¡Convéncete de Su Justicia!

 

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Lugar donde ocurrió la Ultima Cena y donde el Espíritu Santo fue Dado en el día del Pentecostés

Ayer te mostré lo que significa la ofensa del Espíritu Santo  – el rechazar el Regalo de Gracia de nuestro Señor Jesucristo,  lo cual equivale a tomar por poco la sangre de Jesús.     También previamente mostré quien es el que nos acusa en nuestra consciencia cuando hemos pecado.

Sin embargo, la religión atribuye al Espíritu Santo el que “redarguya al cristiano de pecado”.  Mi amado(a),    me temo que basado en Hebreos 10:1-25, el Espíritu Santo – el Espíritu de Gracia -nunca redargüiría de pecado a aquel que ya ha  lavado de sus pecados con la Sangre de Jesús. El Espíritu Santo vino a glorificar a la persona de Jesús (Juan 16:14) no a ofenderse a sí mismo al hacer la sangre de Cristo “común”,  como lo vimos ayer en Hebreos 10:29

El Espíritu Santo SI nos redarguye a reconocer nuestra condición de pecadores,  que no podemos salvarnos a nosotros mismos, y a volver el rostro hacia  Cristo para recibir su redención cuando NO la hemos recibido, más una vez recibida, el trabajo del Espíritu Santo en la vida del creyente es el de “Redargüirnos de Justicia“.   Léelo tú mismo en Juan 16: 8-10

Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio;

 de pecado, porque no creen en mí;  –  hablándole a los creyentes acerca de los que no creen en El.

de justicia, (rectitud) porque yo voy al Padre y no me veréis más;  –  hablándole a los suyos, a los que El habría de justificar.

y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado  – no habla de juzgar al cristiano, sino a aquel que rechazaría a Jesús, (Juan 3:18) como lo vimos en Hebreos 10:29.

Es verdad que hemos sido exhortados a no entristecer al Espíritu Santo.  (Efesios 4:29)  Mas aquí es cuando volvemos a caer en el error de crear consciencia de pecado, lo cual verdaderamente lo entristece.  Al creer que lo entristecemos al pecar, nos preocupamos solamente por los pecados morales – no he robado, no he cometido adulterio, no he hecho mal a nadie…  Mas aquí es donde caemos en la trampa, pues bajo el Nuevo Pacto, ¡todo lo que no es de fe es pecado!  ¿Has dudado que Dios te ama?  ¿Has dudado que El sana, o que provee tus necesidades?  ¿te has preocupado?   ¿te has quejado? ¿te has desesperado con alguien?  ¿te has sentido sin esperanza?  ¿has honrado el templo del Espíritu Santo?

No terminaría de enlistar todas las maneras en que podemos ofender a Dios con nuestros pensamientos, palabras y obras,  y si fuera por auto-justificación,  saldríamos perdiendo. Más  la buena noticia es que Cristo cubrió nuestra imperfección con Su Rectitud y de nuestros pecados no se acuerda más.  (Hebreos 10:17).

No es sorpresa que este versículo también ha sido mal  traducido o interpretado:

Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé GRACIA á los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.  Efesios 4:19 Reina Valera Antigua.

Gracia viene del griego “charis”

1) Gracia:  aquello que produce gozo, placer, deleite, dulzura, encanto, belleza;  gracia de oratoria

2) buena voluntad,  amabilidad, bondad, favor

3) de la bondad misericordia de Dios, que ejerce su influencia santa en las almas, las vuelve a Cristo, las guarda, las fortalece, les aumenta su fe, sabiduría, su afecto, y enciende su deseo de ejercitar las virtudes cristianas.

4) lo que es de Gracia

a) la condición espiritual de ser gobernados por el poder de la divina gracia

¿Como entristecemos al Espíritu Santo?   Cuando hablamos palabras contrarias a las cosas arriba mencionadas en la vida de la gente o en la propia.    Ya vimos que cuando tomamos como común la Sangre de Jesús,  insultamos su Espíritu de Gracia. (Hebreos 4:29)   En otras palabras:   Si la Sangre de Cristo nos perdonó y lavó todos nuestros pecados, y decimos que aún somos impuros, o condicionamos el perdón a nuestros méritos; si la Sangre de Cristo completó el trabajo de Redención a perfección y nosotros le añadimos requisitos,  no estamos impartiendo Gracia a los creyentes, se las estamos robando.  Toda palabra que no es de Gracia lejos de edificar, ata al creyente a la esclavitud de la Ley.

Recuerda que hemos sido llamados a edificar en “oro, plata y piedras preciosas“.  (1 Cor. 3:12). Al ver a los creyentes como los ve Dios,  cubiertos del oro de la Rectitud de Cristo,  fincados en  los cimientos de plata purísima del trabajo perfecto y consumado de Su Redención, y llevados  en su corazón como piedras preciosas que reflejan su luz ante El Padre, podremos impartirles esta Gracia,.  Esto sucederá conforme seamos renovados en el espíritu de nuestra mente, y vistamos el nuevo hombre (o mujer)  que es criado(a) conforme á Dios en justicia (rectitud) y en santidad de verdad.   Efesios 4:23-24

No necesitamos ayuda sobrenatural para creer que  somos rectos por hacer lo recto – de hecho todas las religiones creen en ésto;  mas sí  necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para entender que podemos tener la inocencia que no teníamos y la bendición que no merecíamos, porque un inocente quiso llevar en sí mismo nuestra maldad y nuestra maldición. Necesitamos Su Ayuda para entender que fuimos eternamente perdonados  y lavados, que la Sangre de Cristo nos hizo perfectos ante los ojos de Su Padre, aceptos, puros, limpios y santos, que somos preciosos ante sus ojos y que hemos sido declarados ¡libres!

Si esa voz en ti no te convence de estas cosas,  no es la voz del Espíritu Santo, “con el cual estáis sellados para el día de la redención” (Efesios 4:30)

Shalom