud, (Heb. 5:13) aquel que NO CREE que la rectitud es un regalo y no una ofrenda nuestra, comenzará a perseguirte, pues aquel que es nacido de la carne SIEMPRE perseguirá al nacido del Espíritu (Gal. 4:29)

“Ahora los encomiendo a Dios y a la palabra de Su gracia, que es poderosa para edificarlos y darles la herencia entre todos los santificados.” Hechos 20:32

Shalom