Bienaventurado el que Creyere

Gracias por regresar a este estudio del Capítulo 11 del Libro de Revelación y continuar aprendiendo del amor de Dios.  Te preguntarás,  ¿que clase de amor es éste,  que permite todos estos sufrimientos sobre la humanidad?   Para responderte te pediría que leas este estudio desde el principio, pues el libro de Revelación revela claramente la manera en que Dios ha amado eternamente al hombre y ha derrotado ya nuestra ‘destrucción’ y nos ha salvado o separado ya de lo que nos destruía, por lo que el  hombre no tiene que perecer en destrucción,  a menos que su incredulidad así lo propicie.

Sin embargo, conforme he ido entendiendo la lógica de Dios, mi opinión personal acerca de este capítulo ya no era precisamente que Moisés y Elias regresarían en cuerpo glorificado a predicar el Evangelio, para ser asesinados como mortales frente a todos, y después resucitar de nuevo en cuerpo glorificado y ser levantados, lo cual me parecía como salido de los estudios Marvel;  en su lugar, yo esperaba que los judíos recibirían la revelación de lo que les sucedió en la muerte y resurrección de  Jesucristo, a quienes Moisés y Elias anunciaban, personas con las que ellos estaban muy bien familiarizados,  por lo que sus palabras tomarían ‘vida’ ante ellos, al obtener una revelación viva del Evangelio, por lo que también suponía que ésta sería una verdadera ‘bomba nuclear’ para ellos, al entender ellos que en Jesucristo, quedaron unidos no sólo a Dios, sino también a nosotros, los gentiles,  para siempre,  (conociendo algunas cosas  que ellos han escrito en su Talmud acerca de los gentiles).

Desde luego que ya no creo lo que antes creía, que aquellos que no se permitieron creer en el Amor De Dios  antes de que la calamidad azotara la tierra, responderían al mismo mientras todo esto ocurre, pues en el mismo capítulo podemos ver la reacción del  hombre en total incredulidad.

Aun la idea de contemplar  2 cadáveres durante 3 días sin ser sepultados no me es difícil creer;  lo que si me era muy difícil imaginar, que los noticieros del mundo quisieran perderse la oportunidad de transmitir estas mórbidas  imágenes en vivo y en directo, entre miles de “selfies”  y comerciales de bebidas alcohólicas, de automóviles y del último celular (con la exhortación final  de que ‘no beba o no use su celular mientras conduzca su auto’); mientras que el mundo incrédulo se detenía a celebrar la muerte de los dos ‘impertinentes’ testigos, pues lamentablemente,  aun si todos los noticieros juntos transmitieran este sensacional evento las 24 horas del día, durante los 3 años y medio de su duración, no significa que esta audiencia escuchará o creerá la palabra de esos testigos, pues el versículo 10 nos muestra su reacción:

 Los que moran en la tierra se regocijarán por ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían atormentado a los que moran en la tierra.   Ap. 11:10

Esta es la respuesta de la incredulidad, la falta de ‘arrepentimiento’ del Nuevo Testamento,  la cual fue representada en la reacción de Jezabel, cuando Elías ordenó que se matara a todos los hechiceros de Balaán,  después de haber demostrado ante ellos, de manera poderosa  e irrefutable, las señales del  Dios que él conocía.  Este, en mi opinión, es el verdadero espíritu de Jezabel que prevalece en la tierra durante estos últimos tiempos de ‘la Ley’.  Sin embargo, mientras que esta alma errante, Jezabel terminó  como alimento de los perros, este no sería el final de los dos testigos,

Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. Entonces ellos oyeron una gran voz del cielo que les decía: “Suban acá.” Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.   En aquella misma hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas murieron en el terremoto, y los demás, aterrorizados, dieron gloria al Dios del cielo.  Ap. 11:11-14

En mi mente, esa sería la Jerusalén que nuestro Señor encuentre,  antes de que “La Jerusalén Celestial”  la tome y la vuelva  en Ciudad de Paz, esta vez eternamente,  y la profecía en Isaías 14 se cumpla,  cuando el sistema de este mundo termine de caerse, y  el responsable de todo este sufrimiento, aquel que hacía temblar a las naciones, sea avergonzado, cuando ellas exclamen:

También tú has sido debilitado como nosotros, Has venido a ser semejante a nosotros”  (Is. 14:10);

Mientras tanto, lamentablemente, su sistema continuará moviendo a sus ejércitos contra el Pueblo de Dios – la humanidad –  y durante el tiempo de este Capítulo 11,  contra los incrédulos hebreos;  puesto que la nación de Israel aún no ha creído que Jesús es su Mesías.  Curiosamente, los lugares  donde Jesús  nació, vivió y murió, como Belem,  Nazaret,  y el Gólgota, entre muchos otros, se encuentran hoy  en manos de los no judíos, tal y como Jesús lo dijo,

Jerusalén será pisoteada por los Gentiles, hasta que los tiempos de los Gentiles se cumplan.  (Luc. 21:24)

Esta es la buena noticia,  que el tiempo de los gentiles se ha cumplido, desde hace 2000 años por cierto,  cuando el día ‘de su ira’  se consumó,  de ello hablaremos en el siguiente blog…

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.  Heb. 4:16

Shalom